Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Engaño

Rosado 9 mayo

José María Rosado

“Engaño” es una novela de Eleanor Cooney & Daniel Altieri que se sitúa en China en la dinastía de los T’ang –allá por la mitad del siglo séptimo– y tiene como protagonista al magistrado Di Jen chieh.

Aparte de la interesante trama, resulta de interés el contexto en que se desarrolla. Di Jen chieh es un magistrado que encarna el concepto de la administración china, cuyos  valores estaban inspirados en la tradición de Confucio. A diferencia de la cultura occidental –siempre partida en dos– su cosmos es un todo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana.

Cuando se trastoca esta armonía, se producen graves consecuencias. El gobernante no se escapa de este orden cosmológico, de tal manera que cuando conduce a su pueblo a la ruina mediante el ejercicio de sus funciones, altera ese orden. Quien altera el orden natural viola el Mandato del Cielo. La consecuencia es que pierde su legitimidad, puede ser depuesto y otro en su lugar recibe el mandato.

Esta sabiduría, por su visión de unidad, funde el cielo con lo más terrenal y con ello aporta pautas en aspectos funcionales y de principios de gobierno. Estas pautas obligan a la rectitud, a promover el buen funcionamiento de la sociedad y la mejora de la vida de la población.

Sin embargo, estos justos principios sucumbieron ante charlatanes de otras religiones que competían por el poder a través de trucos de magia, de sutras, de supersticiones. Generaron una trama que logró girar el modo de gobierno. El pueblo empezó a pasar penalidades, las obras públicas no tenían un fin práctico, mientras se acumulaba el lujo en unos cuantos y no dejaban de construirse templos. Todo ello se apoyó en el uso y abuso de la violencia.

Fue destacable el papel de la emperatriz Wu Tse-tien, única mujer en la dinastía, por su fuerza para ejercer el liderazgo en el mundo del poder. Un mundo de hombres que consideran que las mujeres cuando están en el poder, no están en el sitio que les corresponde.

Los intentos del magistrado Di Jen chieh  y de la emperatriz por recuperar la racionalidad frente a lo dogmático, la justicia frente a la impunidad, parecían baldíos. Todo parecía sucumbir ante una realidad tapada por una gran máscara, por el engaño. Pero cuando todo parece sin solución, cuando la realidad empieza a considerarse como inamovible…

Di Jen chieh persistió,

y como en muchas otras investigaciones,

demostró que las acciones siempre dejan huellas.

Huellas que aunque sean de un caballo

en suelos de madera pulida:

¡desenmascaran!

Etiquetas
stats