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Viviendo el fracaso anunciado

Carmen Ibarlucea

El 31 de enero un hombre sabio me dijo, nos dijo, que apostar por una propuesta de confluencia en Extremadura era apostar por el fracaso.

Éramos consciente de que esto era cierto. Éramos conscientes de que nuestra propuesta era radical y de que podía sonar a mentira. Sin embargo, preferimos arriesgarnos y ofrecer la opción, pensando que al igual que nosotros estábamos huérfanos en el voto autonómico, a otras personas les podía suceder lo mismo.

Y por consenso, que no por primarias, me correspondió a mi ser la cara más visible de Adelante Extremadura, lo que no era una sorpresa, ni era una apuesta arriesgada para la confluencia, dado que no había entre nosotras ninguna persona que tuviera verdadera experiencia política, por lo que elegir a alguien que no sabía nada de todo esto era lo único posible.

Me sentía feliz de ser parte del movimiento de confluencia ciudadana también en Extremadura. Me sentía feliz de que también en esta región, mi región, de la que no tengo el acento como bien se encargó de remarcar Monago en el “debate” televisivo, tuviéramos la opción de apostar por gente que se preocupa de gente, en este momento de crisis política y económica que estamos viviendo.

Sin embargo creo que nadie dentro de Adelante Extremadura estaba preparado para perder por tanto. Desde luego yo no lo estaba. Nunca se me ocurrió que íbamos a perder el 75% del voto verde en Extremadura. Nunca se me ocurrió que siendo la única formación que se comprometía a comenzar el cierre de Almaraz o que decía claramente que quería derogar la Ley del Suelo y la Ley Medioambiental, los ecologistas nos abandonaran. Es de suponer que nadie puede dar crédito al hecho de que tenemos un Plan para esta región, o si lo creen, es seguro que el Plan no les gusta.  

Adelante Extremadura ha recibido 1.526 votos en Extremadura, apenas un 25% de lo que obtuvieron Ecolo y M+J juntos en las pasadas elecciones de 2011. Asumo que la responsabilidad del fracaso es mía, por no haber sabido transmitir el mensaje, por no haber sabido mostrar aquello que decía John F Kennedy: “un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él”. En mi caso, estaba rodeada de personas inteligentes, trabajadoras y muy preparadas, a las que he fallado como portavoz.

No obstante no puedo dejar de alegrarme de haber apostado por algo que considero es determinante para escribir el futuro político de nuestro país, algo que se va a ir contagiando y que también en Extremadura, estoy convencida, representa el futuro político y social, la verdadera presencia de la ciudadanía en las instituciones, una democracia más verdadera, menos clasista, menos miedosa de la inteligencia colectiva.

Fracasar duele, pero no debemos temer al fracaso, debemos saber que en ocasiones es necesario que algunos fracasemos para ir abriendo camino.

En Adelante Extremadura estamos fijando la fecha de la asamblea de evaluación y proyección de futuro. Estoy segura de que de ese encuentro saldrán muchas cosas buenas, y también una persona que sepa transmitir el mensaje con más claridad. Yo estaré allí apoyando, porque fracasar no es morir.

 

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