El nenúfar mexicano obliga a modificar la práctica de la pesca y otros deportes en el tramo del Guadiana en Badajoz
La proliferación del nenúfar mexicano en el tramo urbano del río Guadiana en Badajoz no solo afecta desde el punto de vista ecológico, sino que también ha modificado alguna de las actividades deportivas y de ocio más habituales en el entorno, como el piragüismo o la pesca.
El presidente del Club de Piragüismo de Badajoz, Juan Carlos Sánchez, ha explicado que el crecimiento de esta planta invasora entorpece esta actividad en zonas tradicionalmente menos afectadas, como el entorno del azud de La Granadilla, donde los palistas llevan a cabo sus entrenamientos.
Ha explicado que la utilización de barreras para la recogida, sobre todo de camalote, en el Puente Real y río arriba, ha reducido el espacio utilizado por los palistas de 4,5 a 2 kilómetros, pues las piraguas no pueden saltar esas presas.
La pesca es otra de las actividades afectadas por el nenúfar, que ha obligado a sus seguidores a prescindir de diversos espacios o a afrontar labores extras de limpieza, como ha explicado el presidente de la Sociedad de Pescadores Deportivos “Bomberos de Badajoz”, José Elías.
Las sociedades de pescadores de Badajoz se ven obligadas a limpiar de forma “habitual” las zonas de los pesquiles, a través de ganchos, pues el nenúfar mexicano es “tan denso” que imposibilita la introducción del anzuelo en el agua.
Hay zonas como “El charco de los pollos”, donde la actividad se ha reducido, sobre todo en lo relativo a los campeonatos, pues hay pesquiles donde es imposible llevar a cabo tareas de limpieza y en los trofeos “no pueden utilizarse unos y saltarse otros”.
La incidencia de la planta afecta más a la práctica de la pesca que a la supervivencia de los peces, pues pese a las amplias “balsas de nenúfar” el río es “muy amplio”, aunque Elías ha alertado de las consecuencias que podría tener para la fauna su progresivo aumento.
