Confórmate con lo que tienes, ¡hombre ya!

Primer plano de una abuelilla con su moño cano, sus pendientes y una piel de bellas arrugas, la huella de una larga vida de trabajo bajo el sol rural. De oficio, pastora. Tiene 100 años. Habla con voz queda y en apenas unos segundos una ráfaga de ternura te atrapa con sus palabras: “Yo he pasado mucho”, dice. Nadie duda de que la estampa, a priori, emociona. Y mucho.

Pero no cuela. Un recurso muy fácil para llegar al corazón. Es de muy mal gusto usar la dura vida de muchas mujeres extremeñas en el campo en los años 40 y 50 y querer rendirles homenaje con una comparación con el presente alegando que “ahora estamos mejor”.

Hablo del spot realizado por la Junta de Extremadura para conmemorar el día de la comunidad autónoma, que se celebra mañana. Tres señoras mayores son las protagonistas de esta campaña del Gobierno de José Antonio Monago (PP), que destaca la complicada vida de ellas para darnos a entender que nos conformemos con lo que tenemos, que estamos mejor que hace 70 años. Pues menos mal…

“Mis hijos no pasaron hambre… Yo sí”, dice después. Habría que preguntarle dónde trabajan ahora sus nietos, los amigos de sus nietos. Si han tenido que emigrar como lo hicieron muchos de su generación. Recordemos los últimos datos del paro: 135.160 personas en una región de algo más de un millón de residentes (en concreto, 1.104.004 habitantes según el Instituto de Estadística de Extremadura). Y recordemos también que el desempleo afecta especialmente a la población juvenil y castiga al campo. Además, 60.365 desempleados ya no cobran ningún subsidio. Cierto que estamos mejor que hace siete décadas, pero insisto, ¿es ese nuestro consuelo?

Otra frase más: “Hay que tener espíritu y ser activa”. O en palabras modernas, hay que emprender, y fíjate en ellas, que son un ejemplo. Hazte autónomo, aunque no tengas derecho a paro ni a vacaciones. ¿Es ese el progreso?

La responsabilidad del Gobierno

Y ahora viene el gran concepto: la ilusión. “Acostarte con una ilusión y levantarte con una ilusión”, reza el spot. Que si no encuentras trabajo es porque no le pones ilusión, que lo sepas. ¿Dónde queda la responsabilidad del Gobierno? Me viene a la cabeza esa época en que a los políticos nacionales les dio por decir que los españoles se tenían que poner a dieta, una metáfora para dejarnos claro que debíamos apretarnos aún más el cinturón. Porque claro, la culpa es nuestra, de los insensatos ciudadanos que hemos comido sin conocimiento, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ¿verdad?

Para rematar, un guiño a la ‘extremeñeidad’, al dialecto castúo, para decir que hay tirar hacia adelante (pues claro, no queda otra). No podía faltar el micronacionalismo, para que los extremeños se sientan especiales por algo, aunque sólo sea por cuestiones geográficas. A ver si cuela.

Esta tendencia de ‘spot-melodrama’ tuvo su máxima expresión con el primer anuncio de Campofrío, aquel que hacía homenaje a Gila y que a mí, reconozco, me emocionó. Pero después llegó la segunda parte y la famosa frase de “uno puede irse, pero no hacerse”. Y ya se les vio el plumero. Ya no coló.

Nadie duda que las tres señoras del spot son admirables, ejemplos de sacrificio para su familia y pilares fundamentales para que la región avanzara, pero el mundo ha sido injusto para ellas, y no debemos aspirar a una vida así.

Porque los pasos se dan hacia adelante.

Este escrito se publicó originalmente en el blog 'La Raya. Periodismo al límite' de Rocío Sánchez Rodríguez