Acorex vuelve a abrir la puerta a negociar la fusión con Dcoop, pero Barral no quiere ir a las reuniones
Cada día una historia, aunque a la hora de la verdad muy pocos avances. En esa ruleta maldita se sigue moviendo el grupo Acorex a través innumerables asambleas informativas y reuniones.
En esta ocasión, en la asamblea de este martes, ya ha llamado la atención la bajísima asistencia de socios, poco más de 30 personas, lo que refleja ya la sensación de hartazgo y desesperanza en la que comienzan a instalarse muchas cooperativas tras tantas semanas de palabras vacías.
En la larga reunión, lo más llamativo ha sido que la dirección de Acorex ha vuelto a abrir las puertas a explorar nuevamente una posible fusión con la cooperativa andaluza Dcoop. Esa comisión estará formada por varios miembros del consejo rector, así como los gerentes de las cooperativas de Campanario, Talavera y Moraleja.
Lo más llamativo de este asunto es que el director general Antonio Barral ha dicho que el no asistirá a esas reuniones porque se trata de un tema social; no deja de resultar llamativo que en la situación crítica que está el grupo, el director general descarta air a unas reunioens que tal vez puedan aportar alguna solución.
Baja la deuda
En la asamblea informativa de este martes, la dirección ha vuelto a hacer otro ejercicio de malabarismo contable y si hace pocas semanas la deuda cooperativizada ascendía a 19,5 millones, una cifra que parecía elevada a todas luces, ahora ha vuelto a reducir esa cantidad a 17 millones (y todavía hay asociados que mantienen que aún podría bajar esa cantidad).
Otro de los asuntos abordados en la larga sesión, ha sido el eterno problema del retorno de las tres grandes. Con el mismo resultado: Miajadas, santa Amalia y Granja siguen diciendo que no quieren volver, pese a que ha habido nuevas concesiones del resto. Y ya son muchas las cooperativas que se han cansado de rogar el retorno y aseguran que se acabó la etapa de las negociaciones.
En ese clima, este miércoles nueva cita de la dirección con el comité de empresa y los sindicatos para hablar del ERE, y nuevamente se hablará sin cifras sobre la mesa porque mientras no haya plan de viabilidad, proyecto económico y perspectivas de futuro, será muy difícil dimensionar la plantilla de la empresa.
