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“El cine LGTBI permite empoderarnos, reivindicar nuestros derechos y soñar con un mundo mejor”

Pablo A. Cantero, director del  Festival de Cine Gay y Lésbico de Extremadura, FanCineGay

Jesús Conde

Las pantallas están listas, y las cintas desplegadas para disfrutar de la mejor selección del cine de temática LGTBI en el Festival de Cine Gay y Lésbico de Extremadura, FanCineGay.

El certamen pasará por seis ciudades de la región, con la convicción de que el séptimo arte también es una herramienta de transformación social, en defensa de la diversidad sexual.

Hablamos con Pablo A. Cantero Garlito, terapeuta ocupacional, activista de Fundación Triángulo y director del FanCineGay, que en esta edición cumple su mayoría de edad

-¿Desde cuándo organizáis este festival, y por qué?

La primera muestra de Cine por la Diversidad Afectivo Sexual se organizó en diciembre de 1998 en Badajoz con un doble objetivo.

Por un lado utilizar el cine como una herramienta de transformación social y por otro traer hasta la región cine que habitualmente no se puede encontrar en nuestras pantallas. 18 años después los objetivos siguen siendo los mismos.

-Habéis cumplido la mayoría de edad como festival, y por aquí han pasado muchísimas pelis… pero me gustaría que te quedaras con un solo título, y me explicaras por qué

No es fácil quedarse con una sola. Durante muchos años mi película fue “Krampack” de Cesc Gay. Pero supongo que, al hacernos mayores, descubrimos que la vida se parece más a “Weekend” de Andrew Haigh, probablemente la película que mejor refleja una relación gay.

-Ver y proyectar cine de esta temática, ¿forma parte del activismo LGTBI?

Sin duda. El cine nos acerca las vidas cotidianas, los contextos en los que viven otros hombres gais, otras mujeres lesbianas. Nos traslada las historias de personas trans y de su lucha por construirse como desean. El cine nos permite empoderarnos, reivindicar nuestros derechos y, hasta, en algunas ocasiones, soñar con un mundo mejor.

-¿Puede entenderse a Brokeback Mountain como un antes y un después en el cine LGTBI?

Yo no lo tengo tan claro. Pero lo que sí es cierto es que la película de Ang Lee supuso una cierta apertura, la posibilidad de utilizar un género especialmente masculinizado como era el western para contar una historia de amor entre dos hombres. Y, además, Hollywood descubrió que el público estaba dispuesto a pasar por taquilla para poder ver cine LGBT.

-El amor, la familia, la infancia, el instinto maternal, la sexualidad… ¿siguen tratándose en la gran industria del cine desde el prisma hetero-patriarcal?

A mí me gusta ser positivo. Hemos avanzado muchísimo pero la industria del cine sigue estando controlada mayoritariamente por hombres y eso se traslada a los contenidos. Hoy podemos encontrar mucha más diversidad de historias de hombres gais.

Incluso de hombres y mujeres transexuales. Pero sigue costando encontrar propuestas de calidad sobre mujeres lesbianas. De ahí la importancia de una cinta como “De Chica en Chica”, primera comedia de lesbianas hecha en España y además gracias al micro mecenazgo.

-¿Existen diferencias entre el cine LGTBI patrio, y el que se hace fuera de España?

Entre nuestro cine y el que se hace fuera suele haber un factor que define las diferencias: el presupuesto. Pero, afortunadamente, todos los años solemos tener dos o tres títulos de temática LGBT. Por ejemplo, en esta edición tendremos “El virus del Miedo” de Ventura Pons, “A Escondidas” de Mikel Rueda, “De Chica en Chica” de Sonia Sebastián.

-¿Piensas que el hecho de que cintas de temática LGTBI ganen festivales de cine convencionales, ayuda a visibilizar y normalizar la diversidad sexual?

Uno de los grandes valores que tienen los Festivales de cine es la capacidad para realzar y promocionar determinadas películas y con ello poner el foco en las historias que cuentan.

Que en los últimos años se hayan premiado cintas como “La Vida de Adele” en Cannes en el 2013 o este mismo año la venezolana “Desde Allá” en Venecia es reflejo de la calidad y madurez que está alcanzando el cine LGBT y permite llegar, además, a un público más grande.

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