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Los apuros del diputado Ramos para explicar el embrollo de los billetes de tren

César Ramos (izquierda) con el ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos, tras la reciente toma de posesión de este último

José L. Aroca

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  • César Ramos (PSOE), representante de Cáceres en el Congreso de los Diputados, ha explicado y defendido, hasta donde ha sido capaz, el cierre de las taquillas en 13 estaciones, para acabar por reconocer que algunas cosas “han sido un desastre”

César Ramos Esteban (Cáceres, 1975) se ha convertido en el muñeco de feria donde van a parar muchos golpes y críticas por los servicios ferroviarios en la región, al mantener incólume la presencia y el diálogo en redes sociales vertiginosas y arriesgadas como Twitter y Facebook, explicando y defendiendo la política del Ministerio de Fomento y sus empresas públicas Renfe y ADIF.

Diputado nacional y portavoz socialista de Fomento (ahora Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana), ha pasado por apuros particulares desde que el pasado martes 31 de diciembre se conocía la noticia, divulgada por CCOO, de que cerraban las taquillas de 13 estaciones extremeñas a la vez que lo hacían otras 129 de España, por dejar de prestar ADIF el servicio.

A mediados de diciembre entraba en vigor una directiva europea sobre la liberalización del transporte ferroviario que impedía a la compañía pública de infraestructuras del tren –estaciones, vías, etc.- vender los billetes de un operador en concreto, el operador español por excelencia y casi único, Renfe, una aplicación de normativa comunitaria que ha estado en este aspecto repleta de improvisación y un bien organizado caos.

Estaciones tan importantes como Plasencia, Navalmoral, Don Benito, Almendralejo o Zafra, atendidas en su taquilla de billetes por factores de circulación de ADIF, encargados del control y seguridad del tráfico de convoyes, echaban la persiana dejando a los viajeros al albur de su práctica y habilidades en internet, o a merced de máquinas autoventa no existentes en todos los puntos.

Sobre mojado

Al burro ferroviario extremeño ya bien apaleado con anterioridad, se le echó esta otra carga, con alarma social y explosión de protesta en las redes sociales, que casi en solitario César Ramos tuvo que atender desde sus cuentas, y lo hizo defendiendo la necesidad de cerrar la actividad de Adif debido a la normativa de liberalización del sector, con lo cual solo quedaban como personas al otro lado de la ventanilla los empleados de Renfe en Badajoz, Cáceres y Mérida.

Miguel Fuentes, secretario regional del sector ferroviario en CCOO, niega la mayor. “La directiva lo que prohíbe a Adif es vender, en exclusiva, subrayo lo de ‘en exclusiva’, billetes de Renfe, es decir, abre la puerta a que lo haga también en nombre de otros posibles operadores ferroviarios futuros, por tanto no es cierto que ese personal que sigue en las estaciones tuviera que abandonar la actividad, sino que puede seguir con ella y ofrecer sus servicios a cualquier compañía de trenes de viajeros o mercancías que lo necesite”.

Uno de los puntos de venta que se habilitaron desde el 1 de enero fueron las oficinas de Correos, que desde el primer momento el diputado César Ramos defendió como “algo por cierto más cómodo porque estas se encuentran más accesibles a la mayoría de ciudadanos que no se tendrán que desplazar a la estación para comprar el billete”.

Luego se supo que hacerlo en Correos es más caro, e imposible hacerlo si de billetes combinados se trata. “Si vas de Badajoz a Barcelona tienes que comprar un billete a Madrid y otro a Barcelona, que además de más caro tiene el inconveniente de que no garantiza tu enlace o tus derechos si lo pierdes por causa achacables a Renfe, te quedas sin indemnización o sin derecho de asiento en el siguiente tren”, abunda el sindicalista Miguel Fuentes.

El diputado Ramos fue interpelado por ello y tuvo que expresar su disconformidad, “tomar nota”, por esas nuevas noticias.

“No, no lo es”

Donde antes había dicho que era más cómodo comprar en Correos, hubo de convenir públicamente en que “no, no es más cómodo, en ocasiones sí y en otras no, me interesaré por esto”.

Con posterioridad vino la investidura de Pedro Sánchez y en los días previos, necesario para ello, el acuerdo de voto a favor con Teruel Existe, que arrancó del PSOE el compromiso de mantener abiertas las taquillas de las 142 estaciones, con los mismos empleados de Adif, seis meses más.

“Manda huevos que muchas estaciones extremeñas de tren recuperen la venta presencial de billetes gracias a las exigencias de Teruel Existe. A más de uno se le tenía que caer la cara de vergüenza. Manda huevos”, fue una de las quejas inmediatas.

Más o menos fue el tono público multiplicado contra el Partido Socialista, y de nuevo recaído en los hombros de César Ramos, que seguía dando la cara. “Lo del pacto es cierto”, señala a eldiario.es Extremadura, “pero también lo es que desde días antes se estaban planteando soluciones entre Ministerio, ADIF, Renfe, las comunidades autónomas…”.

Quejas y preguntas no han dejado de llegarle, por las que prometía: “Ante las distintas noticias y consecuencias de dejar de vender billetes presencialmente en algunas estaciones de tren, me comprometo a trasladarlo la próxima semana a los responsables de Renfe, para que estudien y planteen soluciones”.

El pasado miércoles reabrían las taquillas de estaciones, en el caso de Extremadura 11 puesto que Almendralejo y Montijo ya ni la tienen. Miguel Fuentes explica que son dos lugares en los que en otoño pasado Renfe quiso hacerse cargo y sacó un concurso para que una empresa privada atendiera la venta de billetes, que llegó a adjudicarse. “Pero la empresa se encontró con que no existía taquilla, tapiada, el punto de venta había desaparecido, así que ADIF empezó a construir dos nuevos, pero que tardaron tanto que la adjudicación caducó; ahí están los nuevos que se habilitaron, vacíos”

14 billetes diarios

La apertura en las 11 instalaciones restantes es provisional y por seis meses, hasta el 30 de junio, asegura el diputado César Ramos, no hasta el 31 de marzo, y mientras tanto se buscarán soluciones, seguramente una empresa privada, para Plasencia y Navalmoral por cuenta de Renfe, ya que el resto no abrirán por el escaso número de billetes despachado -14 de media diaria en el conjunto de las 142 estaciones españolas afectadas-, avisa ese operador de trenes.

Y siempre en medio y expuesto públicamente el diputado cacereño, que confiesa además para más padecimiento propio que no está de acuerdo con la situación. “No yo no lo justifico, yo no estoy de acuerdo con la liberalización del ferrocarril, pero es algo que viene impuesto por Europa y que hay que cumplir aunque no nos guste”.

“Sigue siendo inevitable que ADIF deje de vender billetes este año, por la liberalización”, pero “debo reconocer que no se ha hecho de la mejor forma la transición”, es otro mensaje público suyo.

En estos días de sobresaltos ha llegado a reconocer que “estoy de acuerdo que es un desastre, la próxima semana lo hablaré con responsables de Renfe y del Ministerio”.

Cuando se le pregunta a César Ramos por estos equilibrios públicos que se ve obligado a hacer, defendiendo a veces lo indefendible cuando los hechos hacen vanas sus palabras, afirma que él entiende la política con esta tarea añadida, estar ahí para lo que llegue: “Es mi obligación”.

“Lo que procuro hacer es separar el ruido, de los argumentos y razonamientos, la información que te dan y me ayuda en mi trabajo”. No responde a insultos, que si persisten le llevan a bloquear. “Antes dependías de que alguien te parara por la calle y te dijera algo, se quejara, te informara; ahora esto es una herramienta valiosa”.

 

 

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