El chollo del Consejo Consultivo para políticos en vías de jubilación inicia su cuenta atrás
El Consejo Consultivo de Extremadura va a ser uno de los primeros organismos que pagarán los platos rotos de la vieja política y será sacrificado en el altar de la nueva política para mejorar la imagen de la política en los nuevos tiempos.
En la Agenda del Cambio que los socialistas presentaron como hoja de ruta de cara a estas pasadas elecciones se ponía fecha tope de extinción a este con Consejo: 1 de enero 2016. Este compromiso figura en un paquete de medidas que el PSOE propuso para adelgazar la administración regional, junto a la reducción del número de consejeros (5) y la reducción del 25% del presupuesto de la Asamblea de Extremadura.
El deseo de los socialistas de cerrar este retiro dorado es compartido también por fuerzas como Podemos y Ciudadanos; el PP no ve problema as en su continuidad, incluso hace unos meses, en abril, introdujo una propuesta en la asamblea para los miembros del consejo pudieran seguir en esa faena poco fatigosa incluso cumplidos los 72 años, que es el límite legal actualmente.
La excepción cántabra
Los Consejos Consultivos comenzaron a florecer en todas las Comunidades, a excepción de Cantabria en torno al inicio del nuevo milenio (en Extremadura, se aprobó en 2001) con la alegría de unos años de economía creciente y tolerancia ciudadana frente a algunas prácticas políticas que hoy se miran con escasa simpatía. Así, se pudo introducir normas para que en el Consultivo extremeño se colocasen políticos en vías de jubilación o directamente amigos de los gobernantes de turno.
La ley de creación del Consejo Consultivo de Extremadura establece tres vías para acceder a uno de los puestos de consejeros: una, por nombramiento de la Asamblea, dos deseo del presidente del a Junta; y tres, por haber ocupado con anterioridad un cargo importante, tal como presidente del Gobierno, del Congreso, senado o del Supremo o sus equivalentes a nivel regional, presidente de la Junta, Asamblea o TSJEx.
Como recompensa por haber ocupado altos cargos, accedieron al Consejo los ex presidentes socialistas de la Asamblea, Antonio Vázquez o Federico Suárez.
El ex presidente del Senado Juan Ignacio Barrero también se sienta en el Consultivo pero no como premio por haber presidido el Senado, sino por la otra vía, esto es, por sus méritos como juristas, una afirmación que cuando menos causa sorpresa entre la judicatura regional. La diferencia entre una vía de acceso y otra es notable, ya que los que llegan tras ocupar un alto cargo solo pueden permanecer la mitad del tiempo que tuvieron el cargo y los que son elegidos por su reconocido prestigio (es la fórmula que dice la ley) pueden estar cinco años, y volver a ser elegidos por otros cinco.
Muy bien pagados
Por unas vías u otra, el Consejo Consultivo de Extremadura ha sido una plaza muy bien pagada, en torno a 5.000 euros mensuales, y realmente el único pasaporte para acceder era la recomendación política del PSOE o del PP. En algunas comunidades como Madrid, han sido más dadivosos e ilustres jubilados como Leguina o Gallardón podían percibir hasta 8.500 euros/mes para toda la vida, por pertenecer a ese Consejo.
El último agraciado por entrar en el Consultivo extremeño ha sido el ex consejero Pedro Nevado Batalla. Su caso es ilustrativo de una época que acaba. Nevado Batalla cesó como consejero de Administración Pública y se fue al Consultivo por nombramiento de Monago; el presidente a la sazón del consultivo, Clemente Checa, se fue a Mérida a ocupar la silla que dejaba libre Nevado. Poco después se hacía público que Checa había cobrado siendo presidente del Consultivo por unos trabajos extras, algo expresamente prohibido por las normas del Consejo. Fue, posiblemente, el último y definitivo episodio que empujó al cierre a ese organismo tras una década.
Aunque, el cometido del Consejo fuera dar dictámenes sobre proyectos de ley del gobierno regional, la mayor parte de sus decisiones en torno a atropellos cinegéticos. Todas esas funciones se volverán a hacer en la Junta. No habrá muchos lamentos por su cierre, excepto quizás la nostalgia de sus antiguos consejeros.
