Comienza una nueva travesía

Han hablado las urnas y han provocado un notable temblor en la estructura política regional, sobre todo en los cimientos del PP que han comenzado a chirriar porque ahora, justo ahora, han comenzado a darse cuenta de lo que muchos ciudadanos llevaban viendo desde hace mucho tiempo. O sea, que de mejoría nada, pero de desigualdad mucha.

El tremendo aparato de poder que el PP puso a su servicio cuando ganó hace cuatro años comenzará a evaporarse con rapidez, con similar premura a la que tardan algunos en cambiar de vestimenta.

Una derrota en toda regla, ganada a pulso, es la primera lectura de unas elecciones.

El PSOE se recupera. Mantiene el mismo número de escaños en la Asamblea que hace cuatro años y empieza a sumar una porción importante del voto urbano que era la asignatura pendiente de los últimos años. Tras una breve pero dura travesía del desierto, los extremeños vuelven a encomendar al PSOE que mejore los viejos y graves problemas de esta tierra, agravados tras estos cuatro años de recortes y fanfarrias.

Los partidos emergentes han llegado, pero solo a medias. Cierto es que tanto Podemos como Ciudadanos han tenido un estrecho margen de tiempo para montar una estructura territorial adecuada, pero a pesar de todo sus resultados no han supuesto merma alguna para las estructuras de los grandes partidos.

En las autonómicas, Podemos saca un resultado más o menos acorde con sus expectativas, pero la formación se ha diluido en las locales, perdida en una confusión de siglas de difícil comprensión.

Ciudadanos ha tenido un fracaso en toda regla. Un diputado en la Asamblea y una presencia muy limitada en municipios deja en situación delicada a su dirección regional.

IU ha cosechado el fruto que tan afanosamente trabajó durante la legislatura. Optó por la alianza con el PP y la caída del PP, junto a otros factores, ha empujado a la coalición hacia una presencia casi testimonial.

Hablaron las urnas, empieza una nueva travesía. Ojalá que el camino sea benévolo y los vientos favorables, porque hay mucho por trabajar y mucho por mejorar.