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Ahora que todo empieza

Pablo Sánchez / Pablo Sánchez

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Los nuevos ayuntamientos acaban de constituirse y a pesar de apocalípticos pronósticos de caos, de la supuesta inestabilidad de las nuevas formaciones o de la histérica insistencia de cambiar leyes electorales a beneficio del peticionario, las nuevas corporaciones se han asentado con algo tan sencillo como la normalidad. En líneas generales, los municipios extremeños giran a la izquierda porque así lo quiso el personal; en general, gobierna la lista más votada, porque tiene mucha lógica; y en los pactos, la derecha de Ciudadanos se ha juntado con la derecha del PP, y la izquierda de PSOE, IU y Podemos se han hecho amigos en los ayuntamientos.

Con algunas que otras excepciones, así se cierra el proceso electoral local. El autonómico lo hará en pocos días, a pesar de que Monago intente aferrarse al sillón hasta el último minuto, él sabrá por qué razones y adjudicaciones.

Es ahora que todo empieza, cuando sería conveniente plantear algunas de las grandes reformas pendientes para meter el aire fresco que todo el mundo demanda y trasladar a los ciudadanos competencias y decisiones secuestradas desde hace tiempo en los vericuetos y despachos de la política.

Bien estuvo, hace años, fortalecer a los partidos políticos debilitados tras una larga dictadura, pero ya va siendo hora de fortalecer a los ciudadanos.

La ley electoral extremeña, es una antigualla que no resiste un benévolo análisis.

Ahora, por ejemplo, vale más el voto de un vecino de Cáceres que el de un votante de Badajoz porque así se estimó conveniente para evitar agravios provinciales. ¿Pero no habrá otras formas de devolver la igualdad a los votos con distritos electorales por comarcas, por ejemplo? ¿Con listas abiertas en las que cada diputado comarcal pelee su escaño?

Otro asunto: Mantener a estas alturas un umbral del 5% para obtener representación parlamentaria no deja de ser una zancadilla a los partidos pequeños para que no entren el paraíso de la Asamblea. Listas cremalleras, primarias internas, transparencia en las cuentas de los partidos, ceses obligados por corruptelas… Son otros tantos asuntos a la espera de que la política entre al tajo.

Los sueldos de los políticos, de altos cargos de la administración, de los ayuntamientos y empresas públicas… son otra de las asignaturas pendientes en ese debate.

Sería bueno que un paquete de medidas de regeneración política se aborde en conjunto, se debata con claridad y con una visión global de la representatividad política que merece, desea y puede pagar esta sociedad y no en función de conveniencias, necesidades, deseos u ocurrencias de cada grupo en un momento concreto.

Ahora que todo empieza pude ser un momento espléndido para hacer un ejercicio de regeneración política en Extremadura, en bloque, no a salto de mata. Y si es pronto, mucho mejor.

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