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El PSOE estudia prohibir los circos con animales, mientras que el PP los mantiene en Cáceres y Badajoz

El Ayuntamiento de Zaragoza no permitirá los circos con animales

Jesús Conde

Fue a pleno, tanto en el caso de Cáceres como en Badajoz. El objetivo era declarar ambas ciudades libres de circos y atracciones de feria con animales. La moción contaba con el respaldo de los grupos de la oposición, PSOE e IU, aunque la mayoría absoluta que el PP tenía entonces tumbó la propuesta que lanzaron varios colectivos animalistas.

Los espectáculos que usan animales en cautividad siguen aterrizando en la región, sobre todo en las ciudades extremeñas y los grandes pueblos. La ciudad de Mérida ha sido la primera que promueve una ordenanza contraria, con el nuevo equipo de gobierno socialista.

Marco Antonio Guijarro, concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Mérida, pone de manifiesto que se trata simplemente de seguir las directivas europeas sobre respeto animal, así como las declaraciones de la Unesco. También de tomar conciencia de que las sociedades van evolucionando, y que los animales tienen que ser tratados con respeto.

Más voces críticas

El PSOE provincial de Badajoz se suma a la moción, y se plantea promover una propuesta similar en aquellos ayuntamientos en los que gobierna. El debate no está abierto en las filas del PP, donde meses atrás rechazó hacer algo así en las dos principales ciudades extremeñas.

En esta línea, Ecologistas en Acción Extremadura ha puesto en marcha una campaña en contra de los espectáculos que utilizan animales. Unos actos que conllevan –dice—“su sufrimiento, maltrato físico y encierro en condiciones lamentables, concebidos como un producto más de usar y tirar, para el disfrute de los seres humanos”.

“El tema es también preocupante desde el punto de vista social, puesto que niños y adultos asisten a estos espectáculos totalmente desinformados acerca de las condiciones de vida que tienen estos animales, e incluso se considera que son actividades educativas”, señala.

La campaña consiste en presentar una propuesta de moción en el ayuntamiento de todas las localidades extremeñas a las que seamos capaces de llegar. Por eso pide la colaboración a todas las asociaciones y colectivos ecologistas y protectoras de los derechos de los animales, para que reclamen a los grupos municipales de sus ayuntamientos esta propuesta mediante mociones.

Contradicen la Ley de Protección Animal

Otra de las voces contrarias es la de Virginia Iniesta, vicepresidenta la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia. Según destaca el uso de animales en los circos cada vez está más restringido. De hecho son muchos los países en los que se ha prohibido, uno de los últimos México.

En torno a 190 municipios españoles han prohibido el uso de animales en sus municipios, siendo Cataluña la más numerosa. En Extremadura, solo Vilanueva de la Vera y Guareña se han adherido a esta declaración.

Pese a que los municipios siguen instalando atracciones y circos con animales, advierte que una adecuada interpretación de la Ley de Protección Animal de Extremadura no lo permitiría.

Entre otras cuestiones, apunta que el sufrimiento es menos evidente en el caso de los circos, porque se hace de espaldas al público. No obstante, aunque estén en cautividad, se trata de animales salvajes, con unos instintos que no pueden desarrollar dentro de una pequeña jaula.

Pone como ejemplo uno de los números más llamativos, el de los tigres que pasan por medio de aros de fuego. Este animal no pasaría nunca por un espacio así, y si pasa es porque tiene miedo al castigo. Para lograrlo, hay casos en los que se les deja sin comer o beber, incluso descargas eléctricas, denuncia.

Como ejemplo, esta veterinaria comenta que la prueba de que estos animales sufren es el hecho de que la mayoría sufre ‘estereotipia’, lo que significa que realizan movimientos repetitivos sin sentido. Esto demostraría que que el estado de estrés y la presión psicológica les deja ‘tocados’. Es el caso del felino que, por ejemplo, no para de dar vueltas en círculo dentro de una jaula, o del movimiento insistente de un elefante de su cola, sin motivo aparente.

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