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“La mitad de los expedientes disciplinarios que hay en Ferraz son de Plasencia”

David Núñez, secretario local y candidato a la alcaldía por el PSOE.

José L. Aroca

La última asamblea celebrada por la agrupación local del PSOE en Plasencia, ha resucitado la actividad de viejos fantasmas que, contra lo que se creía, no han dejado de vagar y contagiar a un colectivo que parece condenado a los enfrentamientos, rencillas, faltas de entendimiento y de generosidad, y sobre todo aficionado a discutir el poder de los órganos provinciales e incluso regionales del partido.

“Mira, en Ferraz [sede central del PSOE en Madrid] hay un mueble donde se amontonan los expedientes disciplinarios abiertos contra militantes; pues la mitad son de Plasencia y algunos llevan ahí muchos años sin resolverse”. La frase, seguramente algo exagerada, es de uno de los nuevos afiliados placentinos, los que ingresaron tras la refundación de la agrupación en julio de 2013, pero no deja de despertar también la sonrisa afirmativa en curtidos socialistas placentinos que ya fueron protagonistas de otras guerras.

Los últimos años han sido especialmente tortuosos para esta importante agrupación extremeña del PSOE, desde que la ex alcaldesa Elia Blanco, otros concejales del partido, y empresarios de la ciudad, fueron procesados y judicialmente condenados por la realización de obras municipales.

Eliminación y filtro

Aquel desastre acabó con la decisión, tomada desde la dirección regional pero también provincial del partido, de disolver la agrupación, en un intento de hacer borrón y cuenta nueva, y acabar de una vez con las guerras internas, para establecer además un ‘filtro’, el de solicitud de reincorporación al partido, por el cual no deberían ya pasar los militantes ‘problemáticos’.

Pero dieciséis meses después el volcán no parece haberse apagado, porque el hueco dejado por aquel grupo de afiliados ‘problemáticos’, algunos de los cuales eran casi fundadores de la agrupación y ocuparon destacados cargos orgánicos y públicos, parece haber sido ocupado por otro, que son precisamente los que se situaban enfrente.

La de Plasencia es una agrupación socialista muy importante que, recuerda un antiguo militante, quien como otros consultados prefiere no dar su nombre, a veces fue más numerosa que la agrupación de Cáceres. “Plasencia”, explica, “siempre ha estado enfrentada a la dirección provincial, en busca de una cuota de poder y atención, tanto para ella como para la ciudad que se sentía discriminada en las inversiones”.

Existe por tanto una tensión constante y antigua entre el poder socialista de Cáceres, en el que a menudo se mezclan el poder local y el provincial, y el que pretende tener Plasencia, agrupación que por esa naturaleza tiende a ser crítica y discutir decisiones que emanen de la ejecutiva provincial. “Además desde Cáceres siempre vinieron a imponer, más que dialogar”, añade la misma fuente.

Los nuevos críticos

Ese grupo crítico antaño más poderoso, y al que se le ponía la cara de Félix Dillana, acabó siendo también desplazado del poder local por otro que gozaba de mayor entendimiento con Cáceres o Mérida (sede de la ejecutiva regional), y que se identificaba con la ex alcaldesa Elia Blanco.

Con la refundación, desde Mérida y Cáceres se pretendió abrir una tercera vía, en la que no dominaran ni los antiguos críticos, ni sus rivales a los que se relaciona, tras la desaparición política de Elia Blanco, con la diputada autonómica Mireya Conejero. Esa tercera vía, que ha dejado descontentos a dos bandos, es David Núñez, un nuevo militante, que en julio de 2013 pasó a ser secretario local, y que recientemente ha ganado las primarias por lo que será el candidato a la alcaldía en las elecciones municipales de mayo de 2015.

Núñez no ha querido pronunciarse, a petición de eldiarioex, sobre la aparentemente eterna conflictividad en la agrupación de Plasencia. Pero sí en cuanto a que lo que hay que hacer es trabajar, desde el partido, por las soluciones a los problemas de la ciudad, y dejarse de ya de las viejas prácticas políticas consistentes en exigir cuotas de poder, y en las listas regional o municipal, a cambio de nada.

Esa exigencia de compromiso, y de trabajo diario, estaría en el origen del desencuentro entre Núñez y varios miembros de su ejecutiva local que han ido abandonando poco a poco la misma.

“Antes se vencía, ahora se derrota”

Pero también se le achaca a Núñez, y en general a la nueva hornada de dirigentes, falta de generosidad en la integración de los que pierden. “Antes se vencía, ahora se derrota, y eso pasa en Plasencia, en Extremadura, y en todo el PSOE en general”.

La situación no pinta bien. Vuelven a oirse peticiones de que se abran expedientes, algo que parece no va a ocurrir porque sería casi un suicidio en estos momentos preelectorales. Con los antiguos críticos ya casi desaparecidos, los ‘nuevos’, que en contra de su previsión no pasaron a gobernar la ejecutiva local en 2013, pugnan por unos huecos que, tanto en la lista municipal, como en la de la Asamblea de Extremadura, están más que contados.

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