Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Lo que no sale en la prensa no existe

Unas 200 personas protagonizan una 'cacerolada' frente a la sede del PSOE en Ferraz para pedir la "dimisión" de Sánchez

Gaspar García Moreno, periodista

1

Hace años, muchos años, demasiados años quizá, después de llevar algunos ejerciendo esta profesión de juntaletras como me definía un amigo que ya no está, empezaron lo que ahora llaman ruedas de prensa, comparecencias informativas. Había en nuestra Región un par o tres medios escritos. Alguien, de vez en vez, y no ahora que se anuncian tropecientas cada día, convocaba una rueda de prensa. La mayoría de carácter político. ¿Qué no es política? Si el representantes de un medio escrito no estaba en la sala, el convocador o convocadora se hacía el tonto y no aparecía o tardaba en aparecer, a ver si acaso.

Luego se dieron cuenta que los medios audiovisuales eran muy importantes en sociedades como la nuestra donde se escuchaban y veían a mogollón. Muchos a los que querían llegar oían la radio, porque escucharla es otra cosa, y veían la tele. Con la crisis de los medios en papel, el mogollón de influencers, blogs, twitter, instagramers y propias web de tos medios escritos la cosa se ha puesto peliaguda: Ya no hay partido, corporación, asociación, sindicato, político…que se precien que no tengan community managers, curritos, esclavos, hackers, negros escribientes, etc. etc. que están continuamente enviando información, bulos, fakes news, adornadas con basura, chismes y otras lindezas. Ese es el panorama. Amén de no contestar en las comparecencias o no admitir preguntas. Los periodistas y los medios hemos tragado.

Entonces y ahora, políticos, empresarios, sindicatos, artistas serios, el mundo de la farándula, asociaciones, agrupaciones…todos, vamos, tienen muy claro aquello de que “en la corte lo que no se sabe es lo que no se dice”. O, como bien saben algunos, “lo que no sale en la prensa (en los medios en el sentido más amplio y lógico, y el más peyorativo también) no existe”.

En esta nueva normalidad (palabreja) igual que antes, cada uno arrima el ascua a su sardina; con desescalada en tromba, con desescalada asimétrica, gobernanza y desgobernanza incluidas (más palabrejas) España se está convirtiendo en una calle de Madrid. Y no lo es. Estamos contribuyendo a pasos agigantados a hacerles un favor inmenso a quienes están por encima de acatar las normas y lo que de restricción tiene el confinamiento. Como hicimos un inmenso favor a los independentistas con la sobreinformación de las algaradas, los ataques a los ciudadanos y la policía en las graves manifestaciones en Cataluña no hace muchos meses. Hagan ustedes memoria y añadan el listado de lo que quieran.

Saben, los que saben de esto: sociólogos, politólogos, asesores de la cosa y quienes ustedes quieran añadir, que el viejo axioma “que hablen de mí aunque sea para mal” es verdad y tiene una rentabilidad extrema. Si los medios, y no se salva ni dios de esto, estamos repicando continuamente en nuestros oídos y retinas ésta o esa manifestación, escrache, cacerolada, insulto, estornudos, enfrentamientos más o menos graves con la policía…Estamos haciendo una resonancia desorbitada a quienes saben que cualquier cosa que se salga de lo común será multiplicado por cientos de miles.

O sea que los medios, todos, estamos propagando (¿alimentando?) que todo vale, que se ha aflojado la tensión y el respeto que todos debíamos tener a las normas, a la solidaridad y al bicho. Somos todos, con las nuevas tecnologías, con los ruidos, los seudoperiodistas y periodismos, correa de transmisión de quienes el otro les importa un comino, ídem la democracia y, por supuesto que su libertad, la que ellos entienden como suya, no es libertad. También los medios considerado serios, quizá para no quedarse atrás, están contribuyendo a engrandecer, a hacer líderes, a…Y ojo, podemos, y seguramente debemos, manifestarnos contra el Gobierno, por sus pasos de yenka, por su aprovechamientos políticos, por sus desatinos, por sus errores…pero de manera democrática.

Insisto en una reflexión personal: estamos haciendo un flaco favor a los conciudadanos, Y muy, muy grande a los que emplean la política como poder (“chico poder” que me decía hace unos día un amigo, importante escritor y pensador), cuando vía telemática hacíamos una reflexión de la rentabilidad que la política ha tenido y tiene para algunos y algunas. Porque como solemos decir “aquí nos conocemos todos”.

El tiempo nos ha venido a demostrar que el poder va por otros vericuetos y sólo da migajas interesadas. En muchos casos el beneficio, que no es moco de pavo, es para el propio político y poco más.

Pues eso, cuanto más difundamos ese tipo de informaciones por la redes sociales más le hacemos favor a los que nunca aceptarán resultados electorales, gestión de gobierno. (¿No han leído el chiste de los dos colegas con las cacerolas diciéndole uno al otro “tenemos que seguir porque están gobernando los que nosotros no hemos votado”?) Ya digo sin querer les hacemos el caldo gordo, los medios, los seudomedios y nosotros, a independentistas, separatistas, antidemócratas y los que quieran ustedes añadir. Difundiendo lo que nos llega engordamos a estos, les damos publicidad barata, gratis. Ah, y los dueños de esas redes de telefonía haciendo el agosto. Doblada…

Y, además, hemos precarizado, más de lo que está, la profesión periodística. Pero esa es otra.

Etiquetas
stats