Amigos de Badajoz denuncia el derribo de viviendas en el Campillo sin tener en cuenta criterios arqueológicos
La asociación Amigos de Badajoz ha criticado los derribos de viviendas que se han realizado durante los últimos días en el Campillo, dentro del proyecto de rehabilitación de la zona, sin tener en cuenta criterios arqueológicos.
Los derribos de la pasada semana se sitúan al final de las calles Eugenio Hermoso y la Costanilla, en Jarilla Peralillo y en San Lorenzo, todos ellos, salvo el primero, dentro de la demarcación del Área de Rehabilitación Integral (ARI). Esta situación “entra en conflicto” con el espíritu de conservación y rehabilitación que se defiende desde las oficinas del ARI.
Además el inmueble situado al final de la calle Eugenio Hermoso era “muy interesante” para los trabajos sobre la evolución de las murallas de Badajoz, pues se coincide en que este inmueble pudo estar adosado a la cara interior de la construcción defensiva. Por tanto, hubiera sido necesario un estudio “murario” antes del derribo de la vivienda, lo que a la asociación no le “consta” que se haya realizado.
Los derribos se producen cuando el proyecto de urbanización que el Ayuntamiento había presentado para el Campillo está siendo “cuestionado”, y para su aprobación solo podrá contar con el apoyo de Podemos, ha recordado la asociación. Además, este grupo político solo apoyará al Consistorio si se modifica el actual proyecto de forma “sustancial”.
Desde Amigos de Badajoz se ha aplaudido la recuperación del Campillo, pero no se comparte “ni la forma ni los modos” del Ayuntamiento, que se limita a ser un “mero promotor inmobiliario”, sin preocuparse de su papel como agente dinamizador del barrio. Los derribos “promovidos” por el Ayuntamiento solo aumentan la degradación del barrio y ponen de manifiesto que el proyecto municipal para la recuperación del Campillo pasa por la destrucción de las viviendas existentes en lugar de su rehabilitación, según la asociación.
La institución ha significado que los derribos, actuales y pasados, han transformado el Campillo en un “campo de ruinas”, un “no-barrio” que se extiende como un gigantesco solar entre la calle San Lorenzo y la llamada vía rápida. “Los derribos y la nueva vía han modificando sustancialmente el parcelario actual, cuya protección está recogida en el Plan Especial de Ordenación y Actuación del Centro Histórico -se ha informado- estas alteraciones cambian además la tipología edificatoria”.
