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Cuadernos violetas para dar voz a los ‘micromachismos’ que las extremeñas viven a diario

Jesús Conde

“No sé cuántas veces, en las discotecas y pubs en los que había mucha gente, he notado que me tocaban el culo. Al volverme tan sólo me encontraba a un grupo de tíos con sonrisa estúpida y con la impotencia de que se creyeran con derecho a ello”.

Es una de las historias de los ‘Cuadernos Violeta’. Una ventana que muestra los machismos que las mujeres jóvenes extremeñas sufren a diario en la región por el simple hecho de ser mujeres.

Una herramienta que ha puesto en marcha el Consejo de la Juventud de Extremadura para denunciar los múltiples tipos de sexismos que ellas sufren. Muchas veces machismos normalizados, comportamientos que la sociedad autoriza.

Los cuadernos son hojas en blanco que se entregan a ellas, a las extremeñas, para que de manera anónima (solo poniendo su edad) expliquen situaciones incómodas o discriminaciones que han vivido en alguna ocasión.

Las historias que narran, de todos los colores y tipos. Mujeres que cuentan en primera persona cómo un hombre las ha perseguido cuando regresaban a casa de noche, o el típico piropo de un grupo de chicos que les toca soportar sin quererlo. También conversaciones entre amigas en las que alguna sentencia que “la casa no la lleva igual una mujer que un hombre”.

Más historias, como las de las fiestas universitarias en las que las chicas no pagan ni entrada ni copa, “porque al final son ellas el producto y el reclamo para la fiesta”; o el simple hecho de abrir una cuenta bancaria en pareja y que el banquero se dirija al hombre y no a la mujer.

La primera hoja de los ‘Cuadernos Violetas’ está escrita a mano por las propias componentes del Grupo de Trabajo Mujer Joven del CJEx que han puesto en marcha esta iniciativa. En ella aparecen ejemplos vividos de acoso callejero, micro-machismos e incluso primeras manifestaciones de violencia de género.

La idea es hacer una recopilación de todas las vivencias, por edades, para ver qué tipo de sexismo experimentan en función de la generación a la que pertenecen. Luego toda esa documentación servirá como material de trabajo para asociaciones, colectivos y entidades que trabajan sobre violencia machista.

Ya han sido repartidos más de 250 cuadernos violeta a lo largo de toda la región. En centros educativos, mancomunidades y los espacios para la creación joven, así como la Red de Oficinas de Igualdad de Extremadura, las casas de la Mujer, la Universidad de Extremadura o las entidades juveniles del propio Consejo de la Juventud.

Son enviados en blanco y regresan llenos de historias. Un proyecto que está teniendo mucho seguimiento y que también se puede rellenar por Internet.

Combatir el machismo sutil

Marta Sánchez, vicepresidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura, explica que la idea es mostrar lo invisible. Lo que no se ve. Identificar que existen formas de machismo sutil para poder combatirlo. Hay actitudes de las que puede que no haya consciencia plena al hacerlas, pero no por ello deben ser tratadas como algo 'normal' según explica.

Cuenta la representante del consejo extremeño que es habitual que ante situaciones machistas, en las que las mujeres pueden sentirse molestas, se las termine llamando “exageradas”, o que posiblemente están malinterpretando todo.

“Lo que ocurre es que en la mayoría de las ocasiones socialmente están aceptadas, la gente no lo entiende como un modo de machismo”. Por ello el Consejo de la Juventud regional, como organismo público, desarrolla una herramienta por la igualdad real.

En materia de machismos es muy ilustrativo el esquema del iceberg, donde solo parece visible la agresión (la punta del problema). Pero debajo de este iceberg se esconden infinidad de formas de agresiones, que quedan invisible.

Marta Sánchez prefiere hablar de machismo sutil frente a la palabra ‘micromachismo’. Entiende que no existen tipos micro y macro, sino machismos a secas.

“No estás sola. No te pasa sólo a ti. No hay que agachar la cabeza y decir ‘es lo que hay’. Vamos a visibilizar estas situaciones. Vamos a enseñarte a cuántas mujeres les pasa lo mismo que a ti, y colaborar para que tú puedas contar a otras que a ti también te ha pasado y que estás harta”, cuentan los cuadernos para animar a la gente que escriba

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