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La Junta inicia el protocolo para la detección de la enfermedad que mata a los linces

Muere en Doñana 'Boliche', un macho de lince que con 12 años era el más longevo de la población del espacio

El Área de Sanidad Animal de Extremadura ya está realizando el test de detección de la enfermedad de Aujeszky en jabalíes abatidos en monterías desarrolladas en zonas de linces ibéricos, con el fin de conocer la prevalencia de esta enfermedad en los citados porcinos.

Por su parte, la Dirección General de Medioambiente hará este mismo test a aquellos linces ibéricos que fallezcan y cuyas pruebas habituales sobre las causas de su muerte no ofrezcan datos concluyentes ni clarifiquen el origen.

Ambas iniciativas han sido adoptadas a raíz de la muerte de un cachorro macho por la enfermedad de Aujeszky, “un hecho puntual y casual”, según ha asegurado la directora del proyecto Iberlince en Extremadura, María Jesús Palacios.

Este lince ibérico, de nombre 'Matojo', fue hallado muerto -en etapa de cachorro- el 1 de diciembre de 2015 en una zona del Valle del Río Matachel, en la provincia de Badajoz.

Esta cría de macho de lince ibérico (Lynx pardinus) era hijo de 'Kapapo', hembra procedente del Centro de Cría de Silves (Portugal), que estaba emparejada con 'Kun' y que parió tres cachorros.

Recomendación a los vecinos

Desde la Junta de Extremadura se ha recomendado el desarrollo del citado protocolo a las comunidades autónomas de Andalucía y Castilla-La Mancha, así como a Portugal, territorios con presencia de lince ibérico.

'Matojo' presentaba indicios de muerte por enfermedad desconocida, por lo que su cadáver fue sometido a una necropsia definitiva para determinar las causas de la muerte.

La enfermedad de Aujeszky (EA) está producida por el herpesvirus porcino tipo I, cursando con cuadro clínico nervioso, respiratorio o reproductivo dependiendo de la cepa del virus, la edad del animal y la dosis infectiva.

“Se trata de una encefalitis” que conduce a la muerte al ejemplar enfermo entre 12 y 48 horas, ha explicado Palacios, quien ha negado que esta enfermedad sea parecida a la rabia.

De los 28 linces reintroducidos en Extremadura desde 2014, han fallecido 4 (dos por atropello, uno por veneno y otro por enfermedad habitual).

Por lo que respecta a los 16 cachorros nacidos desde esa fecha, fruto de las parejas de linces reintroducidas, han fallecido 6 (cuatro de ellos por la intervención violenta de algún macho, otro por enfermedad desconocida y uno por la enfermedad de Aujeszky).

Esta patología está presente en los cerdos y jabalíes, aunque está erradicada en las explotaciones porcinas de Extremadura.

Por ello, según ha apuntado Palacios, se cree que 'Matojo' ingirió carne de carroña de algún jabalí muerto afectado por la enfermedad de Aujeszky.

A pesar de que el lince ibérico no es carroñero, se apunta que el cachorro pudo estar débil y no tenía posibilidades de cazar para alimentarse, por lo que optó por comer carne del jabalí muerto.

“Es algo puntal y casual”, ha reiterado Palacios, quien ha recordado que todos los linces ibéricos reintroducidos son vacunados antes contra enfermedades como la leucemia, la inmunodeficiencia y el moquillo, entre otras.

La enfermedad de Aujeszky, que todos los años produce casos de fallecimiento en perros y gatos, no afecta a ciervos, vacas, ovejas ni primates, entre otros grupos.

Tres nuevos

Negro, Nitrógeno y Noz son tres linces ibéricos que se han unido recientemente a los 25 ejemplares que ya campean libremente en Extremadura.

Con estos tres, ya son seis los ejemplares liberados en 2017 en la región, donde se prevé la suelta de otros dos ejemplares en los próximos meses, según ha informado el programa Life+IBERLINCE en una nota.

Los tres nuevos ejemplares liberados en el área de reintroducción del Valle de Matachel (Badajoz), dos machos y una hembra, son ejemplares juveniles nacidos en el 2016.

Negro (macho) y Noz (hembra), proceden del Centro de Cría de Silves en Portugal, mientras que Nitrógeno nació en el Zoobotánico de Jerez y fue entrenado en La Olivilla.

Todos los linces liberados van equipados con un GPS de localización que permite hacer un seguimiento de sus desplazamientos y usos del territorio, lo que garantiza el adecuado desenvolvimiento de los individuos en el medio y garantiza su adecuado seguimiento por parte de los técnicos.

A día de hoy, son ya 28 los ejemplares en territorio extremeño, lo que constituye “un gran avance” desde que el Proyecto Life+IBERLINCE iniciara las liberaciones en el año 2014, según los técnicos del programa.

Las reintroducciones son fruto de las actuaciones realizadas por la Dirección General de Medio Ambiente de Extremadura, el proyecto Life+IBERLINCE y con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).

Concretamente en Extremadura, la iniciativa cuenta con una inversión de 4,8 millones de euros y con la participación de la Dirección General de Medio Ambiente (que aporta 1,2 millones de euros) y otros tres socios, la empresa Agroforex, Fundación CBD-Hábitat y Adenex.

Además, colaboran el Centro de Cría en Cautividad del Lince Ibérico de Zarza de Granadilla, del Organismo Autónomo de Parques Nacionales; los centros andaluces de cría en cautividad de La Olivilla y Acebuche; y el Centro de cría de Silves en Portugal, de donde proceden dos de los últimos ejemplares soltados.

El objetivo principal del Proyecto Life+IBERLINCE es recuperar la distribución histórica del lince ibérico tanto en España como en Portugal, ya que está en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

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