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Miles de jóvenes extremeños, empujados al exilio laboral

Crece el número de jóvenes extremeños en el extranjero

Jesús Conde

Han aguantado estoicos durante meses, incluso años, antes de dar el paso. Llevaban en paro mucho tiempo, demasiado. Regresaron a casa tras años de independencia. Otros aún no habían tenido la oportunidad de salir de casa. Una vez superado el periodo de reflexión dieron el paso, y no resultó fácil. Son los miles jóvenes extremeños que han emigrado al extranjero.

Algunos cálculos estiman que desde que comenzó la crisis en torno a 10.000 jóvenes de la región podrían haber hecho las maletas para comenzar una nueva vida. Resulta difícil determinar un número exacto, en primer lugar porque no hay datos actualizados sobre migraciones y sobre jóvenes. También porque parte de los que se fueron permanecen empadronados en sus localidades de origen, mientras que otros no han dado a las oficinas de extranjería esta información.

Lo hacen para trabajar

En lo que sí coinciden tanto sindicatos como expertos es que detrás de estas migraciones no se esconde un espíritu ‘aventurero’ como algún dirigente del Gobiernos de Mariano Rajoy se aventuró a afirmar años atrás. O al menos no del todo. Detrás de estos nuevos migrantes está el anhelo de trabajar. Se han movido de sus hogares por motivos económicos y laborales. Si hubieran encontrado un trabajo, un buen trabajo, no se habrían ido en su mayoría.

Algunos colegios profesionales ponen los datos encima de la mesa para denunciar esta situación. Hasta un 90 por ciento de las ofertas de empleo a las que optan los médicos en Extremadura proceden del extranjero, según indica el Colegio de Médicos de Badajoz. En el ámbito de empleos con menor cualificación la situación es igual o peor, con la caída de la construcción.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística que maneja CCOO, los jóvenes extremeños emigran principalmente a países de Europa, seguido de América del Sur, y en menor medida a África.

No es fácil hacerlo, hacer la maleta y lanzarse a una especie de vacío desconocido. Manuel Bravo, un joven periodista de Fregenal de la Sierra afincado en Londres, narra la presencia de numerosos establecimientos de comida rápida en la capital inglesa en los que el idioma común es el español, porque todos los trabajadores son españoles. “Han tenido que currar muy duro, lejos de afectos, silenciándola en la mayoría de veces, y lejos de todo lo demás para tirar hacia delante”, pone de manifiesto este joven.

Más emigrantes extremeños

Han aumentado los jóvenes que han emigrado. Y lo certifican las estadísticas. Joffre López, sociólogo del Consejo de la Juventud estatal, advierte de que tanto en España como en Extremadura la crisis ha arrastrado a los jóvenes. Si en los primeros años de la crisis quieres se iban eran extranjeros, que regresaban a su lugar de origen, en una segunda fase están siendo los propios españoles.

Los datos que maneja el Consejo de la Juventud es que el flujo migratorio de jóvenes en Extremadura (diferencia entre las personas que entran y salen) ha sido negativo en 2013. En concreto el flujo migratorio entre extremeños de 16 a 29 años representa un saldo negativo de 1,2 personas por cada mil habitantes. La cifra aumenta entre los jóvenes de 30 a 34, hasta los 2,5 por cada mil habitantes.

Este dato pone de manifiesto que el grueso de jóvenes que decide dar el paso se sitúa por encima de los 28 años. Son personas que, tras haber trabajado, se han quedado en paro. Otros han alargado sus estudios a través de máster y otras formaciones, y finalmente se han ido porque no hay trabajo, ni de lo suyo, ni de nada.

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