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Población-Natalidad-Embarazo-Confesionalidad

Redmadre achaca el espectacular descenso de la natalidad a la falta de ayudas

José María Rosado

Población-Natalidad-Embarazo

Siguiendo la ristra de ocurrencias del Gobierno de Extremadura presenta ahora el Anteproyecto de Ley de la Mujer Embarazada y de Apoyo a la Natalidad. El título ya apunta la pretensión del ejecutivo de elaborar una ley para las embarazadas, ligada al objetivo de mejorar el penoso nivel de natalidad en Extremadura y la más penosa aun situación poblacional.

Resulta antiguo, y fuera de la realidad actual, pensar que el problema poblacional se resuelve con la natalidad. Acabamos de comprobar en nuestro país cómo se incrementaba en pocos años la población por la afluencia de inmigrantes. Ahora por efecto de la crisis y de las políticas migratorias, de manera más acusada en Extremadura, nos encontramos con dos fenómenos demoledores: el regreso de inmigrantes a sus países y a la emigración forzada de nuestra gente. En los dos casos se debilita nuestra población activa ya de por sí escasa. Vivimos en una sociedad globalizada en la que la movilidad geográfica es cada vez mayor y por tanto esta variable tiene un mayor peso en el resultado poblacional (según los datos del INE Extremadura perdió entre enero y junio 513 habitantes por emigración al extranjero, 1.136 por la marcha a otras comunidades y 1.185 por el balance defunciones nacimientos.

Por otro lado, en el mundo de hoy se dan diversas casuísticas: se puede tener descendencia sin embarazo, perder los embarazos, evitar los embarazos, tener hijos en parejas del mismo sexo o heterosexuales; monoparentales o monomarentales. En definitiva, estamos cada vez más lejos de la vinculación estricta entre procreación, prole y de un modelo cerrado de familia.

Por tanto, resulta ineficaz y antiguo pensar que se va a solucionar el problema del descenso poblacional poniendo el foco en las políticas pronatalistas. Pero incluso entrando en la natalidad es reduccionista poner el foco en las embarazadas ¿No sería más eficaz preguntarse por qué se está retrasando la edad para tener hijos e hijas?   ¿o por qué disminuye su número?  Es decir, buscar sus causas.

En conclusión: la población aumenta y se fija en los contextos en que se perciben expectativas favorables  y a ello contribuye de manera decisiva la posibilidad de empleo con derechos, también una red de servicios públicos que minimicen la sobrecarga y las incompatibilidades entre las exigencias personales y profesionales y la atención a los cuidados.

Embarazo-Confesionalidad

Hemos visto que la situación poblacional no se soluciona centrando la acción política en las “mujeres que están embarazadas”, por tanto esta medida forma parte de la propaganda, vendiéndose como beneficioso para las mujeres, cuando va contra sus derechos. Esta concepción desvía la responsabilidad de las políticas de población, que corresponden a los poderes públicos, para cargarla sobre las espaldas de las mujeres, dejando de considerarlas como ciudadanas plenas para volver al rol de procreadoras  que implica un estatus diferenciado.

¿Cuándo vamos a acabar de entender que lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo nos pertenece? ¿Acaso se puede expropiar un hígado? El cuerpo de las mujeres no es una vaina contenedora de semillas. Las mujeres son soberanas absolutas de su cuerpo, en el no pueden entrar los poderes públicos, ni los religiosos.

Mi sospecha es que todo lo anterior es puro envoltorio, que lo que hay detrás de esto es la larga oscura sombra confesional arraigada del franquismo que quiere reducir a las mujeres al papel de ser madres: es el síndrome Gallardón.

Los movimientos ultraconservadores  pro familia tradicional y  provida  se preocupan de la vida en el intervalo de la preñez, ni antes ni después.  Su obsesión por los embarazos y los nasciturus no es patológica sino política, es una opción de control machista.

No se ha oído a estos grupos  protestar por los 700 asesinatos de mujeres en la última década víctimas de la violencia machista. Estos grupos embaucaron a Gallardón y ahora a Monago –o quizás no, a lo mejor es esta su verdadera forma de pensar y es lo que hay debajo de las pieles de cordero de los llamados “barones rojos”.

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