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El ‘Plan B’ de Extremadura sale a las calles de Mérida bajo el grito ‘Otra Europa es posible’

Reclaman una política económica y social diferente a la implementada por la Unión Europea / Foto: Jesús Conde

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Una política fiscal justa y el cierre de paraísos fiscales. La remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de todos los trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad. También la apuesta por un modelo de producción basado en las energías renovables, y reformar o abolir el pacto fiscal europeo – formalmente Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria--.

Son algunas de las propuestas del recién recado ‘Plan B’ en Extremadura, un colectivo que agrupa a partidos y movimientos sociales, y que este sábado salió a las calles de Mérida en una manifestación bajo el grito ‘Otra Europa es posible’. La protesta se celebró en el marco de una protesta convocada por el movimiento del Plan B en toda Europa.

Los manifestantes recorrieron las calles del centro de la capital extremeña con pancartas en las que reclamaban ‘Pan, trabajo, techo, dignidad y libertad’. Se sumaron a la marcha de este ‘Plan B’ militantes y representantes de Podemos, IU y Equo, así como Refugiados Extremadura , la Red de Solidaridad de Cáceres o los Campamento Dignidad, entre otros movimientos sociales.

Se trata de una iniciativa impulsada por la analista francoamericana Susan George y el exministro de finanzas griegas Yanis Varoufakis, entre otros, como herramienta para organizar un movimiento internacionalista capaz de construir una Europa diferente. 

En un manifiesto consensuado entre las organizaciones adheridas, el ‘Plan B’ extremeño apuesta por la creación de un espacio de confluencia en el que todas las personas, movimientos y organizaciones que se oponen al modelo actual de UE. “Con el fin último de romper con el régimen de austeridad de la UE y democratizar radicalmente las Instituciones Europeas, poniéndolas al servicio de la ciudadanía”.

Afirman que el ejemplo de Grecia “nos ha mostrado que para hacer frente a la actual coyuntura debemos aunar esfuerzos desde todos los Estados Miembros y desde todas las esferas: política, intelectual y de la sociedad civil. Nuestra visión es solidaria e internacionalista”.

Así piensan que hay muchas propuestas en marcha para acabar con la austeridad, como un estado democrático, fuerte y eficiente capaz de regular el mercado, planificar la economía y redistribuir la riqueza desde los intereses nacionales, de las mayorías sociales “y, específicamente, de aquellos y aquellas que sufren la crisis y que demandan empleo, derechos sociales y seguridad social y económica”.

Apuestan por el derecho a decidir a los ciudadanos su propio futuro, sus derechos humanos básicos, el tipo de sociedad y sus relaciones con el Estado; así como el nivel y dotación de los derechos sociales.

“Independencia y soberanía popular. Nuestro derecho a decidir el modelo económico, social y territorial implica que no haya poderes externos e internos capaces de eludir o subordinar la soberanía popular”. Del mismo modo que abogan por una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales y una democracia económica y social.

También proponen un nuevo modelo productivo social y ecológicamente sostenible, que considere los límites naturales y absolutos del planeta, que respete la biodiversidad, apueste por el uso de energías renovables y limpias, el desarrollo de la agricultura ecológica, el impulso de una nueva cultura del reciclaje y promueva un urbanismo ecológico.

Además de un estado democrático, fuerte y eficiente capaz de regular el mercado, planificar la economía y redistribuir la riqueza desde los intereses nacionales, de las mayorías sociales y, específicamente, de aquellos y aquellas que sufren la crisis y que demandan empleo, derechos sociales y seguridad social y económica.

Como claves para todos estos objetivos, un Estado federal, reforzar el Municipalismo, la Soberanía Local para construir un nuevo proyecto de país, una nueva sociedad, un nuevo Estado, una democracia participativa. También una política económica al servicio de las personas, impulso de los salarios, “es decir, dando más poder a la fuerza de trabajo, a los bienes colectivos, a las clases subalternas”.

Pero también una política de paz y seguridad colectiva que garantice el derecho al desarrollo. “Por una democratización de los medios de comunicación. No hay democracia sin libertad de expresión”.

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