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Los callejeros que se olvidaron de nombrar a las mujeres

Azuaga

Jesús Conde

Las desigualdades entre hombres y mujeres también se reflejan en el callejero de nuestros pueblos y ciudades. Un estudio elaborado por el Ateneo Cultural de Azuaga muestra que sólo el 4 por ciento de las calles de los 21 municipios que componen la Campiña Sur extremeña tienen nombre de mujer.

La comarca cuenta con 945 vías y de ellas sólo 52 están rotuladas en femenino. Si se obvian a las vírgenes y patronas la cifra baja a 41.

Desde el Ateneo Pepa Gómez destaca que existe un desfase evidente. El callejero está lleno de capitanes, militares, sacerdotes e insignes hombres que tienen su reconocimiento. De ellas poco se sabe. 

Quieren evidenciar la desigualdad cotidiana que sufren ellas por el simple hecho de ser mujeres, y que tiene su reflejo en algo tan cercano como las calles que transitan las personas cada día.

Es una apuesta por 'feminizar' el espacio público para que todas las personas se vean representadas. Queda claro que lo que no se nombra no existe. “Tenemos que preguntarnos quiénes perpetúan los pueblos, las costumbres y la forma de vida de nuestros pueblos. Ellas son una parte fundamental, pero no han tenido cabida”.

“No se trata de cambiar el nombre de Antonio por el de María. Apostamos por un cambio de actitud. Evidenciar algo que quizás no se habían planteado nunca nuestros responsables políticos”.

El proyecto “Mujeres en el Callejero de la Campiña Sur” incluye la edición de un libro que detalla la historia de aquellas a las que sí se rinden homenaje las vías y avenidas, acompañado de una exposición itinerante.

Entre las protagonistas está la historia de de 'La Aurora', en Azuaga, una señora muy querida en el pueblo que se volcó en cuerpo y alma con con los demás. Fuente del Arco cuenta con el callejón de la Rosa, asesinada cruelmente, y a quien la tradición oral ha otorgado un halo de misterio desde una calleja sin rotular.

“Primero hay que conocer quiénes son las mujeres que están en las calles, su trayectoria, por qué están ahí. A partir de ahí trabajemos por la paridad. Si hacen nuevas barriadas, con nuevas calles, que se tenga en cuenta”

Abogan por analizar el origen de las desigualdades, que va mucho más allá de una denominación callejera. Su origen es más profundo y abarca todos los ámbitos. “Hay que visibiliar también cómo los libros de texto hablan más de hombres que de mujeres”.

“Reivindicamos la historia de aquellas que siglos atrás tuvieron que ponerse un pseudónimo para poder estudiar o escribir. A todas las que siguen silenciadas, a las que protagonistas de la pintura, de la literatura, a las mujeres universales”.

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