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Los nuevos muladares autorizados en Extremadura beneficiarán a 800 explotaciones ganaderas

Un grupo de buitres se alimenta en el muladar de Monfragüe / Ángel Luis Sánchez-Junta de Extremadura

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Tras años de restricciones absolutas desde la crisis alimentaria del ‘mal de la vacas locas’, las legislación y las administraciones comienzan a autorizar de nuevo el uso de los muladares en la dehesa. Se trata de los espacios donde se abandona carroña para contribuir al mantenimiento de las poblaciones de aves necrófagas.

Ahora la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio ha autorizado la creación de ocho nuevos muladares y la utilización de subproductos de origen animal (Sandach), procedente de ganado ovino y equino, a 816 explotaciones ganaderas para garantizar la alimentación de las aves necrófagas.

Asimismo, se ha comprometido a suministrar comida a nueve muladares de los que se abastecen principalmente colonias de buitres negros.

Conservación de carroñeras y evitar enfermedades

Con esta decisión, se quiere asegurar la normal reproducción de estas aves e incidir en su conservación, además de paliar las posibles consecuencias que sobre la fauna silvestre pudiera tener la disminución de restos de especies cinegéticas en el campo, tras la resolución del 9 de octubre sobre medidas sanitarias para luchar contra la tuberculosis y brucelosis bovina en Extremadura.

Esta resolución se aprobó tras haberse detectado en los últimos años un desmesurado incremento del número de reses cinegéticas y animales bovinos afectados.

A través de ella, la Dirección General de Agricultura y Ganadería determinó la realización de pruebas sanitarias especiales en bovinos, ovinos y caprinos, declaró áreas de especial incidencia de la enfermedad y aprobó medidas sanitarias “de salvaguardia relacionadas con los subproductos animales no destinados al consumo humano procedentes de piezas de caza mayor de actividades cinegéticas”.

Extremadura tiene un importante peso en la Unión Europea en la conservación de aves necrófagas, ya que es el hábitat de especies tan importantes como el buitre negro, del que residen en la región un total de 925 parejas reproductoras, lo que representa el cuarenta por ciento de la población europea; 2.000 de buitres leonados, 165 de alimoches y 2.007 de milano real.

De esta última especie invernan en Extremadura unos 5.000 ejemplares procedentes del centro de Europa. 

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