1. En abril de 2017 estalló el caso Lezo. Ignacio González fue detenido y la preocupación de los españoles por la corrupción se disparó en las encuestas ante el enésimo caso aislado en el PP. ¿La respuesta de Mariano Rajoy? Anunciar a bombo y platillo una oficina anticorrupción en el PP: un organismo de control interno para prevenir nuevos escándalos, vigilar la conducta de los militantes e incluso abrir investigaciones a sus dirigentes bajo sospecha.
Diez días después, el recién nombrado director de esa oficina, Manuel Cobo presentó su dimisión por motivos de salud. El PP aseguró que nombraría un sustituto en una semana. No ocurrió.
Dos meses después, el puesto sigue vacante y la oficina anticorrupción permanece inactiva. No es la primera vez.
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2. En febrero de 2009 estalló el caso Gürtel. ¿La respuesta de Mariano Rajoy? Primero tachó el asunto de “cacería contra el PP” y cuando vio que la teoría de la conspiración no colaba, anunció una serie de medidas internas para “luchar contra la corrupción”. Ana Mato y María Dolores de Cospedal presentaron un “nuevo código ético” para sus militantes “más allá de lo que exige la ley” que, entre otras cosas, prohibía recibir regalos. El partido se comprometió por escrito a realizar una auditoría externa anual de sus cuentas, que publicarían en su web. También anunciaron un nuevo puesto: el auditor de prácticas internas del partido.
La auditoría externa nunca se hizo.
Del auditor de prácticas internas tampoco se volvió a saber. En su momento se anunció para el puesto al exministro Romay Beccaría, pero no consta ninguna actuación por su parte ni tampoco que se designase un sustituto en el cargo cuando fue nombrado presidente del Consejo de Estado, dos años después.
En cuanto al código ético, jamás se llegó a aplicar. La propia Ana Mato acabó dimitiendo, pero no porque la Gürtel le regalase las fiestas de cumpleaños de sus hijos o sus viajes a Eurodisney o a Suiza –algo que se publicó por primera vez antes incluso de su nombramiento como ministra–, sino porque la Audiencia Nacional la acabó procesando como beneficiaria a título lucrativo de la Gürtel por esos regalos.
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3. En enero de 2013, la justicia encontró la fortuna en Suiza de Luis Bárcenas y poco después se descubrieron los sobresueldos en negro en el PP y los SMS del presidente del Gobierno a su extesorero. ¿La respuesta de Mariano Rajoy? Anunciar otra vez dos auditorías: una externa y otra interna. El PP también se comprometió a que todos los miembros de la dirección del partido publicarían sus declaraciones de la renta.
Mariano Rajoy hizo pública su renta, pero las del resto de los dirigentes del PP siguen sin publicase más de cuatro años después.
La auditoría externa, de nuevo, no se hizo. Al cabo de dos meses, el PP aseguró que no había logrado encontrar auditor, y hasta hoy.
De la auditoría interna se ocupó la actual tesorera del partido, Carmen Navarro. Por supuesto, no encontró ninguna irregularidad. Hoy Carmen Navarro está imputada por la destrucción de los discos duros de Luis Bárcenas.
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4. En 1989 estalló el caso Naseiro. ¿La respuesta de José María Aznar? Anunciar una investigación interna y un código ético. Otra declaración de principios y buenas prácticas que nunca se cumplió.
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