Tú sí, tú no

Las noticias transcurren tan rápido, que enseguida quedan obsoletas. Los tuits circulan tan veloz por la red, que un simple parpadeo nos despega de la última hora. La sucesión de crisis que estamos encadenando produce tanto desasosiego, que nos impide levantar la mirada del día a día en nuestro entorno más cercano para mirar un poco más allá. Hoy, todo es tan fugaz, que poner perspectiva a lo que nos rodea es un ejercicio tan necesario como urgente y sano.

Actualmente, hay 65 guerras o conflictos armados activos en el mundo que provocan desplazamientos. Sin embargo, paradójicamente, las desigualdades en la apertura de fronteras que otorgan asilo, refugio y protección son acuciantes. Como ha quedado reflejado en la reciente gestión de las políticas de asilo fruto de la invasión de Rusia a Ucrania, la solidaridad y la justicia social son posibles en los estados de la Unión Europea, pero no desde el prisma de los derechos humanos universales. Llegamos a esta conclusión porque, mientras conflictos armados culturalmente más próximos hacen que nuestras fronteras se flexibilicen, otros, lamentablemente, siguen siendo lejanos, y esas fronteras se convierten en escenarios para la exclusión, la violencia y la muerte.

Esta situación debe empujarnos a realizarnos algunas preguntas incómodas. ¿Cómo estamos actuando en Europa en aquellos otros conflictos que se producen más lejos? ¿Ofrecemos la misma acogida y atención a todas las personas que huyen de la violencia en otros lugares? En definitiva, ¿las vidas de unas personas valen más que otras para nuestro viejo continente?

Son necesarias unas políticas de asilo que protejan en condiciones de igualdad a todas las personas que huyen de la persecución y la violencia. Reivindicamos políticas públicas que defiendan el bienestar colectivo y que garanticen los derechos humanos de todas las personas. Pedimos no mirar hacia otro lado, porque mientras nos movilizamos por la paz, en Euskadi fabricamos las armas que están en las primeras líneas de los enfrentamientos. Además, consideramos que es imprescindible propiciar una cultura de paz que permita a las personas y pueblos convivir de forma pacífica. Finalmente, creemos que la política de cooperación al desarrollo es parte de la solución en la construcción de sociedades más justas y equitativas.

Vivimos en un sistema en el que la acumulación del capital y las decisiones individuales están por encima de la solidaridad, la empatía y la vida. Somos conscientes de que este mismo sistema capitalista heteropatriarcal es responsable de las causas estructurales de las desigualdades, la pobreza, la degradación del medio ambiente, o las migraciones forzosas. De hecho, cada año millones de personas se ven obligadas a huir de sus países por sufrir persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, desastres ecológicos, pertenencia a determinado grupo social, por su orientación afectivo-sexual, por su identidad de género, o por los conflictos armados que tienen lugar en sus países.

Desde la Plataforma Pobreza Cero de Donostia, compuesta por 16 organizaciones y movimientos sociales de la ciudad, reconocemos que las causas de esas desigualdades son variadas, que en ellas influyen multitud de factores, y que responden a decisiones políticas y económicas, así como a agendas muy alejadas de la defensa de los derechos humanos y de políticas migratorias que apuestan por la justicia social. Por ello, consideramos que la pobreza y las desigualdades, en cualquiera de sus múltiples expresiones, no son inevitables. Con voluntad política es posible dar la vuelta al actual orden económico y político mundial, responsable de las desigualdades y generador de las crisis económicas, sanitarias, migratorias, etc. que vivimos.

Las instituciones deben dar respuestas valientes, urgentes, solidarias y justas para paliar la situación actual y sus múltiples crisis derivadas. Urge avanzar hacia nuevos modelos de vida que pongan la vida en el centro, el respeto al medio ambiente, la equidad de género y, en definitiva, una vida digna para todas las personas.

La ciudadanía también puede contribuir a ello mediante la denuncia, la movilización, la participación social, o en con el lema Tú sí, tú no: por unas políticas de asilo que protejan a todas las personas, invitamos a la ciudadanía a participar en las actividades que hemos organizado con motivo del 17 de octubre, Día Internacional contra la Pobreza y la Exclusión. Concretamente, en la bici marcha reivindicativa que partirá el domingo día 23, a las 12:00, del Peine del Viento hasta el Boulevard donostiarra.