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La agonía del Bilbao Basket

Gorka Arrinda, máxima accionista del Bilbao Basket, en el pabellón de Miribilla.

Alberto Uriona

Bilbao —

El Bilbao Basket sigue en una situación límite. El club continúa sin cerrar su futuro, que pasa por apartar a su máximo accionista, Gorka Arrinda, de la gestión económica del club. Una entidad que ha sobrevivido las dos últimas temporadas básicamente por la aportación de dinero público, hasta 5,2 millones de la Diputación de Bizkaia. Sus principales patrocinadores privados han sido un fraude, como la pasada temporada al no aportar, o no han existido, lo que ha ocurrido en la actual.

En el fondo de la delicada situación del club, está que Arrinda ya no congenia con el PNV, según coinciden varias fuentes conocedoras de los entresijos del club. Al máximo accionista, los peneuvistas le han ayudado varias veces. Primero hace dos temporadas, tras el abandono del patrocinador que en la década pasada permitió el crecimiento del club: Iurbentia, la promotora inmobiliaria del empresario Jabyer Fernández, quien osó enfrentarse al diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao y se ha quedado sin negocios en Euskadi y pendiente de ser condenado a la cárcel.

La salida de Iurbentia obligó a buscar otro patrocinador y apareció Gescrap, una empresa de la familia Velasco, con buenas relaciones con el PNV y que se prestó a financiar durante una temporada al Bilbao Basket. El club anunció entonces, en 2011, que el acuerdo era para cuatro años con una aportación anual de dos millones. Pero la empresa, en lo que pocos dudan que entró en el patrocinio por las presiones de la Diputación vizcaína, lo limitó a una temporada.

Arrinda tuvo que recurrir a otro empresario que venía precedido por impagos y pleitos judiciales, Sergio Juan Castro, dueño de Uxue, una empresa dedicada a las energías renovables. Firmó un contrato de patrocinio de 3,9 millones por tres años, lo que ya sorprendió entre empresarios que habían tratado con Castro. “No va a poner ni un euro. Al tiempo”, comentó uno de ellos al conocer el acuerdo. Así fue. Uxue también incumplió en 2012 una inversión de seis millones para un proyecto industrial tras “marear” durante nueve meses al Gobierno vasco. Un precedente que entonces la cúpula del Bilbao Basket no tuvo en cuenta. Ahora, tras no recibir ningún euro pese a que la publicidad de Uxue estuvo en las camisetas durante casi toda la temporada, el asunto ha acabado en los tribunales por una denuncia del Bilbao Basket al incumplir los pagos firmados.

Activo electoral

Y eso que ha recibido favores públicos, especialmente del BEC (la Feria de Muestras de Barakaldo). Esta entidad pública le alquiló gratis su pabellón principal durante una temporada, lo que le reportó pérdidas al BEC por 350.000 euros y también adquirió dos graderíos telescópicos con sus asientos, por lo que pagó al club vizcaíno de baloncesto un total de 773.125 euros.

Si el Bilbao Basket sobrevive actualmente se debe fundamentalmente a la Diputación de Bizkaia, que accedió a pagar el pasado año los 5,2 millones firmados del contrato que había suscrito hasta 2016. De esta cantidad, 3,7 millones se dedicaron a liquidar las deudas con la Hacienda foral y 1,5 millones sirvieron para tapar los agujeros. Pero hace unos meses, sin nuevo patrocinador, volvió a aflorar la deuda y el riesgo de desmantelamiento del club. No ha llegado porque las instituciones públicas vizcaínas y el PNV no se puede permitir dejar morir un club con una importante base social (7.500 abonados) y un pabellón que se llena casi siempre con casi 9.000 aficionados. Aunque muchos aficionados entren también con invitaciones. Esa importante masa social siempre es un activo electoral para cualquier partido político y el PNV ya demostrado su interés en controlar lo que mueve masas, como históricamente ha ocurrido en la elección de los presidentes del Athletic.

Pero el precio a pagar por esas ayudas y sobre todo por las influencias para abrir la puertas a patrocinadores privados es la relación de confianza con la cúpula del Bilbao Basket. Lo que no ocurre ahora. A Gorka Arrinda se le ha dicho claramente que puede continuar con la gestión deportiva pero la económica debe derivarse a otro grupo, más conectado con el PNV. Aunque hace un mes la entrada de nuevos inversores parecía hecha, el asunto se ha ralentizado. Fuentes conocedoras de la negociación aseguran que el problema está en que Arrinda quiere cobrar por la venta de parte de sus acciones, lo que es rechazado por el nuevo grupo. En el club no hay comentarios. “Es un tema que lo lleva personalmente Gorka Arrinda”, aseguran.

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