JUICE: explorando Júpiter y sus lunas heladas como nunca antes
Álava contará con Ágora, un espacio para implicar a la sociedad en “el cambio económico y social”
El diputado general de Álava, Ramiro González, se comprometió en campaña electoral a constituir una mesa para la recuperación económica, y con la puesta en marcha del proyecto Ágora, pretende dar cumplimiento a esa obligación contraída con la sociedad. Para el diputado esta iniciativa es más ambiciosa ya que nace con el objetivo de implicar a gran parte de la sociedad en ese reto de “devolver al territorio alavés su liderazgo”.
Son 200 los agentes sociales, económicos, culturales, entre otros, que han recibido la invitación a participar en el espacio físico y virtual que “propiciará el cambio que Álava necesita”. Su dinámica de funcionamiento es sencilla, se crearán lugares de encuentro entre los diferentes participantes y será la Diputación la que haga de nexo de unión para facilitar el entendimiento entre los diferentes ámbitos. El propio diputado confía en la receptividad de los agentes invitados a participar en estas dinámicas de trabajo “ya que responden precisamente a una demanda que ellos mismos me han trasladado. Se encuentran con dificultades para relacionarse y hemos diseñado esta fórmula para posibilitar que se encuentren, establezcan un diálogo práctico, se entiendan y de este proceso afloren ideas que se materialicen después en proyectos”, ha explicado González.
Espiral de innovación
Entre los ejemplos citados por el diputado, destaca la relación entre las universidades y las empresas, que pretenden dinamizar a través de esta metodología, o de los agentes culturales también con el mundo educativo.
El primer encuentro se celebrará en el Museo Artium el 21 de enero. Ese día el propio diputado presidirá la reunión y cuatro líderes sociales- todavía no han desvelado sus identidades- abrirán el proceso de participación.
Estiman que en junio contarán con los primeros resultados de estas dinámicas. Pero el propósito es que los procesos de cooperación entren a formar parte de las rutinas de trabajo de los agentes implicados y se perpetúen en el tiempo. “Queremos que el proceso sea una espiral de innovación, que no tenga fin. Que interioricen esta forma de trabajar y la instauren en su día a día”, detalla Ramiro González.