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La Audiencia condena al BBVA a devolver unas aportaciones subordinadas por 83.000 euros

Protesta de afectados por las aportaciones de Eroski y Fagor, en Bilbao.

Eduardo Azumendi

La Audiencia de Bizkaia ha ratificado la condena impuesta por un juzgado de Bilbao al BBVA por la que le obliga a devolver el importe de unas aportaciones financieras subordinadas de Eroski a un matrimonio de jubilados. La cantidad asciende a 83.450 euros en total. La relevancia de la sentencia radica en que es la Audiencia la que confirma todos los extremos de la sentencia impuesta en un primer momento por el juzgado y vuelve a reiterar el argumento de los bancos colocaron “un producto complejo y de riesgo” sin la suficiente información. La Audiencia incluso recalca en su fallo que la entidad financiera no ofreció a los afectados las características mínimas del producto y tan solo se limitó a exponer las ventajas.

El caso, que ha sido llevado por el abogado bilbaíno Gabriel Torres Amann, afecta a una pareja de jubilados que “siempre” han buscado la seguridad en sus ahorros. “Llegada la edad de la jubilación, cuando no hay margen vital para recuperarse de fracasos económicos, fueron a buscar un producto seguro, y el banco demandado les hizo creer que lo contratado reunía seguridad, liquidez y alta rentabilidad”, resalta el abogado en su demanda. “Es evidente”, añade, “que si el BBVA le hubiera informado de qué era una aportación financiera subordinada, le hubiera puesto en su conocimiento el concepto de perpetuidad del producto, el alto riesgo de perder capital, la poca liquidez, la ausencia de cobertura por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, la mala situación económica de Eroski, etc. jamás lo habría contratado”.

La sentencia confirma que la información facilitada por el BBVA no fue todo lo profesional que se espera de una entidad financiera ni tuvo en cuenta el hecho de que el ahorrador “nunca había invertido en productos complejos y de riesgo, que no tenía ningún conocimiento de ellos, ni cualificación financiera para entenderlos ni voluntad de contratarlos”.

Según el abogado, “el BBVA debió darse cuenta del perfil de mis mandantes y de que el producto no era conveniente para ellos por su edad y su condición, siendo patente que carecían de conocimientos técnicos financieros para saber lo que es una obligación subordinada”.

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