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¿Es Bilbao una ciudad peligrosa?

Traslado de uno de los cadáveres hallados en la vivienda de Otxarkoaga

Iker Rioja Andueza

“¡Mano dura!”, se pudo escuchar la noche del viernes en las calles de Otxarkoaga, el humilde barrio obrero de Bilbao que se ha llenado de solidaridad en los últimos días como consecuencia del asesinato de una pareja de octogenarios, Rafael y Lucía, de origen castellano y cuyos cadáveres fueron hallados en su domicilio con golpes e incluso heridas de arma blanca. Este suceso, aunque inaugura la crónica negra de 2018, sigue a la muerte del exfutbolista Ibon Urrengoetxea tras ser asaltado por dos menores que fueron a robarle -relacionados con otros delitos- y a una agresión violenta en el metro. No pocos vecinos de la ciudad claman contra la “inseguridad” y el alcalde Juan María Aburto ha reconvertido la “guerra al navajero” de Iñaki Azkuna en un plan especial de 25 medidas porque “con la inseguridad, tolerancia cero”. El debate está servido: ¿es Bilbao una ciudad peligrosa?

“Dentro de Euskadi, es evidente que Bilbao es la zona que más hay que controlar. Pero Bilbao tiene datos [de criminalidad] razonables, más teniendo en cuenta cómo ha crecido en eventos y en turistas. El problema es la sucesión de hechos. ¿Qué pasó con el 'shaolín' hace unos años?”, valora un responsable de la Ertzaintza para eldiarionorte.es recordando los crímenes del experto en artes marciales y que en días sucesivos hubo otros asesinatos. “Bilbao en este momento tiene un problema de seguridad pública, como demuestran los hechos. Y no lo quieren ver ni el Ayuntamiento ni el Departamento de Seguridad [del Gobierno vasco]. Hay una alarma social que es real y que las autoridades no tienen que esconder”, replica Roberto Seijo, secretario general del principal sindicato de la Policía vasca (Erne).

Y, ¿qué dice la fría estadística? Los datos actualizados trimestralmente por el Ministerio del Interior sitúan a Bilbao con una tasa próxima a los 41 delitos por cada 1.000 habitantes, casi tantos como Vitoria y San Sebastián juntas (24 y 20, respectivamente). Pero son indicadores similares a ciudades de ese tamaño como Sevilla (41) o Valencia (44). Madrid queda lejos (73) y mucho más el distrito central de Barcelona (¡400!). El último informe cerrado -a octubre de 2017, sin los datos de final de año- muestra que en Bilbao habían caído respecto a 2016 los robos en domicilios (-27%), los robos con violencia (-16%) o el tráfico de drogas (-38%). 

Seijo cuestiona estos números. “Hay un engaño por parte de las autoridades. Hay muchas denuncias que si no tienen autor conocido no pasan a las autoridades judiciales. Se está engañando a la ciudadanía. Los datos no son reales”, protesta el responsable sindical. Y añade: “Comparativamente, los datos siempre han dado que Bibao era más segura que otras grandes ciudades del Estado, pero en los últimos meses tenemos una preocupación bastante importante”.

“No voy a admitir como alcalde que hechos tan trágicos como éste sirvan para que se intente generalizar una imagen de inseguridad de una ciudad que no lo es”, declaró Aburto tras el crimen de Urrengoetxea, natural de Amorebieta-Etxano. Esta semana ha añadido que se “rebela” ante la idea de hablar de “inseguridad” tras el doble homicidio, si bien sí empleó ese concepto en su mensaje de Facebook (que acompaña estas líneas). El regidor pudo escuchar de primera mano críticas, protestas e incluso peticiones de dimisión cuando participó el viernes en la concentración de Otxarkoaga tras el doble homicidio de esta semana.

En la oposición los mensajes que llegan son de todo tipo, en algunos casos incluso contradictorios. La portavoz de EH Bildu en Bilbao, Aitziber Ibaibarriaga, denunció el “abandono” de los “puntos calientes” de la ciudad y, en especial, de Otxarkoaga y pidió más coordinación entre los distintos cuerpos para mejorar la seguridad mientras su compañero Iker Casanova pedía “serenidad” y “no caer en el populismo punitivo” y en poner “un policía en cada esquina” por “una sensación no real de que hay inseguridad”.

Según Eukene Arana (Podemos), “Bilbao no tiene nada que ver con la imagen idílica que vende” el alcalde Aburto. Desde el PP, el portavoz local Luis Eguíluz calificó de “negro” el período navideño -antes del doble crimen- y planteó a Aburto que se coordine incluso con las Fuerzas de Seguridad del Estado y con el CNI ante los eventos de relevancia que acogerá la villa en 2018. Ahora asegura que es “marketing” su nuevo plan.

Para Seijo, una de las claves es la escasez de plantillas tanto en la Policía local como en la autonómica. “Los delincuentes, si ven esa menor presencial policial, al final se llevan la impresión de que esto es jauja, un país de risa”, indica. Según sus datos, la comisaría de la Ertzaintza en Deusto tiene una carencia estructural del 7% de la plantilla prevista, lo que “añadido al absentismo” supone “del orden de 15 patrullas menos en las calles”. La dotación del cuerpo municipal es similar, unos 700 efectivos, aunque en este caso “faltan medios y además es una plantilla muy envejecida”.

Una de las medidas prometidas por Aburto es precisamente una OPE anual para incorporar nuevos funcionarios. En el caso de la Ertzaintza, según Seijo, las restricciones de gasto decididas por el Departamento de Seguridad que dirige Estefanía Beltrán de Heredia, hacen que los despliegues no sean los adecuados, sobre todo en grandes eventos. “Han llevado a cero el tema de refuerzos por no querer hacer llamamientos en día libre”, insiste.

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