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“En el juicio por la muerte de Cabacas solo se sientan las víctimas, faltan los responsables policiales y políticos”

El líder del sindicato ErNE, Roberto Seijo (derecha), junto al que se perfila como su sucesor y actual 'número dos', José Luis Moreno.

Aitor Guenaga

Cuando ErNE adoptó el cargo de secretario general en su estructura ejecutiva en 2014 Roberto Seijo fue elegido con el 91%. Cuatro años después, en el X congreso que acaba de terminar ha logrado un 89% de apoyo. Su liderazgo no se ha erosionado. Seijo ha situado al sindicato en una mayoría cómoda frente al resto de fuerzas sindicales y ha liderado el enfrentamiento sin cuartel que ha vivido la Ertzaintza en los últimos cinco años.

Es viernes. La cita con el líder de ErNE es en Bilbao, en la sede del sindicato que lidera, el mayoritario de la Ertzaintza. Y en la primera entrevista tras su reelección -en la que repasa las consecuencias del juicio por la muerte de seguidor del Athletic, Íñigo Cabacas, el final de ETA, la sentencia a 'la manada' o la preparación de la Ertzaintza frente al terrorismo yihadista- Seijo renueva la oferta de diálogo y mano tendida al equipo del Departamento de Seguridad que dirige la consejera Estefanía Beltrán de Heredia, quien en un mensaje de 'whatsApp' enviado el mismo día de su reelección le ofrecía mantener un “diálogo constructivo” para que la policía vasca pueda “seguir dando un servicio público de seguridad en Euskadi de calidad”. El tiempo para que la Ertzaintza no estalle de nuevo se agota: “Urkullu tiene un par de semanas”, advierte Seijo. La negociación ya ha empezado. “Hay posibilidades de llegar a acuerdos y los vamos a buscar hasta el último momento. Pero si no se consiguen, que tenga claro Urkullu lo que viene, la confrontación total”.

En su intervención final ante los delegados del X congreso mostró la cara más amable y pactista del sindicato ErNE tras un periodo de conflictividad extrema en la Ertzaintza. ¿Por qué?

ErNE cambia tras lo que pasó en la manifestación de ertzainas frente al Parlamento vasco.

Se refiere a aquella concentración en la que rebasaron el cordón policial y gritaron de todo y a la cara al lehendakari, a la consejera de Seguridad y al resto de consejeros peneuvistas.

Después de la muerte de nuestro compañero 'Ino', el sindicato ErNE visualiza el hastío y el malestar tan profundo que existe en el colectivo de la Ertzaintza y nos damos cuenta que o los responsables del Departamento se sientan en una mesa con el sindicato mayoritario o podemos tener un gran problema de gestión de la policía vasca.

En un primer momento, el Departamento no lo vio así y la propia consejera anunció la presentación de una denuncia en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana contra los promotores de aquella protesta.

Ese fue en el Parlamento. Pero, días después, me reuní con un miembro destacado del Departamento de Seguridad y ambos coincidimos en que teníamos que buscar fórmulas de encuentro y frenar esta conflictividad tan extrema en el seno del colectivo de la Ertzaintza. Entendí que había que dar una oportunidad frente a los cinco años de negación absoluta y de vulneración de derechos laborales y profesionales en la Ertzaintza por parte del Gobierno de Urkullu. Hay que ver si hay posibilidad de caminar juntos o nos volvemos a distanciar.

¿Llegó a presentar el Departamento la denuncia por aquellos hechos tal y como anuncio en el Parlamento la consejera?

A día de hoy, no tenemos constancia de que se haya presentado o nos hayan notificado ninguna sanción en relación con aquella protesta.

“Mano tendida”, en “el ADN de ErNE está el acuerdo”, hitza (palabra)... pero también le advierte al lehendakari que le quedan pocos comodines, que se les agota el tiempo de la mano tendida.

Así es. Si no buscamos los puntos de encuentro entre el Departamento y nosotros considero que la confrontación puede ser mucho mayor que la que vivimos frente al Parlamento, algo que sería muy negativo para la sociedad, la Ertzaintza y el colectivo y para el Departamento. Y esto no va solo de la modernización de la Brigada Móvil, sino del conjunto de la Ertzaintza.

Acaba de llegar de una reunión este viernes con el sindicato Esan, con el que mantiene una unidad de acción. ¿Que parte de su agenda negociadora consideran irrenunciable? ¿Dónde están las líneas rojas?

Existen dos: la segunda actividad (el sistema modulado), algo a lo que llegamos a un acuerdo de palabra con la viceconsejera de Administración y Servicios hace más de un año pero que no se han completado, ni firmado. Y, lo segundo, la movilidad geográfica, algo que está recogido en el plan para la Ertzaintza 'Horizonte 2016' del señor director de la policía, Gervasio Gabirondo, y que se tiene que acabar. No puede ser que los ertzainas estén desplazándose de un centro a otro, vistiendo y desvistiendo a unas comisarías solo para lograr un ahorro económico, y a costa de dar un mal servicio a la ciudadanía.

¿Si eso no se cumple, volverán a sacar a los ertzainas a la calle?

Así es. No puede haber una coacción de estos dos asuntos sobre otros campos de la negociación como la modernización de la Brigada Móvil u otros como el convenio, que tienen su propia lógica negociadora. Ambos sindicatos estamos en plena sintonía.

Ha mencionado al grupo de élite de intervención de la Ertzaintza, la Brigada Móvil, con unos 400 miembros. ¿Qué ha pasado en ese colectivo? Usted espoleó la guerra contra el Departamento aprovechando el conflicto en la brigada, con el llamamiento a coger bajas, etc. Cerró un preacuerdo con el Departamento y luego esos agentes lo han rechazado en asamblea.

Yo no espoleé nada. La Brigada Móvil ya venía de una situación de conflicto, con unos calendarios esclavistas,

Hombre, amenazó con una semana de bajas laborales justo cuando se iba a celebrar un partido de alto riesgo de la competición europea, después del fallecimiento del miembro de la Brigada Móvil Inocencio Alonso, 'Ino'.

El colectivo ya estaba caliente y con amenazas anteriores de bajas laborales, en concreto en noviembre de 2017. Nosotros, con la desgracia de lo que pasó con nuestro compañero 'Ino', visualizábamos otro conflicto que había en la brigada de retén porque no había ni entrenamientos, ni formación. Todo eso llevó a un escenario de confrontación terrible en la brigada que efectivamente nosotros hemos liderado como consecuencia de la negación por parte del Departamento. Y eso nos condujo a lo que pasó en el Parlamento vasco. Es verdad que los compañeros de la brigada han rechazado el preacuerdo y lo que les hemos dicho es que continuamos con la negociación y que no acordaremos nada que no tenga su apoyo.

Usted sabe que la situación es límite en el colectivo. Incluso han barajado acciones extremas como la 'toma' de la Lehendakaritza, ¿conoce usted esas propuestas?

Cuando le traslado el mensaje que acabo de decir al lehendakari no son amenazas, ni es gratuito. Le traslado el mensaje de necesidad de acordar. El colectivo de la Ertzaintza está en el momento histórico más enfadado, con unas ganas de confrontar como nunca ha sucedido entre los ertzainas.

¿Este Roberto Seijo que habla ahora en clave de acuerdo es el mismo que llamaba en las afueras del Parlamento a la 'guerra' en la Ertzaintza?

Yo he visto un cambio absoluto por parte del Departamento de Seguridad después de aquel día. Me dijeron que esto no podía continuar así. Y les respondí: vosotros lo habéis generado, vosotros lo habéis causado, hay un director de la Ertzaintza y hay personas dentro del Departamento que están pisando y vulnerando los derechos de los trabajadores y hemos llegado a tal límite que esto va a reventar. Es lo que les comenté en ese momento.

Pero lideró, con el discurso más duro que se recuerda en la Ertzaintza, esa conflictividad.

Totalmente. ¿Pero adónde vamos con esa confrontación?

Eso respóndalo usted.

Creo que hemos llegado a la línea roja que no se debería cruzar. ¿Damos un paso más, eso es lo que quieren el lehendakari y la consejera? Los ertzainas quieren acuerdos y mejorar sus condiciones laborales. No seguir la confrontación por la confrontación. Hay posibilidades de llegar a acuerdos y los vamos a buscar hasta el último momento. Pero si no se consiguen que tenga claro Urkullu lo que viene, la confrontación total.

¿Ha pactado con Esan el limite temporal de esa negociación?

El colectivo nos presiona, a los dos sindicatos mayoritarios. El tiempo se está acabando. Estamos hablando de dos semanas como máximo.

Por fin llega el juicio por la muerte del hincha del Athletic Íñigo Cabacas a causa de un pelotazo lanzado por un ertzaina. Los seis encausados, tres mandos intermedios y tres agentes de Seguridad Ciudadana, deben responder por un delito de homicidio por imprudencia. La Fiscalía no acusa porque no ve delito.

Como en otras cuestiones, nosotros somos víctimas de la incapacidad de gestión de unos Departamentos de Interior (antes) y de Seguridad (ahora) que nos han llevado a ejecutar una gestión de la seguridad incorrecta en aquel callejón de María Díaz de Haro, en Bilbao. donde cayó Iñigo Cabacas. Nunca tenían que haber intervenido allí los agentes de Seguridad Ciudadana: los mandos de la Brigada Móvil, y con alguno estuve reunido poco después de que pasara aquello, nos dijeron que ellos tenían la formación necesaria y los medios humanos y materiales para intervenir de otra manera. Yo pude ver una orden interna por escrito en la que se detallaba que los agentes de la Brigada Móvil no podían lanzar pelotas ni en lugares cerrados como aquel callejón, ni donde hubiera un gentío como el que había aquella noche, ni con las distancias con las que se emplearon las pelotas de goma. Se podía haber evitado aquella intervención por parte de los agentes de Seguridad Ciudadana si se hubiera llamado a las furgonetas de la Brigada Móvil, que estaban a poco más de tres minutos.

Esto que está revelando en esta entrevista es muy grave.

Es que si la brigada hubiera intervenido probablemente Íñigo Cabacas no estaría hoy muerto. Hay una responsabilidad política y de los mandos de la Ertzaintza por esa mala gestión.

¿O sea que cree que no se sientan todos los que deberían estar en el banquillo de los acusados?

Claro. Es que no están los que deberían de sentarse y no son responsables nuestros compañeros de Seguridad Ciudadana, que en ningún momento pensaban que podían hacer el daño que finalmente se hizo, ni que estaban incumpliendo ninguna orden y que aquello fuera una actuación ilegal. Pero esa gestión de crisis que se hizo aquel día fue incorrecta.

Pero los responsables tienen nombres y apellidos.

Aquí hay unos responsables. En el juicio por la muerte de Cabacas solo se sientan las víctimas, faltan los responsables policiales y políticos. El primero que se tenía que sentar es el máximo responsable de aquel operativo, que entonces era Jorge Aldekoa. Ese, el primero. Y posteriormente todos esos Departamentos de Interior que en aquel momento eran diferentes a los actuales, que hicieron una mala gestión de la seguridad pública, algo que se arrastra desde la etapa de consejero Juan María Atutxa.

¿Entonces, cree que van a pagar justo por pecadores?

Esperemos que no, porque esas personas no son responsables de lo que pasó, son víctimas. Espero que salgan absueltos. La responsabilidad real está en el nivel político y de dirección de la Ertzaintza.

¿Está la Ertzaintza preparada para evitar atentados yihadistas en el País Vasco?

Está ahora más preparada que hace tres años. Entonces denunciamos ante la comisión de Seguridad de la Unión Europea que no lo estábamos, que no había unidades de intervención rápida para evitar el daño mayor o, al menos, minimizar los daños que se produzcan, porque es muy difícil controlarlo todo, la seguridad total no existe. Lo primero para combatir el yihadismo es la investigación, la información y su gestión y el control previo sobre esos grupos, antes que la propia intervención policial tras un atentado, siempre tan difícil de prevenir.

¿Y qué ha cambiado desde aquella denuncia?

Tenemos unas unidades PRI de intervención rápida que se activaron meses después de aquella denuncia de marzo de hace tres años. Pero, a día de hoy, los medios siguen siendo insuficientes en Euskadi. El tiempo de reacción es importante para minimizar los daños cuando la labor de inteligencia y de información no funciona.

¿Cuántas unidades de ese tipo existen?

Creo que hay tres, trabajando 24 horas al día. Y se tienen que ampliar.

En el X congreso, todos los delegados en pie rindieron un sentido homenaje a los 38 agentes locales y ertzainas que fueron asesinados por ETA. El propio presidente del Tribunal Superior de Justicia vasco, Juan Luis Ibarra, señaló en el cierre de cónclave que ustedes y los magistrados son unos “supervivientes al terrorismo liberticida de ETA”. La disolución de ETA ha dado paso al debate sobre el acercamiento de sus presos. ¿Cree que hay que traerlos a prisiones vascas?

Lo que tenemos claro es que hay que redoblar esfuerzos para conocer los autores y resolver los asesinatos que están pendientes por las acciones terroristas de ETA. Eso es lo primero, y lo que hay que exigir a muchos de esos presos es que colaboren en la resolución de todos esos casos, ahora que la organización terrorista ha desaparecido como tal.

Ellos han dejado claro en su debate que la delación es una de las líneas rojas que no van a traspasar.

Las personas asesinadas, todas las víctimas y la memoria como tal necesitan de la resolución de esos asesinatos, más de 300. Y que paguen por ello las personas que los han cometido. Hay un Estado de derecho y unas leyes, ¿no? pues que se apliquen.

Le preguntaba por los presos de ETA, si cree que Rajoy debe modificar ya su política penitenciaria de dispersión.

Como sindicato policial no entramos a valorar eso. Es algo que corresponde a los partidos. Nosotros exigimos a los Gobiernos que no abandonen a las víctimas. Y las víctimas deben ser resarcidas también en el apartado civil en las indemnizaciones fijadas en las condenas judiciales.

La operación policial para incautar bienes a condenados por terrorismo mas pareció una cortina de humo para que no se hablara de los planes de Rajoy para acercar 40 presos en segundo grado o enfermos a Euskadi.

Es política, los políticos juega a hacer política y, a veces, a esconder otras cosas que no quieren revelar o que están trabajando con discreción.

¿El final de ETA era el que esperaba? ¿Habría ido al acto con los mediadores internacionales en Cambo?

Ha sido vergonzoso y escandaloso que ETA hiciera una distinción entre víctimas de primera y otras de cuarta para ellos. Nadie merece ser asesinado por nadie. Y no se pude legitimar eso que puso ETA en su comunicado sobre el daño causado. Yo no habría ido a Cambo y estoy donde tenemos que estar, cercanos a las víctimas, porque nosotros también hemos sido víctimas. No creo que el final de ETA hubiera que aplaudirlo de esa manera cuando realmente se estaba humillando a muchas víctimas.

Usted ha sido víctima. Pero no sé si cree que la Ertzaintza también ha causado víctimas. Un informe sobre tortura y abusos policiales coordinado por el prestigioso forense Paco Etxeberria ha documentado más de 300 casos de torturas en la policía vasca.

Renunciamos a estar presentes y a legitimar ese informe aunque el propio Jonan Fernández, coordinador de las política de memoria del Gobierno vasco, nos llamó para explicárnoslo. Se hizo mal, es un informe que intentaba manipularnos para presentarlo horas después públicamente. Pero, más allá de las formas empleadas por el Gobierno vasco, nosotros rechazamos las conclusiones del mismo. No hay ninguna condena judicial a la Ertzaintza por torturas. Repito, ninguna. ¿Que pueda haber algún caso? tal vez, pero no hay ninguna condena. Y se utiliza la palabra tortura, con la cobertura del Protocolo de Estambul, a veces para denunciar que no se ha dado un bocadillo caliente a un detenido. Es que no se pueden comparar las torturas, con los malos tratos o tratos degradantes, en su caso, con el mal funcionamiento del servicio policial a un detenido.

¿Qué le ha parecido la sentencia condenatoria por abusos y no por violación contra los miembros de 'la manada'?

Desde fuera, y sin haber leído completamente la sentencia y el voto particular, creo que es injusta con la víctima. La aplicación de la propia ley puede llevar a que haya una sentencia de este tipo, pero es sin duda injusta con la víctima. Yo creo a la víctima y por eso sostengo que los condenados lo tenían que haber sido por violación y no por abusos. Las mujeres han sufrido y siguen sufriendo la violencia por parte de los hombres, y eso no es sino un ejemplo brutal de la desigualdad que existe en nuestra sociedad. Y lo que pasó el 8 de marzo es un nivel de movilización que las mujeres no deben abandonar para cambiar este mundo y esta desigualdad estructural.

Algunas feministas, indignadas con el voto particular de esa sentencia, han apuntado que el juez que pretendía absolver a los integrantes -y ahora abusadores sexuales- de 'la manada' ha puesto en negro sobre blanco “pura literatura judicial que promueve la cultura de la violación”.

En este caso, un juez como ese podía haber sido mucho más riguroso. No hay necesidad de incluir algunos términos para describir lo que pasó en aquel portal ni esa literatura, porque hace un gran daño a esa víctima y a todas las demás. Es gratuito y eso además no anima a denunciar. Estamos ganando la batalla a los malos tratos y a las violaciones a las mujeres, con sus denuncias, con las escoltas para evitar que las maten, con todas las medidas que se implementan desde las diferentes administraciones, pero este tipo de literatura nos hace retroceder. Es una equivocación absoluta desde el ámbito judicial.

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