Con el cáncer en la diana
El cáncer es el gran enemigo a batir por la sanidad. De momento, se ha conseguido cronificar en muchos casos gracias a los avances en los tratamientos, pero la batalla es larga. El Plan de Salud 2103-202, elaborado por el Departamento de Salud, pretende reducir la incidencia del cáncer, con una tasa actual de más de 200 casos por cada 100.000 habitantes, al menos un 10% en los próximos siete años. La mortalidad por esa enfermedad debería caer en esa proporción para ambos sexos (en el caso de los hombres es prácticamente el doble de alta en la actualidad).
Además, Osakidetza quiere incrementar del 60% hasta el 70% la prevención del cáncer colorrectal en varones y reducir la mortalidad del cáncer de mama un 10% (afecta a 95 de cada 100.000 mujeres). Mejorar la integración del paciente oncológico entre la Atención Primaria y la especializada y, dentro de ella, entre las distintas disciplinas, es otro de los retos dibujados por el consejero de Salud, Jon Darpón, durante el debate parlamentario del Plan de Salud.
Otros objetivos fijados por el Plan son mantener la universalidad de la atención sanitaria, rebajar la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares, reducir problemas sociales como el alcoholismo y el tabaquismo, así como los suicidios o los accidentes laborales y de tráfico.
Coincidencia
En cuanto a la dotación presupuestaria, el consejero ha sido esquivo y se ha limitado a “supeditarla” a los límites y mandatos que el Parlamento vasco fije para los presupuestos en cada uno de los ejercicios. “El plan no puede ni debe obviar el contexto de crisis que ha obligado a los reajustes de los últimos años. El plan está inmerso en las circunstancias económicas en las que vivimos”, ha recalcado el consejero.
En líneas generales, la oposición ha mostrado su coincidencia en los objetivos, aunque ha insistido al consejero en la necesidad de garantizar los recursos económicos suficientes para que la sanidad siga siendo de carácter universal y se reduzcan paulatinamente las listas de espera.
