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“El conflicto está minando la ilusión de los docentes”

Profesores de colegios concertados protestan frente a la sede del Parlamento vasco.

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Cinco huelgas y varias resoluciones judiciales después, el conflicto de la enseñanza concertada sigue atascado. Los centros se encaminan hacia el final del curso sin haber solucionado el problema con sus docentes. Y lo que es más preocupante, sin visos de que el acercamiento entre patronal y sindicatos sea posible. Mientras, los profesores acusan ya el desgaste y el clima escolar se ha enrarecido en los claustros. Una mala noticia con vistas a la recta final de curso.

Josu Izuskiza es docente en el colegio Carmelitas, en Vitoria. Ha estado desde el primer momento en las movilizaciones. “Es un conflicto que se arrastra desde hace cuatro años, pero que ha tenido una plasmación más intensa a nivel de calle en este curso. Hasta ahora no hemos trasladado el problema a las aulas, pero la situación ha cambiado porque las huelgas afectan a la marcha de las clases. El ambiente a nivel de claustros empieza a complicarse porque unos docentes se implican más que otros en las movilizaciones. Esto no ayuda a que la marcha sea la adecuada”.

Sobre el respaldo o no de la sociedad a sus protestas, Izuskiza cree que la información que está llegando a los padres de los alumnos no está centrando el problema. “No se trata tan solo de una rebaja del 3% del salario. Es la aplicación de un convenio estatal que rebaja ostensiblemente nuestro salario, aunque ahora existe un complemento que lo compensa. Pero no se sabe hasta cuándo. Las condiciones que nos arriesgamos a perder si esto no se arregla supondrían un retroceso muy importante. Y eso sí que va a afectar a la calidad de enseñanza”.

“No se puede rendir bien”

“Si te aumentan el horario lectivo y las condiciones laborales retroceden….Una persona que no está a gusto en su trabajo no rinde bien. Hasta ahora lo hemos salvado, pero la situación se alarga. La gente le da más vueltas, pero tenemos muy claro que la patronal no da pasos para negociar. El núcleo de la huelga se mantiene. No ayuda en nada al ambiente escolar. La comodidad de los que prefieren quedarse y no salir, pero sí beneficiarse de los logros que obtengan los que se movilizan provoca que haya situaciones de mosqueo”.

Laura Ormazabal también es docente en la red concertada. Para ella, “el conflicto está minando la ilusión de los docentes”. “Hay amenazas veladas por parte de la dirección de los centros, con mensajes que de que vamos en contra de los colegios. Pero solo queremos un convenio justo. Es posaible que la sociedad nos vea como unos privilegiados y no entienda muy bien las razones de nuestra protesta, pero lo cierto es que metemos muchas horas y solo reclamamos un convenio justo”.

La desunión por el tiempo prolongado del conflicto se hace patente en algunos colegios. “En algunos centros hay desunión y compañeros que no se involucran. La respuesta es desigual. Pero lo que sí estamos diferenciando bien es los alumnos y las clases de las movilizaciones”. El tiempo pasa, el final de curso se acerca y no se termina de ver luz al final del túnel.

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