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La crisis se ensaña con los medios de comunicación de Euskadi

Las aglomeraciones de fotógrafos y periodistas ya han dejado de ser un habitual en Euskadi por el adelgazamiento de las redacciones.

Natalia González de Uriarte

Hubo un tiempo en Euskadi en el que ciertos acontecimientos mediáticos desbordaban las mejores expectativas de los organizadores. Era la época de esplendor de los medios de comunicación, cuando las salas de prensa se quedaban pequeñas y los plenos de política general servían de termómetro para medir el vigor y potencial de cada redacción. Entonces la profesión periodística hacía ostentación en las coberturas especiales de su despliegue de firmas. Pero hemos de echar la vista atrás, retrotraernos a antes del 2008 para rememorar panorámicas de esa naturaleza, a aquellos inicios de curso político que llegaban a concentrar más de medio centenar de medios vascos desplazados con su pelotones de trabajadores que tomaban el lugar de la noticia. Las unidades móviles de televisión, el escuadrón de 'plumillas' de la prensa escrita; la incipiente prensa digital; las radios; las agencias de prensa; revistas...El catálogo de manchetas era diverso, incluso en ocasiones acudía a dar difusión de los hechos algún que otro presentador de programas de corte humorístico. Y todo está expectación la retrataban las nubes de fotógrafos.

Pero ya no se han vuelto a ver estampas como aquellas. Ahora sobran sillas en las ruedas de prensa y faltan medios. La sangría en las redacciones ha sido cruenta desde entonces y aquella abundancia pasó a la historia. Los periodistas que quedan rememoran aquel apogeo con añoranza. “El Parlamento necesita gente preguntona por sus pasillos, eso se está perdiendo, porque hay menos, pero también porque las empresas de comunicación piden más rápido, más exclusiva o primicia, más cantidad y no valoran la necesidad de la pausa, la gestión de las fuentes, los lazos de confianza necesarios para que la información sea, sobre todo, de calidad”, reflexiona una veterana periodista con 26 años de profesión a sus espaldas.

Sin datos contrastados sobre la destrucción de empleo

Desde las propias instituciones se preguntan también qué está pasando y qué consecuencias conlleva en la difusión de la actividad política. “Cuando llegan los plenos de constitución del Parlamento, de investidura y toma de posesión del Lehendakari, los plenos de Política General, siempre echamos la vista atrás y revisamos los expedientes para recordar los medios que teníamos que dotar para atender a la avalancha de periodistas que invadían las estancias de la Cámara vasca. Hoy no. Hoy no nos invaden los periodistas, hoy no encontramos en nuestro palco de prensa tertulianos y especialistas en la información parlamentaria que en otros momentos hacían que pensáramos en ampliar más las zonas para la prensa acreditada. ¿Formas diferentes de comunicar? ¿Formas diferentes de entender la actividad parlamentaria? O, simplemente ¿crisis que afecta a los medios de comunicación? Agradecemos a todos los periodistas que en estos momentos siguen recogiendo y dando a conocer desde nuestra sede la actividad parlamentaria y echamos de menos a tantos y tantas periodistas que por un motivo u otro han dejado de estar con nosotros y nosotras”, comentan desde el gabinete de prensa del Parlamento vasco.

La crisis junto al desplome de la inversión publicitaria y la irrupción de Internet se ha llevado por delante a empresas de comunicación y profesionales. La cifra de destrucción de empleo entre 2008 y 2014 alcanza los 11.875 puestos de trabajo destruidos en medios en toda España. Y es aproximativa. “Es prácticamente imposible tener una cifra ajustada de este fenómeno, puesto que no todos los cierres o recortes de plantillas trascienden”, advierten desde la Asociación de la Prensa de Madrid. En su informe del 2014 tampoco disponen del dato desglosado por autonomías así que se desconocen los niveles de destrucción de empleo registrados en Euskadi desde el inicio de la crisis.

Aún a falta de números a nadie cercano al sector se le escapa el maltrato que sufre la profesión. “Los medios de comunicación han sido uno de los principales paganos de la crisis. Miles de colegas de todo el Estado se han visto en la calle. No se han tenido en cuenta sus años de trabajo, su calidad en la elaboración de la información, nada…, solo el coste de su nómina”, declara Txuskan Coterón, presidente de la AVP-EKE y decano del CVP-KEE.

Acusado deterioro de las condiciones laborales 

Precisamente en el 2015 las noticias de despidos y ERE en medios han ocupado demasiados titulares informativos. El goteo no ha parado y llega a afectar a esferas inimaginables hace unos años, como los medios públicos. En las emisoras de radio del grupo EITB 79 personas se han quedado sin trabajo en este 2015 aunque la OPE permitirá la entrada de unas 49. En eitb.com, el soporte digital del grupo ya se suprimieron en el 2013 otros 27 puestos. La SER, que sufrió ajustes previos años atrás, ha despedido a cuatro trabajadores en las emisoras de Vitoria y Donostia este último mes. Después de haber padecido una merma importante hace dos años la delegación vasca de El País cerró definitivamente, dejando tan solo a dos corresponsales en Euskadi. En total han sido 19 los despedidos en la antigua rotativa del grupo Prisa. Vocento aguanta el tirón aunque entre el 2008 y 2012 se deshizo de cuatro trabajadores en Gipuzkoa y otros dos en Bizkaia, según los datos recopilados por la Asociación de la Prensa de Madrid. El mismo y único registro- contempla 7 despidos en el Grupo de Noticias en la cabecera de Gipuzkoa; en El Mundo, otros 6; la Cadena Cope tampoco es inmune: los recortes en Euskadi han dejado en la calle a 4 personas y ADN se vio obligada a bajar la persiana de su redacción en Euskadi.

Entre los medios audiovisuales el ERE en Canal Euskadi afectó a 25 trabajadores aunque las primeras en caer fueron las televisiones locales. De las 25 emisoras que operaban en el País Vasco antes del apagón analógico quedan nueve. El recorrido fue parecido para las delegaciones que las televisiones privadas abrieron en Euskadi en tiempos de bonanza, como Antena 3 y Tele 5. Incluso llegaron a tener su propia desconexión territorial con buenos índices de audiencia. Pero entraron en declive. El interés sobre la información de calado político fue cayendo y las corresponsalías de Telecinco y Antena 3 Televisión en Vitoria cerraron en el año 2011.

Lo último, el cierre inminente la agencia Vasco Press el próximo 15 de julio. Y en este rápido y vertiginoso repaso, algunos de los caídos no se verán reflejados debido a la inexistencia de un registro riguroso.

Pero más allá de las cifras concretas de paro, recortes y cierres el desalentador panorama deja a la vista el acusado deterioro en las condiciones laborales y profesionales en las que trabajan los periodistas. “Casi todo va a la baja: el empleo, los salarios, la estabilidad laboral, las exigencias de calidad y rigor, la independencia”. Así lo afirma y constata el informe de la Asociación de Prensa de Madrid.

Función social de la profesión

Entre los periodistas curtidos es difícil encontrar una lectura sobre la deriva que han tomado los medios de comunicación que no sea crítica con su direcciones. “Tanto los medios privados como los públicos tratan a su personal humano como números. Solo eres útil mientras sirves a sus intereses. Desprecian el capital humano, que es el que hace que las distintas empresas funcionen realmente. En RTVE, además, hemos sufrido una constante pérdida de poder adquisitivo, a la que hay que añadir un aumento de la jornada, que nunca ha sido justificado suficientemente. Por si esto fuera poco, nuestro director general, José Antonio Sánchez, el 'liquidador' de Tele Madrid, se permite decir en el Congreso que ha votado, vota y votará siempre al Partido Popular. Él, como el resto de personas, puede votar a quien quiera. Está en su derecho, pero, con sus declaraciones, compromete a los trabajadores de la radiotelevisión pública española, que, en su gran mayoría y día tras día, realizan su trabajo con gran profesionalidad... a pesar de quienes les dirigen”, reprocha un avezado profesional de Radio Nacional en Vitoria.

Entre los afectados hay quien pide una reflexión también a los propios periodistas. “Lo que veo me produce una enorme desazón. Creo que los periodistas hemos relatado hechos históricos, hemos sido unos privilegiados al vivir de primera mano cosas tremendas, terribles e ilusionantes, y tal vez perdíamos la perspectiva de que éramos unos obreros de la información, perdíamos la perspectiva de nuestra condición de trabajadores. Eso nos ha hecho más débiles. He visto a muchos compañeros ser despedidos, he vivido esa situación en primera persona, he visto cerrar ediciones que vi cómo se abrían, y he visto a gente muy valiosa, joven, con ganas que han sentido pronto la desilusión. Creo que si se ha pedido una reflexión a los partidos e instituciones y, a trancas y barrancas la van haciendo, hace falta una regeneración también en las empresas de comunicación y una reflexión de los profesionales sobre su propia función social”.

Desde la Asociación vasca de Periodistas advierten igualmente de las consecuencias adversas que implica esta crisis en el periodismo vasco. “Es muy preocupante que el derecho a la información desaparezca por motivos exclusivamente económicos, algunos de ellos, por cierto, injustificados, según se desprende de los resultados económicos de su negocio que esos mismos medios hacen público. La sociedad está dejando de recibir información más elaborada, contrastada y diversa necesaria para poder formarse una opinión certera y real de las cosas”, concluye el presidente de la AVP-EKE.

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