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Desarticulada una mafia que enviaba albaneses y refugiados al Reino Unido desde el puerto de Bilbao

Uno de los arrestos practicados por la Guardia Civil

Iker Rioja Andueza

La Guardia Civil ha dado por desarticulada tras el arresto de siete personas una “importante organización internacional de origen iraquí” que, según la investigación abierta en Bizkaia hace un año, era la que estaba detrás del “creciente y elevado número de personas”, principalmente de origen albanés, que habían intentado colarse como polizones en los ferris del puerto de Bilbao -también en los de Santander- hacia el Reino Unido. A finales de 2017 los intentos de acceder a suelo británico por esta vía habían alcanzado los 130 semanales. Mientras, este fenómeno había motivado la construcción de un polémico muro de hormigón junto a la terminal de pasajeros en Santurtzi.

La investigación de la Guardia Civil, el cuerpo con competencias en el control de la zona portuaria y que llevaba meses con un operativo especial para revisar cada uno de los contenedores y vehículos que accedían a las bodegas de los barcos al Reino Unido, ha estado coordinada por un juzgado de Bilbao y por la Fiscalía especial de Extranjería. En 2017, en total, se estima en más de 4.000 los intentos de albaneses por acceder a las naves de Brittany Ferries, que incluso había trasladado al más alto nivel institucional su amenaza de interrumpir el servicio por lo que consideraba un grave problema de seguridad.

Los 4.000 intentos no equivalen a 4.000 personas, ya que muchos de ellos -son sobre todo varones jóvenes- saltaban el perímetro del puerto una y otra vez. Unos pocos también han sido interceptados en destino. Este periódico pudo comprobar 'in situ' la situación precaria de los polizones, que se escondían durante días entre mercancías como ruedas gigantes de neumático entre un gran olor y altísimas temperaturas.

España se había convertido en zona de “tránsito” hacia el Reino Unido tras el desmantelamiento de los campamentos de la denominada 'jungla de Calais' en Francia. En un primer momento, en el verano del año pasado, los albaneses incluso establecieron pequeños asentamientos en la zona montañosa que rodea al puerto, aunque la presión policial los hizo desaparecer. Los ciudadanos de Albania, fruto de acuerdos internacionales, tienen libertad de movimientos en la Unión Europea... pero no en el Reino Unido. De esta manera, su acceso a las islas británicas tiene la consideración de “inmigración irregular” a todos los efectos.

Por lo sistemático de este flujo de personas en Bilbao y, en menor medida, en Santander, y por la existencia de potentes mafias albanesas en el Reino Unido que explotan a sus conciudadanos, la Policía ya sospechaba de que “debía haber detrás una estructura criminal que favorecía este modus operandi y que podía estar provocando un efecto llamada”. La investigación, llamada 'Operación Hegira', ha obtenido pruebas de que “los miembros de la trama criminal se encargaban de trasladar a los inmigrantes desde los lugares de asentamiento (en Francia en alguna de las ocasiones) hasta las provincias de Cantabria y Bizkaia”. Asimismo, les proporcionaban alojamiento y otros medios para acceder a la zona restringida de la terminal del ferri, fuertemente vigilada por hasta cinco cuerpos (Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza, la Policía Local de los municipios colindantes y la seguridad portuaria).

En el marco de las actuaciones se han registrado tres domicilios. Según la Guardia Civil, uno de ellos era utilizado como “casa patera”. Esta vivienda estaba distribuida en pequeñas estancias “numeradas y cerradas con llave” que “evidenciaba claramente” que estaba siendo empleada para alojar a los afectados. 

Son un total de siete las personas detenidas y puestas a disposición judicial. La Guardia Civil habla de una red “de origen iraquí”, si bien hay implicados también de nacionalidad albanesa y española. Las víctimas eran “principalmente” de Albania, aunque también han traficado con “refugiados procedentes de Irak, Siria, Afganistán y Pakistán”. Se les ha decomisado tarjetas bancarias y de compañías para el envío de remesas de dinero, DNI y pasaportes de varios países y equipos telefónicos e informáticos. Aparentemente, la organización proporcionaba este material a los polizones e incluso dinero en efectivo.

La organización podría tener ramificaciones en otros países con conexiones al Reino Unido como Bélgica y Francia. Un equipo de Europol lleva un año desplazado en Bilbao por este motivo. Las diligencias continúan abiertas y no se descartan nuevas detenciones.

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