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“Es muy difícil que un niño criado en un hogar pobre consiga salir de la pobreza”

Eva Silván, responsable de Save the Children en Euskadi.

Natalia González de Uriarte

Eva Silván es responsable de Save the Children en Euskadi desde que en el año 2005  impulsó la apertura de la sede en el País Vasco. En este último año las educadoras de esta organización han mantenido un contacto directo casi diario con 400 niñas y niños en riesgo de exclusión social. Desde esa cercanía y conocimiento real de la difícil realidad por la que atraviesan estos menores reclama políticas públicas que coloquen a la infancia en el centro, “destinadas a garantizar su protección y eliminar cualquier riesgo de exclusión que pueda haber”. La portavoz de Save the Children insiste en una necesidad primordial:  que se tome consciencia “de lo que estamos viviendo con respecto a la pobreza infantil. Se trata de una situación de emergencia. No se percibe que estemos en este punto. Que en una región como Euskadi tengamos índices de pobreza infantil del 22% mucha gente ni se lo cree. Piensas que se está exagerando cuando las encuestas no mienten”.

Según un informe de su organización, España es el segundo país europeo, por detrás de Grecia, que menor capacidad tiene para reducir la pobreza infantil a través de sus ayudas sociales. Ustedes conocen la realidad de Euskadi, ¿es diferente?

La realidad en Euskadi es sensiblemente mejor si la comparamos con el resto de España. Disponer de una ayuda como la Renta de Garantía de Ingresos o las políticas de ayuda a la vivienda específicas de Euskadi, han permitido construir un estado de bienestar favorecen a ciertas familias que si estuviesen en las mismas condiciones pero en otros territorios del estado estarían en una situación de mayor exclusión. Dicho esto, sí que es cierto que se reproducen situaciones parecidas en Euskadi a situaciones que se dan en el resto del estado. Existen políticas de conciliación, de ayudas económicas a las familias que tiene hijos y trabajan, incentivos para excedencias para el cuidado de menores pero desde Save the Children sí echamos en falta prestaciones económicas que vayan dirigidas a la mayor parte posible de familias que tiene hijos a su cargo, independientemente de la Renta de Garantía de Ingresos. Euskadi sigue sin políticas públicas que coloquen a la infancia en el centro, destinadas a garantizar su protección y eliminar cualquier riesgo de exclusión que pueda haber.

¿Ese enfoque que reclaman cambiaría la situación?

La situación de pobreza hasta hace 20 años, cuando observabas un gráfico, mostraba dos grandes colectivos afectados, la población de la tercera edad y la menor de 14 años. Curiosamente las tasas de pobreza y de exclusión entre las personas mayores han disminuido de forma considerable y no ha sucedido lo mismo con las tasas de pobreza infantil. Todo lo contrario, se han incrementado. Todas las políticas sociales que en su momento, a raíz del pacto de Toledo, se dirigieron a las personas de tercera edad para paliar esta situación han dado resultado. Esto demuestra que las políticas sociales, cuando ponen en el centro de su intervención a los colectivos a los que van dirigidos, son eficaces. Tenemos pendiente ese consenso con respecto a la población infantil. Falta voluntad política y es necesario dimensionar lo que supone la pobreza de los niños y niñas, qué consecuencias tiene para ellos vivir y crecer en esa situación.

Solo en el País Vasco ¿con cuántos menores trabajan?

Trabajamos directamente con más de 400 niños y niñas de lunes a viernes con proyectos de apoyo al estudio y de ocio y tiempo libre. Son espacios abiertos al conjunto de la población infantil pero el 95% de los que participan en nuestros programas están en una situación de exclusión.

Sus trabajadores sociales, en contacto directo con estos niños, ¿han detectado que pasan hambre?

La situación que estos niños trasladan a nuestro personal es de carencias alimenticias reales y evidentes. No se puede hablar de desnutrición pero sí mal nutrición. No están siendo bien alimentados.

Y ¿cómo lo perciben?

Entre los programas que desarrollamos tenemos un taller de cocina y en este espacio en concreto las educadoras detectan cierta ansiedad entre los menores. Se enfrentan a los alimentos con muchas ganas de comer. Es un ejemplo más de que hay ciertas carencias alimenticias. Pero ellos mismos lo verbalizan. Cuentan que se han ido al colegio sin desayunar o que las verduras o la carne no entran en su dieta habitual con la periodicidad aconsejable para este grupo de alimentos. Están mal alimentados por una falta de recursos de sus padres. Tiene que elegir a qué destinar cada mes los escasos recursos económicos de los que disponen.

Los niños no son ajenos a esta realidad. ¿Cómo reaccionan ante ello?

Ellos lo viven, son plenamente conscientes de esa angustia familiar de no poder hacer frente a todos los gastos. La convivencia familiar se deteriora, no es todo lo sencilla que se desearía. Socializan en su entorno con niños y niñas que están en una situación más ventajosa que la suya. Y no lo viven bien. Les produce preocupación, temores, inseguridades, crecen en una situación de desigualdad que les provoca vergüenza. Todo esto repercute en su desarrollo. Genera unos impactos en su presente y en su futuro que van a ser duraderos en el tiempo si no intervenimos en ellos. Muchas veces que vemos situaciones familiares muy complicadas nos preguntamos cómo hacen para seguir así, estar como están. Es muy de valorar esa capacidad de resilencia, de superación que tiene los niños.

El riesgo de pobreza infantil ¿qué implica además de estas irregularidades alimenticias?

Se deben concentrar todos los esfuerzos para la educación que reciban sea igual, que no pierdan oportunidades, porque un año perdido es un lastre. Es muy difícil que un niño que crece en un hogar pobre consiga salir de esa pobreza.

Hace unas semanas Joseba Zalacain, director del Centro de Documentación y Estudios SIIS de la Fundación Eguía Careaga, sugería a los parlamentarios en una comparecencia en la Cámara vasca la implantación de una renta universal infantil. ¿Les parece desmedida la propuesta?Fundación Eguía Careagala implantación de una renta universal infantil

Reconocemos que es complicado que pueda ser universal pero no por ello se debe dejar de estudiar. Para Save the Children cualquier medida que incida en la situación de las mejora de los niños y niñas, bienvenida sea. Si puede ser universal, mejor que mejor. Nos preocupa especialmente la situación de las familias monomarentales, las madres solas con hijos, sobre todo entre el colectivo de extranjeros. Son colectivos de mucha vulnerabilidad, mucha exclusión y muy pocas ayudas a su disposición.

Desde Save The Children han expresado su preocupación por la falta de reconocimiento político de la grave situación en que viven muchos niños y niñas. ¿Se ven avances?

Sí. Se empieza a hablar de ello, se rompen ciertos miedos y tabúes de llamar a las cosas por su nombre. Hablar de pobreza infantil echa para atrás, en parte por los riesgos de estigmatización de los niños, pero es necesario promover un mejor conocimiento de estas situaciones de pobreza infantil, es vital saber cómo afecta y el alcance de las políticas públicas. Este conocimiento nos servirá para detectar las causas y así prevenirlas. Es necesario que se tome consciencia de lo que estamos viviendo con respecto a la pobreza infantil, es una situación de emergencia. No se percibe que estemos en este punto. Que en una región como Euskadi tengamos índices de pobreza infantil del 22% mucha gente ni se lo cree. Piensas que se está exagerando cuando las encuestas no mienten.

Esta Navidad han impulsado una campaña de recogida de juguetes y material escolar. ¿Es el primer año que se ha desarrollado ¿Cómo ha ido?

El juego es muy importante para el desarrollo de los niños. Algo que puede ser percibido como algo muy material como lo parece en principio una entrega de juguetes, a los niños que no los tienen les permite desarrollarse. . Se entregarán entre las familias con las que trabajamos. Todos tendrán su regalo. También nos vino una familia de con hijos que no podía comprar juguetes. Les preparamos un paquete y se lo llevaron. También pusimos el foco en el tema de material escolar. La educación que es universal y gratuita conlleva una serie de gastos continuos que las familias no pueden asumir.

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