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Donosti 2016, ante su última oportunidad

Paola Fernández

San Sebastián —

Las diferentes polémicas que desde el principio han rodeado la Capitalidad Europea de San Sebastián 2016 han hecho que desde el mismo momento de su designación el foco se centrase en el debate y no en el proyecto de 'Cultura para la convivencia', que tras años de trabajo el anterior Gobierno municipal, liderado por el ex alcalde, el socialista Odón Elorza, consiguió llevarlo a lo más alto.

Tras el cambio de Gobierno y después de dos años de rifirrafes entre los grupos de la oposición y el nuevo alcalde de Bildu, Juan Karlos Izagirre, todos los grupos políticos, además de las asociaciones que colaboran con el proyecto de Capitalidad, confían en que el nuevo equipo sabrá reconducir la situación del proyecto y llevarlo a muy buen puerto en el 2016, cuando San Sebastián se convierta en la Capital Cultural Europea junto con la ciudad polaca de Wrocław.

El portavoz del grupo municipal del PNV, Eneko Goia, cree que las cosas han ido mucho más despacio de lo que “hubiera sido deseable”, ya que ha costado “demasiado” conformar equipos y concretar. Desde el PP, el concejal José Luis Arrue, confía en que serán capaces de completar un “programa importante” porque ha habido un “impás muy grande” y, aunque “se han perdido unas personas muy valiosas en el camino del antiguo equipo”, prefieren mirar hacia adelante. A juicio de la concejala socialista, Marisol Garmendia, todavía faltan “muchísimas cosas por hacer”, como consolidar el equipo directivo, reforzar el liderazgo del alcalde y sobre todo “volver a entusiasmar a la ciudadanía”.

Asociaciones como el Espai Catalunya, que ha trabajado desde el comienzo del proyecto con la oficina de la capitalidad, también cree que el cambio “importante” que ha habido en el equipo ha hecho que esta colaboración haya quedado “un poco interrumpida”, pero apuestan por el equipo actual y creen que en este momento la capitalidad “debe de hacer un esfuerzo para retomar la ilusión de los guipuzcoanos, mantenerla y avivarla”. Así, la comparsa de Gigantes y Cabezudos Itzurun, se muestra “comprometida e ilusionada” con que llegue el 2016 porque como parte activa de la cultura donostiarra es una “fantástica noticia” que la ciudad se convierta “en el centro de atención de toda la cultura europea”.

“Llevar a tierra el proyecto”

En septiembre de 2013 se incorporaron nueve personas al proyecto, todas ellas con un grado importante de responsabilidad, entre ellas, la directora directora general, Itziar Nogeras o la directora cultural, Guadalupe Etxevarría. Desde la oficina de la Capitalidad apuntan que durante estos últimos cuatro meses han estado en la fase de “llevar a tierra” el proyecto “tan bien diseñado” que ganó la Capitalidad. Para ello, han elaborado un plan estratégico con una serie de objetivos en función de los valores y así cubrir una serie de áreas temáticas. Asimismo, han anunciado que en estos momentos se encuentran cerrando el programa cultural que se presentará definitivamente en junio, aunque en marzo realizarán un pequeño adelanto en donde también presentarán al equipo definitivo. Además, se celebrará la inauguración, con una serie de actos diseñados por el anterior director cultural, Fernando Bernues, la nueva sede denominada Espacio 2016 Gunea, ubicada en el antiguo edificio de Bomberos de la capital guipuzcoana.

Los grupos de la oposición consideran que el proyecto ha llegado a un punto de inflexión en el que se ha quedado más oculto a la ciudadanía, probablemente porque ha dado demasiado de qué hablar y según Eneko Goia (PNV) “no es un bueno que un proyecto de estas características genere determinados debates”. Garmendia también cree que “las olas de energía ciudadana han desaparecido prácticamente” y hay que “recuperar a marchas forzadas la implicación ciudadana”. Desde la oficina de la Capitalidad reconocen que este es uno de los retos del programa cultural, “en vez de tener un público que se presta a ver eventos culturales, tener un público un poquito más activo”. Los responsables de la Capitalidad explican que el proyecto de San Sebastián es “más intangible” que los de otras capitalidades “mucho más patrimoniales”, por ello es más difícil que recale en la agente, ya que apela a la transformación de la cultura como herramienta social y de participación. Así, adelantan que durante este año 2014 van a visibilizar los procesos de gestación con los agentes de la ciudad y el territorio, y están diseñando toda una estrategia digital con “mucho foco” en las redes sociales para “recuperar tono emocional con la ciudadanía”.

Esfuerzo especial en la búsqueda de ingresos

Otra de las grandes preocupaciones de la oposición es la colaboración de entidades privadas. Cuando se creó el proyecto se hablaba de que 25% del presupuesto viniese del patrocinio privado, pero ahora el objetivo es captar un 12%. La concejala socialista considera que esa aportación no solo ha bajado por la coyuntura económica, sino “por falta de impulso del propio proyecto, porque ha estado envuelto en polémicas o porque ha estado en letargo”. Desde el PNV también creen que en este apartado es donde “seguramente a lo largo de este año tendrán que hacer un especial esfuerzo”.

Desde el cambio de Gobierno de Bildu y la incorporación del nuevo equipo, un elemento que se ha estado cuestionando es la fidelidad del proyecto original. La oficina de la capitalidad asegura que es “absolutamente el proyecto original”, es más, “no puede ser de otra manera”, porque cuando acuden a Bruselas a presentar el informe de seguimiento se basan “siempre en el proyecto original”. Sin embargo, recuerdan que ha habido un redimensionamiento presupuestario, ya que al principio el presupuesto era de 89 millones de euros y ahora es algo más de 60 millones de euros. Pero esa redimensión “no quiere decir que se alteren ni los valores, ni los objetivos del proyecto”. En este sentido, probablemente, lo más polémico ha sido la denominación del proyecto desde Bruselas de “localista”. Jose Luis Arrue considera que el informe en donde se apuntaba al localismo “ha dicho las verdades del barquero”, ya que se estaba “tendiendo demasiado a lo local y no hay que olvidar que este es un proyecto europeo”. Garmendia destaca que cuando los socialistas crearon el proyecto todavía existía la violencia y querían utilizar la cultura y la educación para “intentar resolver los conflictos existentes”, porque “tenemos unos problemas propios pero compartidos con otras ciudades europeas”, aunque sí que es verdad que “con Bildu las tentaciones ombliguistas son mayores”.

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