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“El problema de la desigualdad en España no son los superricos, sino los superpobres”

Joseba Zalakain, durante la conferencia "Desigualdad, precariedad y pobreza actuales".

Rubén Pereda

Joseba Zalakain, director del SIIS-Centro de Documentación y Estudios de la Fundación Eguía Careaga, inauguró ayer la serie de ponencias que tienen lugar esta semana en el Palacio de Congresos Europa en el marco de la quinta edición de las jornadas ‘Periodismo a pie de calle’, que, como en años anteriores, se celebran en Vitoria-Gasteiz entre el 28 de agosto y el 2 de septiembre. En una conferencia titulada “Desigualdad, precariedad y pobreza actuales”, el especialista en asuntos sociales analizó las causas y la evolución de estos tres fenómenos como consecuencia de la crisis económica que comenzó en 2008. Asimismo, abordó las diferentes iniciativas encaminadas a enmendar estos problemas sociales y ofreció su opinión sobre las respuestas ofrecidas por las instituciones públicas.

Las jornadas se inauguraron por la mañana, con una visita guiada a la exposición fotográfica de la fotoperiodista Judith Prat, ‘Boko Haram, violencia en el corazón económico de África’. Asimismo, tras la conferencia de Zalakain, se proyectó en los cines Florida el documental ‘Tú, siéntate’, dirigido también por Prat.

El turno de Joseba Zalakain, licenciado en Ciencias de la Información, comenzó a las siete de la tarde en el Palacio de Congresos de Europa, con una gran afluencia de público. Especializado en asuntos sociales, analizó a partir de trece gráficos cómo ha aumentado la desigualdad a lo largo de los últimos años y cómo se han multiplicado las situaciones de pobreza. Asimismo, desgranó las consecuencias de estos fenómenos. “La desigualdad debilita la cohesión social, genera populismo y reduce el crecimiento económico y la movilidad social, de modo que es más probable pertenecer a la misma clase social que los padres”, aseguró. La felicidad también depende en gran medida de la igualdad, según el experto. “Cuanta más igualdad, más felicidad. En los países con más igualdad, la gente dice estar más satisfecha con su vida y la valora más positivamente”, confirmó.

Más pobreza, menos esperanza de vida

Además, explicó, la desigualdad repercute en las condiciones y en la esperanza de vida de los ciudadanos. “Cuanto más bajo es el nivel educativo —uno de los más importantes indicadores de pobreza—, antes se muere la gente. El 20% de las muertes en Euskadi son antes de tiempo debido a las diferencias socioeconómicas y las desigualdades”, comentó Zalakain. Para ilustrar esto, se valió del metro de Londres. De acuerdo con sus fuentes, la distancia entre Westminster y Camden Town, con tan solo ocho estaciones de distancia, supone una diferencia de seis años en la esperanza de vida. “El barrio en que uno vive, el entorno socioeconómico al que pertenece, determina cuántos años vive”, zanjó.

Zalakain dedicó parte de la conferencia a analizar la evolución de la pobreza en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Tal y como mostraban sus gráficos, esta era alta en los años 90, se redujo después y volvió a aumentar con la crisis. No obstante, desde 2014 está a la baja nuevamente. Destacó la juventud como uno de los factores más importantes de pobreza. “La pobreza en Euskadi es un fenómeno juvenil e infantil. Se está concentrando en los familias jóvenes”, aseguró, y añadió: “Tener niños hoy en Euskadi es un factor de riesgo de pobreza”. Mujer, joven e inmigrante, el cóctel más propenso a la pobreza.

Zalakain destacó también las diferencias en el comportamiento que ha mostrado el territorio histórico de Álava. En 2002, el nivel de pobreza era mucho menor en comparación con Bizkaia y Gipuzkoa, pero mientras que en estas se ha estabilizado, en Álava no ha dejado de aumentar. Según Zalakain, son dos factores demográficos los que explican que Álava haya descrito una trayectoria diferente: una mayor afluencia de inmigrantes y una tendencia a la emancipación a una edad más temprana, cuando hay un mayor riesgo de sufrir pobreza.

Una nueva clase social: el precariado

Zalakain se propuso también explicar las causas del crecimiento de las desigualdades en los últimos años. En primer lugar, pidió al público abandonar el mantra de “los ricos son más ricos”: “En España, el problema no es que los ricos sean más ricos, sino que los pobres son más pobres”, explicó. Y apostilló: “Quienes han perdido más renta durante la crisis en España son los pobres. Los pobres de hoy son mucho más pobres que los de hace 10 años”. Por el contrario, el experto expuso las tres explicaciones a las que él cree que responde el aumento de las desigualdades. Por una parte, el mercado de trabajo genera cada vez más desigualdad y pobreza, lo que, según Zalakain, ha dado lugar a una nueva clase social, el precariado. Este grupo se distingue por trabajar de manera discontinua, lo que provoca que no generen derechos ni coticen.

Por otra parte, la existencia de “trabajadores de primera y trabajadores de segunda” motiva también muchas desigualdades: mientras que los primeros están protegidos frente a los riesgos, los segundos no. Por último, Zalakain afirmó que las políticas de protección social no funcionan en España. “Lo que verdaderamente distingue a España es que el estado de bienestar reduce la pobreza mucho menos que en otros lugares”, comentó. Explicó que en España el estado de bienestar es muy poco distributivo: “Ayuda mucho a quienes les ha ido bien y poco a los que les ha ido mal”. Desde su punto de vista, está obsoleto: “Está pensado para hace 40 años, para mi padre. No está pensado para mí ni muchísimo menos para mis hijos. Fue ideado para una época en la que los hombres trabajaban y las mujeres no, el periodo de jubilación era corto y las personas tenían periodos de cotización largos y estables. Esa realidad ya no existe, terminó en los años 70”. Aun así, Zalakain cree que la existencia de un sector productivo —industrial, en su mayor parte— más desarrollado y la renta de garantía de ingresos favorecen que la situación de Euskadi sea mejor.

De cara al futuro, el experto expuso una suerte de “agenda socialdemócrata” en la que esbozó algunas ideas para reducir la desigualdad. Las dividió en dos bloques: aquellas que habrían de aplicarse antes del cobro de prestaciones y las concernientes a la propia redistribución. En lo referente a las primeras, Zalakain incidió en la necesidad de mejorar las políticas educativas y las del mercado de trabajo. “Seguir invirtiendo en sanidad y educación públicas y gratuitas es la mejor receta contra la desigualdad”, aseguró. En cuanto a las segundas, el especialista subrayó la necesidad de cambiar el estado de bienestar, desarrollar prestaciones no contributivas y mantener y mejorar los servicios de responsabilidad pública. Para que estas medidas puedan cumplirse, estableció también tres condiciones a cumplir: fomentar un sistema productivo sólido e inclusivo, mejorar la capacidad de recaudación fiscal y repensar el papel del trabajo asalariado en los procesos de inclusión, ya que se presentan nuevas realidades.

“La renta básica universal no sería milagrosa”

Para terminar con la conferencia, Zalakain dedicó algunos minutos a interactuar con el público. La renta básica universal y la reforma de la renta de garantía de ingresos (RGI) coparon la mayor parte de las preguntas realizadas por los asistentes. En cuanto a la primera, el especialista expuso las ventajas e inconvenientes que acarrearía su aplicación. “Permitiría que la gente pudiera decir no a los empleos precarios y la dotaría de capacidad de negociación”, destacó en el apartado positivo. No obstante, también resaltó que no es tan universal como se pretende hacer ver y apuntó alguna otra dificultad: “No es sencilla ni milagrosa, ya que muchas personas se conformarían y optarían por la inactividad. Sería mejor comenzar con la creación de una renta básica universal para niños, como ya existe en Alemania y Francia”. Su propuesta consiste en avanzar “poco a poco” hacia modelos más incondicionales.

Zalakain destacó también la necesidad de la renta de garantía de ingresos: “Medidas como estas, con sus problemas, han evitado que en Euskadi la pobreza crezca tanto como en España”, aseguró. Aun así, al ser preguntado por una de las asistentes a la conferencia acerca de la nueva propuesta de RGI que se está debatiendo en el Parlamento, señaló los problemas con los que cuenta y afirmó que es “continuista”. “Hay que mejorar las herramientas de control de la RGI. Tiene demasiadas: hay que llegar a un modelo en el que haya que revisar menos aspectos. El gran riesgo de esta reforma es convertir esta RGI en una carrera de obstáculos”, concluyó.

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