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EITB, de Iurreta a Bilbao: la mudanza que hoy no tendría cabida

La sede de EITB en Bilbao. /EDN.

Gorka Ascorbebeitia

“Ahora mismo sería imposible hacer el traslado de sede de Iurreta a Bilbao”, admite Andoni Aranburu, director de estrategia y comunicación del grupo EITB. A comienzos de la década de 2000, cuando se empezó a gestar la mudanza de la radio televisión pública vasca, Aranburu también ocupaba un cargo de responsabilidad en el ente, era director de calidad. Después de varios años de contención del gasto para afrontar la crisis de la década anterior, había llegado la hora de volver a hacer inversiones para renovar el medio: Dejar atrás la tecnología analógica que todavía seguía usando y pasar a la nueva era digital que rápidamente se estaba convirtiendo en un estándar. Lo llamaron el plan Digibat.

Mientras tanto, los gestores de la televisión se encontraron con un problema: la sede de Iurreta se había quedado pequeña. Además, el edificio era una construcción muy compartimentada que no se ajustaba a las características de las redacciones modernas. “La pregunta que surgió fue si ampliar Iurreta o trasladarnos a otro lado”, apunta Aranburu. “Tuvimos claro que si nos quedábamos allí habríamos tenido que hacer una obra parecida al nuevo San Mamés mientras seguíamos trabajando”, añade. También entraron en juego otros factores como que en aquel momento EITB tenía 5 sedes diferentes (Donosti, Gazteiz, Bilbo, Iurreta y Zamudio) y los directivos veían la necesidad de simplificar la estructura.

Así, en abril de 2002 se hizo oficial el proyecto de traslado con los votos a favor de todo el consejo de administración salvo la abstención de los representantes del PP. Llegados a este punto, la salida de la feria de muestras a Barakaldo liberó sus antiguas instalaciones de Basurto, una ocasión “perfecta” desde el punto de vista de los directivos de la radio televisión vasca. El resto lo pusieron la Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao, este último incluso llegó a un acuerdo con el Gobierno para hacerse con un 10% del accionariado del BEC a cambio de la cesión de los antiguos pabellones 7 y 8 a EITB.

Después de un arduo proceso en el que tanto la ingeniería como el diseño de la sede estuvieron directamente supervisadas por los profesionales del ente, a finales de septiembre de 2007 pudieron inaugurarla oficialmente. Entre los primeros años de la década 2000 y el momento en el que se pudo ejecutar el traslado, la cadena pública vivió una de las épocas más complicadas de su historia. “Fueron momentos muy críticos porque en todo ese periodo de tiempo decidimos no gastar nada en digitalización y tuvimos que vivir del mercado de segunda mano para estirar el uso de la tecnología analógica”, detalla Aranburu.

La nueva sede se ubica en dos de los antiguos pabellones de la feria de muestras de 31.000 metros cuadrados en total, más del doble que los que ofrecía Iurreta. Con la unión de los trabajadores de la televisión, llegados desde Iurreta, los del área digital, antes situados en Zamudio, los de la radio y los de los servicios centrales, la nueva sede dio cabida a más de 600 trabajadores en total. Dispone de una espectacular redacción conjunta de 3.000 metros cuadrados y tres platós de informativos, dos de 275 metros cuadrados y uno de 350. Radio Euskadi, a su vez, tiene 400 metros cuadrados para sus instalaciones propias. La reforma costó 43 millones de euros, 24 de obra civil y 19 para actualizar todo el equipamiento de analógico a digital.

Oposición de los trabajadores

Dentro de EITB, los únicos que no parecían estar contentos con la decisión fueron los propios trabajadores, cuyo comité de empresa lideró una oposición a la mudanza que todavía hoy acarrea secuelas. Andoni Basabe, sindicalista de LAB, presidente del comité de empresa en la actualidad y parte del mismo desde hace 27 años, está de acuerdo con Aranburu en lo básico. “Hoy en día el traslado no se habría hecho”, sentencia. Pero a partir de ahí todo son discrepancias. Basabe cree que la decisión no se tomó únicamente desde la dirección de la televisión. “Había muchos intereses políticos de por medio, de la Diputación y del Ayuntamiento”, concreta. En su opinión, la mudanza fue “quemar el dinero” y sus consecuencias todavía las siguen notando hoy. “Porque mantener esta mole sale caro, por ejemplo tenemos una redacción enorme que hay que enfriar, hay que calentar y acondicionar”, apunta el presidente del comité.

La nueva ubicación presenta algunos ahorros en los costes de producción de ETB, ya que más del 20% de las ENGs(salidas de los equipos de televisión) se producen a la capital vizcaína. También ofrece ventajas a la hora de traer a invitados a sus programas al resultar más sencillo que la gente acceda a desplazarse hasta la nueva sede. Sin embargo, los costes de mantenimiento del nuevo edificio, más elevados que los que soportaba el de Iurrreta, sumados al fondo de 1.000.000 de euros que tuvo que crear la dirección para resarcir a los trabajadores que se vieron perjudicados por el traslado deslucen este ahorro.

Desde la perspectiva de la comarca del Duranguesado la marcha de EITB ha sido “una gran pérdida”, especialmente para el sector de la hostelería. “Aunque estaba un poco alejado, los trabajadores bajaban a Iurreta y Durango a comer y todavía hoy en muchos restaurantes se les echa en falta”, explica Santiago Reyes, presidente de Dendak, asociación de comerciantes y hosteleros de Durango. En la parte del comercio, el impacto de la mudanza “se notó menos”, porque al estar la sede ubicada en las afueras no había demasiada gente que bajara al pueblo a realizar compras.

Pero si hubo otros sectores igual de perjudicados que los hosteleros como los taxistas de la comarca, que mientras EITB estaba en Iurreta hacían el agosto cada vez que les fallaba uno de sus vehículos propios o cuando había que llevar o traer a algún invitado. Otro de los aspectos que desde el Duranguesado se echa muy en falta es la pérdida de presencia mediática. Los Ayuntamiento de Iurreta y Durango, los dos gobernados por el PNV, prefieren no hacer valoraciones al respecto. Santiago Reyes, sin embargo, sí ve “evidente” que la localidad “ha perdido impacto por un tubo”. “Antes todo lo que hacíamos salía en la TV, ahora los proyectos del pueblo no aparecen nunca”, observa.

Cuando a principios de los años 80 el diputado general de Bizkaia, José María Makua, cedió los terrenos de Iurreta al Gobierno para la construcción de la sede de la televisión vasca su visión de país era completamente diferente a la que se está tejiendo ahora. “Veía su ubicación equidistante entre las capitales y perfecta para ETB”, explica Andoni Aranburu. “La verdad es que a nivel mediático estábamos completamente en el extrarradio”, contrapone.

El balance que hace el director de estrategia y comunicación del ente es bueno. “Desde el punto de vista de la gestión, se ha simplificado todo mucho con una sede en cada capital”, valora. “Además, nos hemos ubicado en uno de los puntos de expansión más importantes de Bilbao”, añade. “Creo que ha sido el mejor uso posible de la inversión para sacarle rendimiento ahora y en el futuro”, concluye. Desde el punto de vista del comité de empresa, sin embargo, la visión es negativa. “Han conseguido que haya mucha menos relación entre los trabajadores que la que había en Iurreta”, critica Andoni Basabe. “En este edificio es mucho más complicado hacer sindicalismo y crear una piña en la plantilla”, añade. En su opinión, la maniobra respondió a “intereses políticos” y fue posible “porque estábamos en otras épocas en las que se tiraba el dinero”. “Han construido una televisión de ricos, pero no somos un país rico”, remata.

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