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Elkarrekin Podemos se resitúa como “la izquierda vasca” y única “alternativa” de oposición al PNV

Pili Zabala y Lander Martínez, en sus escaños

Iker Rioja Andueza

Elkarrekin Podemos cumple dos años como coalición que integra a Podemos, IU y Equo. A nueve meses de las elecciones locales, en las que esta confluencia aspira a acceder a todos los ámbitos institucionales de Euskadi tras el desigual resultado de las precipitadas candidaturas moradas de 2015, esta formación se quiere resituar como “la izquierda vasca” -una denominación que agrada a IU- y única “alternativa” de oposición al PNV frente a un PSE-EE “irrelevante” que es socio de los nacionalistas en el Gobierno vasco, las tres diputaciones y los principales municipios y unos EH Bildu y PP que “pelean” por ser aliados de los 'jeltzales' o, más bien, por disuadirles de pactar con el otro en materia territorial.

Los cuadros de Elkarrekin Podemos Lander Martínez (portavoz parlamentario y secretario general morado), Jon Hernández (secretario general del PCE y miembro de IU) y Cristina Macazaga (representante de la coalición en la Mesa del Parlamento) han presentado este martes en el Parlamento Vasco en un encuentro con los medios de comunicación los ejes estratégicos de su coalición para el curso político recién iniciado. Su diagnóstico principal: “El Gobierno del PNV -y esto es algo numérico- está en una situación de debilidad”.

Con el PP, aliado presupuestario del Gobierno de PNV y PSE-EE, alejado ya tras la convulsión que supuso la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa, la coalición interpreta que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu no sólo acredita una “falta de capacidad de diálogo” con el resto de fuerzas parlamentarias, sino que tampoco muestra “deseos de acercamiento”. “No se mueve más allá de los titulares”, ha valorado Lander Martínez, que ve “plausible” el escenario de “prórroga presupuestaria” de cara a 2019.

De hecho, Elkarrekin Podemos formalmente se aviene a negociar, pero sus condiciones “presupuestarias” y “extrapresupuestarias” ya perfiladas se antojan un imposible de aceptar para el guardián de la caja de caudales de Lakua, el consejero Pedro Azpiazu. La coalición entiende, por ejemplo, que toca repensar la reforma fiscal que PNV y PSE-EE cerraron con el PP en su acuerdo económico del pasado año y que todavía tiene medidas pendientes de cara al próximo año. Sería incongruente, sostienen, que PSOE y PNV se sienten con Unidos Podemos en las Cortes Generales para hablar de fiscalidad y que en Euskadi el socio de ambos sea el PP. También es 'sine qua non' el “rescate público” de empresas en crisis, como La Naval, algo que el Ejecutivo ya ha rechazado por verlo como una ayuda de Estado ilegal en el marco comunitario.

Por lo demás, Martínez ha enumerado tres “prioridades” políticas para Euskadi. Sólo una de ellas es la “territorial”, frente a EH Bildu -ha denunciado el portavoz morado- que tiene una “crisis de prioridades” al apostar todo su capital a su acuerdo con el PNV para superar el Estatuto de Gernika. Las otras dos son la “social” -violencia de género, igualdad, impedir “recortes” en la renta de garantía de ingresos o medio ambiente- y la lucha contra la corrupción y el clientelismo. “Seguiremos con iniciativas que señalen la responsabilidad del PNV”, promete Elkarrekin Podemos, que en las últimas semanas ya ha elevado el tono parlamentario por las irregularidades en la OPE de Osakidetza y por el 'caso De Miguel', entre otras cuestiones. Sin embargo, EH Bildu también ha retomado su beligerancia en este terreno y se ha adelantado con iniciativas como una ley para crear una oficina anticorrupción o el intento de lograr al fin un fiscal especializado en la materia.

Pero lo “territorial” no quedará aparcado. Singularmente, porque Elkarrekin Podemos insistirá en sacar adelante una propuesta que ya ha sido rechazada en otras ocasiones para separar la reforma del Estatuto del debate sobre el derecho de autodeterminación. Sin esta solución, sostienen, todos los posibles avances sociales se irán al traste porque el nuevo Estatuto no tendría recorrido ante el Estado. La coalición quiere que la Cámara vasca vote la creación de una mesa separada para explorar una “propuesta de claridad” a imagen y semejanza de la diseñada en Canadá para Quebec. Sienten que podría tener “buena recepción” entre los socialistas e incluso en sectores del PNV, aunque cuestionan quién es el “interlocutor” entre los nacionalistas, o el lehendakari, Iñigo Urkullu, o el portavoz parlamentario, Joseba Egibar.

Mientras Egibar negoció y cerró con EH Bildu una propuesta con acento soberanista para superar el Estatuto de Gernika, Urkullu consideró que sería un “fracaso estrepitoso” que la reforma no sumase a los no nacionalistas. “Prácticamente se enmiendan a la totalidad”, asegura Lander Martínez, que insiste en que ambos discursos se parecen “lo que un huevo a una castaña”.

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