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Emakunde afea a la Ertzaintza que plantee la “mediación” para resolver casos de acoso sexual

Ertzainas en formación en la academia de Arkaute

Iker Rioja Andueza

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El Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) objeta en un informe al que ha tenido acceso eldiarionorte.es que el Departamento de Seguridad, en una propuesta para actualizar la reglamentación interna, plantee la “mediación” como primera opción para resolver casos de acoso sexual en la Ertzaintza. “Cabe señalar que dicha mediación no es el procedimiento más adecuado y menos aún lo es promover que las víctimas traten de resolver el acoso 'de modo directo' o en contacto con los presuntos agresores”, dictamina Emakunde, cuya participación es preceptiva en la tramitación de cualquier acto administrativo.

La orden que ultima la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Hererdia, para la “regulación de medidas de prevención y del procedimiento de actuación en los casos de acoso moral en el trabajo, el acoso sexual y sexista o por razón de sexo, así como otras formas de acoso en el ámbito laboral del persona de la Ertzaintza”, plantea la creación de un Comité de Prevención y Mediación. Ese órgano, ante una denuncia, “acordará citar a la presunta víctima para ver si está dispuesta a participar en una reunión de mediación con la persona presuntamente acosadora”.

“El objeto de la mediación es solucionar los conflictos interpersonales y organizacionales en sus fases más tempranas, con el fin de que un desencuentro inicial no se agrave y se haga permanente. En este sentido entendemos que la forma más efectiva de conseguir esa finalidad es con el Comité de Prevención y Mediación, que será el órgano competente y especialista para emitir una propuesta de solución al conflicto planteado con la pretensión de elevar el nivel de protección de la seguridad y salud del personal de la Ertzaintza”, argumenta el borrador de reglamento planteado por Beltrán de Heredia.

Emakunde, en primer lugar, lamenta que se aborden “de modo unitario” diferentes tipos de conflictos y de acoso porque se requeriría “un protocolo específico contra el acoso sexual” contra las mujeres policías dadas sus “especificidades”. Asimismo, sostiene que hablar de “conflicto entre las partes” no es ajustado en este tipo de circunstancias ya que lo habitual es que “una de las partes ejerza violencia física, psíquica o sexual contra la otra”, normalmente vinculado a “posiciones de poder” de uno frente al otro. “La mediación está prohibida para otros supuestos donde se producen estas relaciones interpersonales de dominación como es el caso del maltrato a la mujer en el ámbito de la pareja”, recuerdan los técnicos del Instituto Vasco de la Mujer.

Este organismo recomienda “prever expresamente en la orden la actuación de oficio ante la denuncia de acoso sexista o por razón de sexo y de índole sexual, así como el derecho a una asistencia jurídica y psicológica urgente, gratuita, especializada, descentralizada y accesible para las víctimas”. Además, plantea contemplar “medidas cautelares” ante las denuncias, incluida la “separación” de víctima y victimario “mientras dure el procedimiento” de investigación. Asimismo, exige “medidas sancionadoras” si se constata el acoso. Igualmente, reclama un control estadístico de los casos que se produzcan para buscar sus causas y poder prevenirlo.

“Por cada once policías, sólo hay una mujer”

En la Ertzaintza, conforme a datos de noviembre de 2017, de 7.562 ertzainas sólo 890 son mujeres, es decir, un 11,7% del cuerpo policial, según recoge otro informe adjunto a la nueva reglamentación. “Por cada once policías hombres sólo hay una mujer”, asume el Gobierno, que en la futura reforma de la Ley de Policía introducirá nuevas medidas de acción positiva tras el intento fallido hace varias legislaturas de introducir cuotas -fueron anuladas en los tribunales por discriminatorias-.

Esa diferencia “se manifiesta en mayor medida en las categorías superiores a la escala básica: 856 agentes primeros y sólo 53 son mujeres; 347 suboficiales y sólo 18 mujeres; 227 oficiales y sólo 24 mujeres; 20 intendentes y sólo una mujer. y de tres superintendentes no hay ninguna mujer. ”Esta situación no es en absoluto representativa de la realidad de nuestra sociedad, en la que el número de mujeres es ligeramente superior al de hombres, y tampoco es representativa de la proporción de hombres y mujeres en otras esferas del mundo laboral y singularmente de la función pública vasca“, valora Seguridad, que lamenta que estos datos no son ”una excepción en la profesión policial si atendemos a las cifras de otros servicios policiales de nuestro entorno o en otros países“. En el caso de la Ertzaintza el desequilibrio surgió de origen cuando en la primera OPE se requería el servicio militar.

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