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“La ética es el proyecto para salir de la selva”

José Antonio Marina cree que la ética es la solución a los problemas.

Eduardo Azumendi

Para José Antonio Marina Torres, catedrático de Filosofía, investigador y pedagogo, la ética es “el proyecto para salir de la selva”. Cuando esta ética fracasa, “a nivel político o a nivel doméstico, lo que hacemos es volver a la selva”. Marina distingue dos escenarios: la selva y el exterior de la selva. “Lo que ocurre allí es que la gacela perseguida por una leona no se puede dar la vuelta y decirle que respete sus derechos. Su derecho en la selva es ser comida, y nosotros no queremos vivir así. Los seres humanos anticipamos proyectos de cosas que no existen, como el de vivir en un mundo justo, cosa que no hemos conseguido, pero que al menos lo tenemos como proyecto”, explica.

Para ello el ponente ha explicado que la solución es la ética, una “manera diferente de organizar las cosas que me asegure el acceso a la felicidad”. “Queremos ser felices, tanto yo como las personas a las que yo quiero, pero yo solo no puedo hacerlo”, matiza. Para ello explica que es muy importante “vivir en comunicación con grupos de la ciudad y cumplir sus normas para poder reconocer al que hace trampas, al gorrón, por ejemplo”.

Marina, quien ha participado en los Cursos de Verano organizados por la Universidad del País Vasco impartiendo un taller sobre La inteligencia y los problemas. ¿Qué es y cómo se aprende la creatividad?, recalca que la ética es la que se encarga de resolver estos problemas y ha lamentado que se vea como un conjunto de normas cuando, en realidad, son “el conjunto de las mejores soluciones que se le ha ocurrido a la inteligencia humana para resolver unos problemas absolutamente universales”.

Todas las sociedades tienen normas para unos problemas comunes, como el de la vestimenta, pero cada una responde de una forma diferente: “Unos se visten con turbante y otros no. El problema es que hay que protegerse del frio y cada uno se cubre a su manera. La moral es lo mismo. Cada sociedad ha inventado su moral. Hay tantas morales como culturas o religiones y ahora vemos como algunas no funcionan, chocan o dejan sin resolver problemas muy serios. Si queremos un mundo que se aparte definitivamente de la selva necesitamos que se imponga la fuerza de los derechos”.

“La ética”, añade, “es soluciones, la mejor ética es la mejor solución”. El profesor reconoce que sus compañeros filósofos y teólogos no entienden cuando comenta que “la ética se basa en un método inductivo”, al igual que la medicina: “se trata de la experiencia, prueba y error, lo que funciona y no funciona”. Todas las sociedades han tenido que inventar sus propias soluciones morales. “Esto significa que yo tengo la propiedad de mi casa y aunque mi vecino sea más fuerte que yo, voy a poder mantenerla porque el resto de la comunidad va a apoyar mi derecho”.

“Estamos inventando un nuevo modo de vivir” y por ello resalta cuatro de los nueve problemas principales a los que se ha hecho frente durante todo este tiempo. El primero, el valor de la vida, que defiende que “todas las vidas humanas tienen el mismo valor”. “El valor de la vida de los negros tiene el mismo valor que la de los blancos pero hasta que esto ha sido aceptado han pasado siglos”. La idea de que todos los seres humanos pertenecemos a la misma especie se viene abajo “en cuanto surgen problemas”, como en el caso del Holocausto, con la matanza de cinco millones de judíos a manos de los nazis, a pesar de que Alemania era “la nación más culta y más avanzada del mundo. Tuvo un desplome, un colapso ético. El primer síntoma de este colapso es cuando se dice que la vida de todos no vale igual”.

Derechos individuales por encima de la tribu

El segundo problema consiste en la “relación entre el individuo y la tribu”. Qué está por encima, ¿los derechos del individuo o los derechos de la tribu?, pregunta Marina. “Al principio la tribu estaba por encima del individuo. Ahora hemos reconocido que los derechos individuales pueden prevalecer incluso frente a la tribu. La tribu puede exigir ciertas cosas pero no me puede exigir todo. Antes la religión podía imponer mediante la inquisición lo que consideraba que era correcto, por encima del derecho de las personas. Cuando los alemanes hacen la constitución después de la guerra se dan cuenta de que los derechos individuales deben de estar por encima de todo”

El tercer problema es “el poder y la administración del poder”. “El poder hay que limitarlo para hacerlo compatible con el poder de decisión de las personas. Hay que hacerlo de una manera que permita la participación en los asuntos públicos”. De todas las fórmulas probadas hasta el momento, “la mejor solución es la democracia. Hemos probado la tiranía y la anarquía y no funcionan”.

“Los bienes, su producción, su distribución y su posesión”, es el cuarto problema. “Al principio el derecho de propiedad era absoluto, yo con lo mío hago lo que quiero. Ante esto se buscó una solución que fue el comunismo, donde sólo el Estado tiene la propiedad. Una era mala y la otra peor. Estas dos fórmulas generaban desigualdades”. La fórmula actual es “la mejor, ya que existe el derecho de propiedad individual limitado por la función social de la propiedad. Es por ello que pagamos impuestos”.

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