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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La mafia exigió hasta 3.000 euros a 200 migrantes para llevarlos al Reino Unido

Varios polizones hallados antes del embarque del ferri

Iker Rioja Andueza

No es la primera ocasión en los últimos meses en que las fuerzas de seguridad se topan en España con mafias iraquíes que se lucran con la promesa de ayudar a migrantes, principalmente varones jóvenes, a acceder al Reino Unido. Europol, de hecho, ha desplazado a agentes especializados para coordinar estas investigaciones. En enero, una pista en Ferreruela de Huerva (Teruel) permitió descubrir una trama que escondía personas en camiones que luego embarcaban en las bodegas de los ferris con destino a las islas británicas que parten de Santander y Bilbao. Y ahora la Guardia Civil ha dado por desarticulada otra red que cobraba hasta 3.000 euros principalmente a jóvenes de Albania -pero también a refugiados kurdos o sirios- por 'ayudarles' a colarse como polizones en los barcos de Brittany Ferries, principalmente en los que parten de la terminal de Santurtzi. Las víctimas son alrededor de 200 y prácticamente ninguna de ellas ha logrado su sueño de intentar establecerse en Londres.

La situación en el puerto de Bilbao lleva meses en el centro de la polémica, entre otras cosas por la decisión de la Autoridad Portuaria de levantar un muro de hormigón que blinde la infraestructura. En todo 2017, la Guardia Civil -uno de los cinco cuerpos policiales que trabaja en la zona- computó alrededor de 4.000 intentos de colarse como polizones en los ferris. Se desconoce la cifra exacta de migrantes, ya que la mayoría repite las intentonas una y otra vez.

Fue a partir de la pasada primavera cuando el flujo de polizones se hizo cada vez más evidente hasta el punto de despertar el interés de medios británicos como la BBC ('Migrant crisis: Is Bilbao the new back door to Britain?'). El último dato oficial de personas interceptadas al que ha tenido acceso este periódico es demoledor: 965 hasta el 28 de marzo, por 81 en 2017. Los agentes encargados de supervisar las mercancías y vehículos que embarcan a los ferris han hallado migrantes en los bajos de camiones, escondidos en maleteros u ocultos en lugares tan peligrosos como ruedas de neumático, que desprenden fuerte olor. Encerrados durante horas o días, han soportado elevadísimas temperaturas sin apenas comida y con no más que una botella de refresco para hacer sus necesidades.

El pico de intentos de acceso a los barcos se produjo a finales de 2017, en noviembre y diciembre, con 130 semanales por 60 de media el resto del año. En este primer trimestre ese dato se acerca a los 80 casos semanales. Según la Guardia Civil, este “creciente y elevado número de personas” no se puede explicar por movimientos naturales. “Debía haber detrás una estructura criminal que favorecía este 'modus operandi' y que podía estar provocando un efecto llamada”, sostienen los responsables de la investigación, que llevan un año con un operativo especial de control de la inmigración ilegal, el delito que se imputa a los siete detenidos ahora.

Fuentes de la investigación explican a este periódico que la trama -en la que además de iraquíes colaboraban albaneses y españoles- cobraba a los interesados en cruzar al Reino Unido cantidades variables que podían alcanzar los 3.000 euros. La operación policial, bautizada como 'Hégira', ha descubierto que la red disponía de documentos de identidad y pasaportes de varios países, tarjetas de crédito y para el envío de remesas o tarjetas SIM, material para 'facilitar' el tránsito desde España hasta las islas británicas. También les procuraban dinero en efectivo y todo tipo de artilugios para sobrevivir encerrados, incluso algún esnórquel para poder tomar aire a duras penas tras rajar la lona de los contenedores de los camiones. Durante la operación se han registrado tres viviendas. Una de ellas, según la Policía, era una “casa-patera”. Tenía habitaciones numeradas y con cerradura, lo que “evidenciaba claramente” que estaba siendo empleada para alojar a los afectados.

El principal 'caladero' de esta mafia eran jóvenes albaneses. Fruto de los convenios de Albania con la Unión Europea, los ciudadanos de ese país pueden circular libremente en el espacio Schengen, mas no en el Reino Unido. Allí se ha reportado la existencia de potentes mafias albanesas vinculadas a actividades ilegales y que, en paralelo, disponen de toda una red de negocios legales que dan oportunidades laborales más o menos dignas a compatriotas. Los responsables de la investigación explican que no se ha conseguido establecer un nexo entre el tráfico de personas en España y las actividades ilícitas en el Reino Unido, aunque las pesquisas continúan abiertas y con comunicación permanente entre funcionarios de varios países.

La nota oficial de la Guardia Civil sobre la 'operación Hegira' también apunta, sin entrar en detalles, que “refugiados procedentes de Irak, Siria, Afganistán y Pakistán” se hallarían también entre los afectados. Fuentes policiales indican que, en total, son unas 200 las personas afectadas.

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