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Las 'devoluciones en caliente' de las que no se habla: crecen los rechazos en la frontera entre España y Francia

Control de la Policía Nacional francesa en la frontera de Irún

Iker Rioja Andueza

Las 'devoluciones en caliente' crecen en la frontera entre España y Francia, pero la estadística refleja una fuerte caída de las “readmisiones” activas y pasivas, es decir, los ciudadanos extracomunitarios que intentan cruzar de un país a otro y son 'invitadas' a regresar por no cumplir con los requisitos de entrada. En los pasos controlados por la comisaría de la Policía Nacional de Irún, si en 2015 Francia impidió el acceso a 932 personas, en 2017 el dato es de 391 (-58%). Al revés, España vetó a 399 en 2015 y apenas 58 en 2017, según datos solicitados en el Senado por Jon Iñarritu (EH Bildu). Pero la realidad, según denuncia a eldiarionorte.es un funcionario que trabaja en la muga, es que esa suerte de devoluciones en caliente se están incrementando, con aproximadamente 1.500 rechazos en frontera por parte de Francia en 2017, realizados en colaboración con las autoridades españolas.

El punto de inflexión fueron los atentados yihadistas en París ocurridos a lo largo de 2015. Francia decidió incrementar al máximo la seguridad, lo que incluyó el refuerzo de los controles en las fronteras a pesar de los acuerdos de libre circulación de Schengen. “Hasta entonces, todo eran readmisiones. Ahora se hacen otras cosas”, indica el funcionario.

El experto en Extranjería Iker Barbero, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), indica que fórmula de “readmisiones” fue pactada en una cumbre hispanofrancesa en Málaga en 2002. El acuerdo entró en vigor en 2003 y reza que “las autoridades de frontera de cada una de las partes contratantes readmitirán inmediatamente en su territorio a los extranjeros, nacionales de un país tercero, que sean presentados, por las autoridades de frontera de la otra parte, dentro de las cuatro horas posteriores al paso ilegal de la frontera común”. El procedimiento no requiere más formalismos y, según Barbero, bordea la legalidad ya que las autoridades no permiten la asistencia letrada a los afectados.

En los pasos de Hendaya o Biriatou la estadística de readmisiones está cayendo. Lo mismo ocurre en el conjunto de la frontera hispanofrancesa (de 4.500 enviados a España en 2015 a 2.000 en 2017). Sin embargo, la presencia de cuerpos policiales franceses (Policía Nacional y Gendarmería) en los puntos de paso es constante. “Durante meses, a partir de aquellos atentados, fue de 24 horas”, indican fuentes policiales. ¿Cómo es posible?

“Se han sacado de la manga la figura del rechazo en frontera y hacen muchísimas más devoluciones. Son fórmulas pensadas para las fronteras exteriores pero no para el espacio Schengen”, asegura el funcionario consultado. Al ser un procedimiento alegal, es necesaria la colaboración de la Policía Nacional. Las autoridades francesas comunican las personas que serán devueltas a la comisaría de Irún y España las recoge y actúa sobre ellas no como personas “readmitidas” en frontera sino como extranjeros en situación irregular. En total se habrán registrado del orden de 1.500 actuaciones de este tipo en Irún en 2017, de las que el 80% ó 90% proceden de Francia, siempre según las mismas fuentes. 

Los controles se redoblan los “martes, jueves y sábados”, coincidiendo con el tránsito de líneas de autocar internacionales de compañías muy concretas y conocidas. El grueso de los extracomunitarios vetados por Francia son magrebíes y subsaharianos. “Hay de todo, también familias con menores. A veces hasta 22 personas de una tacada allí tiradas, que han pagado por el billete a París y se quedan en tierra de nadie”, revela el funcionario consultado, que cuestiona la coordinación de los servicios sociales para atenderlas.  

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