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“Es más fácil que gobierne España una mujer de derechas que de izquierdas”

Arantxa Elizondo en un momento de la entrevista

Eduardo Azumendi

Arantza Elizondo ha sido elegida recientemente presidenta de la Asociación Española de Ciencias Política y de la Administración (AECPA). En su opinión, el hecho de que haya más mujeres en puestos de decisión política no tiene que tener una relación directa con más políticas de igualdad. “Solo se producirán esas políticas si las mujeres en esos puestos tienen una conciencia más cercana al feminismo. Si hay un montón de mujeres de un partido conservador que llegan al gobierno es posible que algún tema que antes no saliera como puede ser el relacionado con la conciliación pueda salir, pero no va a ser muy significativa la diferencia. La diferencia la marca la ideología que tengan esas mujeres”.

En la actualidad, Elizondo es profesora titular en el Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco. Fue cofundadora y directora del Master en Igualdad de Mujeres y Hombres de la Universidad del País Vasco de 2000 a 2009 y entre 2009 y 2012 ocupó la Secretaría General del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. Ha publicado diversas obras sobre comportamiento político de las mujeres y los hombres y sobre políticas públicas de igualdad.

¿Desde que se aprobó la ley de Igualdad de Euskadi están realmente mejor las mujeres?

Yo creo que sí. Como ocurre con la mayoría de las leyes, tampoco se puede decir que tenga una relación causa-efecto. Es decir, que gracias a la ley ya no ocurren un montón de cosas. Probablemente, incluso la aprobación de la ley está dentro de un peso de cambio social en el que, en general, creo que hemos ido a mejor. Hay una cuestión difícil muchas veces de medir: ¿qué es ir a mejor y qué es estar peor? Cuando la gente hace este planteamiento me viene a la cabeza como era la vida de mi abuela, hacia principios de siglo, el tipo de cosas que hizo, el tipo de cosas que no pudo hacer, y la cantidad de veces que ella me decía cuando yo era jovencita la envidia que le dábamos las chicas jóvenes de mi generación porque podíamos hacer muchísimas cosas. Como salir a la calle solas, entrar en un bar, hacer planes entre nosotras sin la necesidad de ir acompañadas. Hemos cambiado, hemos ido a mejor en general, si bien hay cuestiones en las que todavía nos falta un largo camino que recorrer.

¿España está preparada para que gobierne una mujer? O dicho de otra manera, ¿los partidos están preparados?

Probablemente sí. Pero si llega una mujer a ser presidenta del Gobierno español es mucho más fácil que sea una mujer de derechas. Aunque parezca paradójico. Yo creo que sería un mujer de un partido conservador. Porque las mujeres de los partidos conservadores son menos ''peligrosas', suponen menos riesgo porque no están dispuestas a hacer demasiados cambios. Ni tan siquiera se lo plantean. En ese sentido tienen más facilidad para llegar a los puestos donde se toman las decisiones.

¿Y en el caso de Euskadi? Estamos hablando de la única comunidad de todo el Estado en el que nunca ha gobernado una mujer una diputación, una de las grandes capitales o el Gobierno vasco.

Es una característica de este lugar y yo creo que de muchos otros lugares. El PNV parece el único partido en disposición de gobernar Euskadi y en su caso se trata de un partido difícil de ubicar en el margen izquierda-derecha de una manera más convencional, más clásica, porque llevan a cabo muchísimas políticas de igualdad que en otros lugares los han llevado partidos que supuestamente son más de izquierdas. Si el PNV en un momento dado, pongamos por caso en unos meses, decidiera que la próxima candidata a lehendakari fuera una mujer supongo que no tendría ningún problema.

¿Y por qué no es más rápido el acceso de una mujer al primer cargo, es decir, al cargo más importante, que el de un hombre?

Por eso lo tienen más fácil los partidos nuevos, porque tienen menos trayectoria, tienen menos gente a la que quitar. Cuando aparece alguien que no estaba allí, primero hay que quitar a alguien que estaba. Esos cambios normalmente son bastante traumáticos, están acompañados de cambios de facciones, de familia, etc… Para las mujeres eso significa una dificultad añadida. En el caso de Podemos, es más fácil para las que llegan nuevas porque están a la par con los que llegan de nuevos. Así es más sencillo que en un contexto más consolidado o más estancado.

Es como si los hombres tuvieran más confianza en los hombres y la política es cuestión de absoluta confianza.

Probablemente sí. Es posible que muchas mujeres también confíen más en los hombres. Al final todos formamos parte de una sociedad en la que hay unos roles muy diferenciados, todavía se nos socializa, educa de determinadas maneras, y es difícil salir de eso. Es difícil no reconocerle a un hombre de manera automática más autoridad, más legitimidad cuando te está hablando en un espacio público, que concedérselo a una mujer. Nos resulta difícil cuando estamos en un debate de televisión, en esos programas que ya dudosamente podemos decir que son debates, pero cuando está hablando una mujer enseguida si sube la voz se le tacha de que es un gallinero, mientras que si es un hombre el que lo hace parece que tiene más autoridad y está por encima, digamos, de su postura debidamente razonada. La manera de leer que tenemos todos y todas lo que hacen las personas está también condicionada por esa especie de confianza plus que crees que le otorgamos a la gente pues también viene dada porque se nos enseña que los hombres tienen mayor autoridad.

Son las mujeres las que lo ven también así.

Para no verlo así puede hacerse un proceso de reflexión, y hoy por hoy yo creo que ese proceso de reflexión se ha dado más en algunas mujeres que en la mayoría de los hombres, pero sigue habiendo mujeres que consideran que un hombre da más seriedad, más autoridad y que tiene más capacidad de liderazgo que una mujer

¿Y es tan importante que una mujer rompa ese techo de cristal, que es la presidencia, presidencia del gobierno español o en este caso la lehendakaritza?

No creo que sea eso más importante que otras cosas. No lo marcaría como el gran objetivo a conseguir el hecho de que una mujer sea lehendakari o presidenta del Gobierno. Sería un dato muy importante, simbólico y significativo, pero creo que hay una labor importante también en los líderes y las líderes políticas de una manera más amplia, no solo en las que tienen un cargo muy claro. De quienes forman parte del ámbito político que puede ser en los partidos políticos, que puede ser en los parlamentos, puede ser en diferentes ámbitos de la administración del gobierno. Ese sería el objetivo. Estoy acordándome de la cantidad de estudios que hay respecto sobre la relación entre que haya mujeres en puestos de poder importante y que se desarrollen más proyectos relacionados con la igualdad. Los resultados que ofrecen los estudios resultan un poco contradictorios. En algunos lugares parece que sí, y en otros no está tan claro. Al final, el hecho de que haya más mujeres y se produzcan otro tipo de políticas viene dado porque éstas tengan una conciencia más cercana al feminismo. Si hay un montón de mujeres de un partido conservador que llegan al gobierno es posible que algún tema que antes no salía como puede ser el relacionado con la conciliación pueda salir, pero no va a ser muy significativa la diferencia. La diferencia la marca la ideología que tengan esas mujeres. Bien es cierto que cuantas más mujeres haya en una institución más posibilidades hay de que alguna de ellas tenga conciencia feminista.

En el panorama actual europeo son las mujeres de derechas las que ocupan los principales puestos de poder políticos.

Hay una cuestión importante. De acuerdo con la evolución de los últimos tiempos, el municipalismo ha cogido mucha importancia. El hecho de que haya mujeres alcaldesas en ciudades importantes, como Madrid o Barcelona, marca una diferencia importante. Probablemente, ser alcaldesa de Madrid sea más importante que ser presidenta de alguna comunidad autónoma.

Pero se trata de dos mujeres independientes, a las que no se les puede encasillar con claridad bajo una siglas.

Son dos excepciones, pero eso demuestra que las hay. Son dos mujeres que fueron fichadas, ellas no dieron el paso. Pero son dos ejemplos claros de mujeres con conciencia feminista, con una trayectoria y militancia social muy comprometida. Tienen un papel muy relevante en política, tanto en la gestión de sus ayuntamientos como en la política en general. En este mundo tan globalizado, aparecen alcaldes o alcaldesas que juegan un papel muy importante a nivel internacional. Cuando se habla de lideresas políticas seimpre pienso en Manuela Carmena y Ada Colau, que para mí han hecho una labor inmensa desde el punto de vista de visibilizar la aportación de las mujeres a la política. Se puede estar más o menos de acuerdo con su discurso, pero está muy enraizado en los social. Siempre han aparecido en un tono moderado y relajado. Son todo lo contrario a la idea que proyecta Angela Merkel o Esperanza Aguirre, de mucha mano dura. No proyectan imagen más débil, sino que representan un estilo de liderazgo más innovador y en consonancia con los tiempos que corren. Se trata de un liderazgo horizontal.

¿Qué proyección dan los medios de comunicación de las mujeres en política?

Algunos medios echan cubos de arena por el hecho de ser mujeres. Algunos se permiten decir barbaridades y son discursos que van llegando a la sociedad. Cuestionan a las políticas por la ropa que se han puesto, se frivoliza mucho. Ya sé que la imagen es muy importante, pero las fotos que eligen algunos medios para ilustrar a las mujeres son terribles.

Algunas políticas como Merkel se han impuesto a esa visión.

Sí, pero la persecución, en general, no cesa.

¿Cree que le ha perjudicado a Susana Díaz el hecho de ser mujer en su carrera hacia la secretaría general del PSOE?

No lo creo. Contaba con la baza del apoyo de un sector muy influyente del partido. ¿La militancia? No me da la sensación de que le haya pasado factura el hecho de se rmujer, aunque lo cierto es que, en general, las mujeres en política se tienen que enfrentar a muchas dificultades.

¿Tanto como en otros ámbitos sociales?

El hecho de que haya más parlamentarias se debe a la exigencia legal de paridad. Cada ámbito tiene sus propias dinámicas. Allí donde hay que demostrar capacidad por medio de oposiciones, las mujeres destacan con fuerza. Los problemas surgen cuando se trata de nombrar a dedo.

El próximo año se celebra en algunos países el centenario del reconocimiento del sufragio universal para las mujeres.

Es un hito en la historia de Europa. Vino por el reconocimiento de la aportación que habían hecho en la guerra mundial. En el caso del Reino Unido, se dijo que gracias a que las mujeres habían participado en la guerra de diferentes maneras se merecían los derechos plenos como ciudadanas. Fue un reconocimiento desde el patriotismo. Es decir, no se habló del derecho del voto como lo que es, un derecho individual, humano y básico que corresponde por el hecho de ser ciudadanos. En el caso de España, en 1931 se reconoció en la Constitución republicana el derecho a voto por ser ciudadanas de un país. Es importante en el sentido democrático.

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