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La igualdad llega a las regatas de traineras

Trainera de Orio. Foto: EiTB

Eduardo Azumendi

La igualdad ha llegado hasta La Bandera de La Concha, la considerada como 'olimpiada del remo'. Por primera vez desde que las mujeres compiten por la Bandera de la Concha hace diez años, los premios para las remeras tendrán la misma dotación económica que los de los hombres. Las regatas de este año se desarrollarán, como es tradicional, el primero y segundo domingo de septiembre.

La tripulación femenina que gane recibirá un premio de 24.000 euros, la segunda clasificada 15.000 y la tercera 12.000, las mismas cantidades que las que recibirán las traineras de hombres.

En la última edición de la Bandera de La Concha, las primeras clasificadas recibieron 15.000 euros (frente a los 24.000 de los hombres); las segundas percibieron 12.000 (15.000 para los chicos) y las terceras clasificadas obtuvieron 10.000 frente a 12.000 de los hombres.

“Igualar los premios es un paso más hacia la igualdad, además de un esfuerzo de la organización”, explicó el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, al presentar la equiparación de premios.

Según Matilde Fontecha, doctora en Filosofía y licenciada en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, autora del libro ‘El deporte se instala en las cavernas de la igualdad’ (editorial Bernilde), el deporte es “el ámbito que más discrimina a la mujer”. Fontecha, quien ha sido profesora titular en la Universidad del País Vasco, donde ha participado en la formación del profesorado desde la perspectiva coeducativa, sostiene que “el deporte mediático es una de las grandes bazas del patriarcado”.

Desde 1879

Un total de 17 embarcaciones tripuladas por mujeres y 25 de hombres procedentes de la cornisa cantábrica iniciarán el pasado jueves las series clasificatorias de las que saldrán las tripulaciones que disputarán el domingo, 9 de septiembre, la final de esta prueba de remo que se celebra desde 1879.

Para esta edición se ha preparado un modelo experimental, tras un estudio encargado a Azti, con el objeto de obtener un índice de riesgo que clasifique las navegabilidad y ayude a tomar la decisión sobre si se realiza o no la prueba de forma en función del estado de la mar.

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