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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

“La posición anti taurina tiene una intencionalidad política, no ecologista.”

Antonio Fernández Casado

Bruno Sans

Bilbao —

El libro 'Diccionario taurino guipuzcoano. De la plaza de toros de Arrasate al torero pintor, Ignacio Zuloaga' repasa una tradición taurina arraigada en la provincia desde hace 200 años que, este año, se ha quedado sin feria en Donosti. El autor es el empresario hotelero y aficionado a los toros Antonio Fernández Casado, que antes ya había escrito sobre toreros vizcaínos en 'Toreros de Hierro' y sobre el Club Cocherito

Pregunta. En primer lugar, háblenos un poco del libro. Se divide en cuatro partes que tratan sobre las particularidades de la tauromaquia guipuzcoana, ¿no es así?

Respuesta. Efectivamente. La primera parte recoge los antecedentes de la fiesta de los toros en Gipuzkoa, porque este es un libro que pretende reivindicar que San Sebastián siga teniendo toros, como ha tenido desde hace 200 años, demostrar que ha habido una tradición, y recoger un acta de esa tradición taurina de Gipuzkoa. Esta parte está ilustrada con un millón de referencias. Destaco, por ejemplo, un tipo de raza de toro bravo propio de Gipuzkoa, los betizu. Hay un estudioso además, llamado Plazaola, que habla mucho de los betizu. Y guste o no guste, todo eso está ahí.

Hay una segunda parte que recoge 27 escenarios donde se han celebrado de manera regular corridas. Que son más, pero yo he seleccionado los 27 más significativos, desde Mondragón, Azpeitia, Tolosa, Eibar... Donde está demostrado que ha habido históricamente celebraciones taurinas, y en algunos donde sigue habiéndolas. Eso es lo que hay, yo sólo levanto acta.

Hay otra tercera parte que está relacionada con los protagonistas nacidos en Gipuzkoa que han querido ser toreros. En el libro son 127, no son todos los que hay, pero son 127 sobre los que yo he encontrado algún dato, evidentemente habrá habido muchos más. Dentro de esos 127 hay diez que fueron matadores de alternativa, y nadie les está prestando atención, pero tuvieron el grado máximo. Y si se quiere negar se puede negar, pero aquí están. Es más, uno de ellos está, por así decirlo, en el exilio. Iker Cobo se llama, donostiarra, hace tres o cuatro años se tuvo que ir a América porque no encontraba manera de practicar su oficio ni en España ni en San Sebastián. Un año no le anunciaron en Illumbe y ya decidió que no merecía la pena quedarse.

El cuarto y último capítulo tiene que ver con los empresarios de toros guipuzcoanos. El primero de los que recojo, Pepe Arana, fue un hombre muy innovador, tanto que no sólo fue el primer empresario de la plaza de toros de Atocha, sino que en su día fue el empresario de pelota más importante que había en Madrid y San Sebastián. Luego estuvo en el Teatro Real de Madrid... Todo un personaje, con un montón de historias, y es quien inventa la semana grande de San Sebastián, como una herramienta de marketing para atraer visitantes en agosto.

P. ¿Qué opinión le merece la prohibición de los toros en Donosti?

R. Tal y como está el alcalde este de Bildu y su partido, pues hay que ser proactivo. Yo no digo que la lidia le guste a todo el mundo, ni que haya que ser protaurino. ¿Que puede parecer cruel? Seguramente. ¿Matar a un toro en público no es una cosa amable? Seguramente. Pero tampoco es amable verlo en el matadero. ¿Si se le mata en privado ya no es cruel? Pues vayan a ver cómo los electrocutan en el matadero. ¿Eso sí es humano? ¿Y la caza? Que la prohíban. Yo ahí no veo el deporte, en los toros por lo menos hay un tío que se juega la vida, no está detrás de un rifle con mira telescópica. Aparte que es un tipo de animal, el toro bravo, que sólo sirve para eso. Si mañana lo prohíben, desaparece. Hay que conocer las contraindicaciones. Además hay un montón de variantes que se podrían haber puesto en marcha antes de suspender las corridas. Corridas a la portuguesa donde no matan a los toros en público, sino que se matan luego sin público, o corridas landesas como las francesas, o las navarras de recortadores... Hay un montón de posibilidades intermedias antes de prohibirlo. Lo que pasa es que se han prohibido por motivos políticos, no por defender a los animales, sino por ser una fiesta española.

P. La izquierda abertzale, efectivamente, se declara anti taurina aunque en sus filas haya tenido dirigentes como Jon Idigoras, conocido como Chiquito de Amorebieta.

R. La posición anti taurina tiene una intencionalidad política, no ecologista. Pero es una excusa de andar por casa. Lo que están es intentando prohibir algo que es español. Ese es el fondo de la cuestión. No tiene nada que ver con ninguna otra cosa. Yo ya lo dije, estos señores que ahora mismo dominan los ayuntamientos de media Gipuzkoa, en Deba hicieron un referéndum toros sí, toros no, y lo perdieron. En Carranza lo mismo, salió toros sí. Lo tienen a huevo, que se haga un referéndum en Donosti también, a ver qué pasa. ¿Cuarenta años que han estado pidiendo un referéndum, y ahora no lo hacen? ¿Por qué no lo hacen? Porque no son mayoría. Y ahí no sólo son culpables ellos, también la oposición, porque la oposición tiene la mayoría. La primera culpa, sí, es de Bildu y su alcalde, pero los tres partidos de la oposición son impresentables en este tema. Incapaces de poner un plan para dar una alternativa. Pues que no se quejan, los ciudadanos sabrán lo que votan.

P. En fiestas de La Blanca el día de más éxito de la feria taurina la plaza no se llenó ni hasta la mitad. ¿Se pierde la afición?

R. Seguramente, porque todo tiene que ver con determinadas circunstancias. Yo los partidos del Athletic que vi por la tele el año pasado, en muchos no se llenaba San Mamés como antaño. En Bilbao, antiguamente, las empresas al llegar la Semana Grande compraban entradas para regalar, y eso se ha perdido. Todo el mundo está jodido y entonces no compras. No sólo aquí. En Madrid han sobrado 3.000 abonos sin vender, cuando hace no mucho conseguir un abono era imposible. No se llenan por la crisis, que afecta a todos los sectores. Y por otro lado, hoy sólo hay un torero capaz de llenar las plazas. Si hubiese toreado José Tomás en Vitoria, seguramente se hubiese llenado, y se hubiese llenado el día que torea él, y los demás. Depende de quién torea. Es como ir a un museo que tiene una exposición de alguien sin tirón. No va nadie.

P. ¿Y no lo liga a una pérdida progresiva de la afición por la tauromaquia?

R. También, también. Esta mañana no sé a quién le ponía el ejemplo. Aquí en el Athletic juegan 11 chavales. Para que jueguen aquí 11... ¿Cuántos hay censados en lezama? ¿Y en Bizkaia? ¿Y cuántos partidos se juegan un fin de semana, de ligas escolares o federadas? Y todo para encontrar a 11 fenómenos, de los cuales al final muchos vienen de navarra, la rioja, donde se pueda. Para encontrar a 11 nada más, bueno 22. Pero claro, en Bilbao montas sólo ocho corridas, ¡al año! ¡Centrada en una semana al año! ¿Y qué pasa el resto del año? Si no se celebran festejos taurinos, pues es lógico que no se llenen las plazas. Y si ya además no se dan toros en ETB, ni en TVE-1... Hay muchas maneras de condenar al espectáculo.

P. Escribió también sobre Los toreros de Hierro, y sobre el Club Cocherito, un clásico bilbaíno. ¿Algún nuevo proyecto entre manos?

R. Sí, unos cuantos. Uno tengo prácticamente terminado y me lo iba a publicar la esfera de los libros, pero parece complicado ahora. Los toros en la Guerra Civil, que no se ha escrito nada sobre ello. Al comenzar la guerra, las plazas principales, Madrid, Barcelona y Valencia, quedaron en manos republicanas. Sólo Sevilla y Salamanca quedaron en el lado de Franco. Así que la mayoría de los toreros eran afines a la República. En Agosto se reinician las corridas. Según pasa el tiempo, los toreros se cambian de bando. Aprovechan que pueden ir a Francia a las corridas. Y con el paso del tiempo se van dando más toros en la zona nacional que la republicana. Aunque la mayoría de toreros 'proletarios', los banderilleros y así, sí se quedan en el bando republicano. Tengo un montón de biografías, y lo tengo prácticamente escrito. En el lado nacional hay personajes deleznables, como un granadero cordobés llamado Moreno de la Coba. Para navidades espero que esté publicado.

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