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ENTREVISTA - Jon Sistiaga, periodista y productor del documental Nacido en Gaza

Jon Sistiaga: “La voz de un niño está desprovista de la politización de una víctima mayor”

Fotograma de 'Nacido en Gaza'

Paola Fernández

Durante la última ofensiva israelí en la franja de Gaza murieron 1.475 civiles palestinos. De estos, 507 fueron niños y el 70% de ellos tenía menos de 12 años. En estos momentos más de 400.000 niños necesitan ayuda psicológica. Estos son sólo unos de los pocos datos que aparecen en el documental 'Nacido en Gaza'. Pero no todos son datos. Y por ello, Hernán Zin y Jon Sisitiaga, director y productor respectivamente, viajaron hasta esta zona de conflicto para poder contar de primera mano la vida y la situación de 10 niños que nacieron en el que seguramente es el peor lugar del mundo para ser niño. Este documental, que fue nominado en la categoría de Mejor Documental en la pasada edición de los Goya, ha sido presentado por Sistiaga en Donostia, quien asegura que seguramente Gaza sea “la mayor cárcel del mundo”.

¿En qué momento decidisteis hacer este documental, cuando comenzó la ofensiva o ya lo teníais pensado de antes?

Surgió en el momento del conflicto. Era verano, estábamos realmente de vacaciones y con un proyecto de producción para septiembre con el que nos íbamos a Honduras a grabar para Canal +. Y sin embargo, estábamos en Madrid viendo un poco lo que estaba pasando y diciendo “con la de veces que hemos estado allí trabajando, estamos aquí”. Las llamadas y los emails de los amigos que tenemos por allí eran desgarradores. De que la que estaba cayendo era como nunca. Dicho esto, los documentales que en mi caso hago para televisión no son de pura actualidad digamos. Por lo que la idea era, qué podemos hacer que sea otro formato. Hernan, que es con quien trabajo habitualmente, me propuso hacer esta historia diferente, contada de otra manera, en otro tono, en otro tempo narrativo, así que le dije que adelante. Aproveché mis vacaciones y al día siguiente cogimos un par de billetes que estaban baratos y nos plantamos allí.

¿Y por qué contar este conflicto desde el punto de vista de la situación de los niños?

Después de casi 20 años cubriendo conflictos, guerras… aunque siempre hemos intentado dar un poco voz a las víctimas, en esta ocasión hemos querido hacer algo diferente. Queríamos, que en un conflicto tan politizado como es el de Israel y Palestina, tratar de dar el punto de vista un de los niños, que en todos los conflictos y en todas las guerras, siempre son los que más sufren. La voz de un niño se encuentra desprovista de la politización que pueda tener una víctima mayor. Dejar hablar a los críos, es dejar hablar a alguien que no habla en boca de mayores o de lo que le han contado, sino que un día se levanta y no tiene colegio porque se lo han reventado o no tiene casa porque se la han volado o se ha quedado sin familia. Yo creo que también estamos acostumbrados a ver las noticias, las informaciones de guerra de manera muy rápida y apresurada, sin tiempo a reflexionar. Las noticias del día a día nos comen el tiempo. En el momento de la ofensiva de Israel contra Gaza todos los días recibíamos información de muerte, de masacres, de casas reventadas, de colegios destrozados… que al día siguiente volvían a repetirse y no nos acordamos del nombre de la víctima anterior, excepto en algunos punto claves como la muerte de cuatro niños en la playa mientras jugaban al fútbol. Pero queríamos parar y contarlo de otra manera, más reflexiva.

Una de las cosas que más sorprende es la madurez con la que hablan niños de 7 u 8 años.

La verdad que desde el punto de vista del productor tuvimos mucha suerte con los niños que habíamos elegido. Había una labor previa, teníamos a un productor local, un amigo de hace muchos años que ha trabajado mucho con nosotros en la franja de Gaza y que había buscado una serie de niños basados unos perfiles que nosotros le habíamos ido diciendo. Por ejemplo, el hijo de un pescador, el hijo de un panadero, hijo de un médico, un niño al que le hayan reventado la escuela, uno que haya perdido la casa, un niño que haya perdido a la familia… prácticamente el 95% de los niños elegidos funcionó a la primera y los primeros sorprendidos también fuimos nosotros. Porque sobretodo en televisión cuando hablas con niños lo que necesitas es que tengan un discurso articulado y esto difícil de encontrar incluso en mayores. Pero tuvimos mucha suerte con los niños, que sabían perfectamente lo que les preguntábamos, lo que querían decir, lo que querían transmitir. Hay muy poca edición más allá de la parte estética, hay muy poca edición en las entrevista, porque las entrevistas no eran demasiado largas tampoco. Una vez que ya tienes ganada la confianza del niño, has hablado con él, has jugado un poco con él, los padres ya le han dicho que va a venir una televisión cuéntale lo que te apetezca, lo que te pregunten, y los niños contestaban de esa manera tan madura. Puede ser que a veces si cierras los ojos y piensas que es una voz de mayor pues sí que puedes pensar que el que está hablando es una persona adulta.

El título del documental es Nacido en Gaza y en algún momento has comentado que puede que Gaza sea el peor del mundo para nacer.

Gaza de por sí geográficamente es una cárcel, probablemente la mayor cárcel del mundo. Es un lugar de 80 kilómetros de largo y apenas 20 kilómetros de ancho, en su parte más ancha. Por un lado, tiene una salida al mar, que es imposible porque están las cañoneras israelíes constantemente allí delante y por detrás, está rodeado por tres muros. Es un rectángulo enorme con una salida al mar y el resto es un muro enorme. Es la mayor cárcel del mundo, podíamos decir. Una cárcel a cielo abierto desde donde no se puede salir y desde donde es muy complicado entrar también. Eso ya de por sí hace que sea uno de los peores lugares para nacer del mundo porque, como bien  decían estos niños, ¿Por qué no puedo ser como otros niños? ¿Por qué no puedo viajar? ¿Por qué no puedo tener Internet? ¿Por qué no puedo jugar al fútbol sin que me lancen un misil? La franja de Gaza ha vivido una media de guerras cada tres años desde hace unos 15 años, me podría remontar mucho más atrás a las 5 o 6 guerras que ha luchado o provocado Israel. Pero el caso específico de la franja de Gaza, en los últimos 14 años ha habido 6 invasiones a una media de cada 2-3 años. Estos niños con 7 años ya han vivido la ofensiva del pasado año, la de 2012, la de 2008, la de 2003, la intifada de 2001, o sea que saben que tienen una guerra cada dos años. A eso me refería con que es uno de los peores sitios del mundo para nacer y desarrollarte como niño.

Con todas las cosas que han visto estos niños a una edad tan temprana. ¿Les veis que aún y todo tienen algo de esperanza de que acabe la guerra o de salir de allí?

Yo creo que lo que el documental no transmite es ansia de venganza o resquemor. Hay una rabia contenida obviamente. Pero no hay un afán vengativo, ni hay una idea del ojo por ojo. Yo creo que a los niños cuando les preguntábamos, todos querían ser de mayores médicos o ingenieros o arquitectos. También lastrados porque son esas las personas mayores que en momentos de conflicto más les ayudaban. Un médico salvando vidas o alguien que está reconstruyendo sus casas. Yo creo que el palestino está acostumbrado a reconstruir su vida cada cierto tiempo, por tanto tiene una visión de futuro en la que saben que les va a volver a caer en dos años. Es una mezcla de orgullo también, como nación oprimida que son.

¿Cómo ves el género documental en el cine? ¿Crees que la nominación a los Goya ha hecho que el documental esté más visibilizado?

Es un terreno que yo no controlo demasiado, el del documental cinematográfico, podríamos decir. Porque siempre he hecho documentales, pero siempre se han emitido en televisión y tienen otro recorrido. El documental se entrenó en el cine antes de la nominación a los Goya. Pero luego obviamente, esta nominación si de algo sirve, aparte de para un reconocimiento de la profesión, es para dar visibilidad al documental para que gente que igual no hubiera sabido de él tenga curiosidad por ver ese otro documental nominado, aunque no haya ganado. Es un escaparate tremendo y un impulso tremendo para que algunos cines te lo programen. Obviamente en España todavía tenemos una cultura alejadísima de los franceses o los británicos o los alemanes en cuanto al mundo del documental o del documental cinematográfico. Aquí para que llegue a algunos cines, es muy complicado. 

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