Una línea de alta tensión algo más verde
Después de 26 años de gestación, la polémica línea de alta tensión en Bizkaia empezará a construirse en los próximos meses, si se cumplen las previsiones. El persistente rechazo ecologista no ha evitado el proyecto pero si el cambio del trazado, tras un fallo del Tribunal Supremo en 2010, que salva así un área protegida. “Estamos satisfechos a medias porque no toca el biotopo y es la solución menos mala, pero tampoco nos gusta”, asegura la asociación Izate. La promotora del proyecto, Red Eléctrica de España (REE) - el único operador en España que se encarga de transportar la energía que generan las empresas eléctricas hasta el punto de venta-, respira aliviada tras las múltiples vicisitudes para poner en marcha el tendido.
La línea a su paso por Bizkaia, un trazado de 11 kilómetros, era el último eslabón de un trazado que parte de Penagos (Cantabria) y se extiende hasta Güeñes a lo largo de 74 kilómetros. Su coste global ascenderá a casi 30 millones de euros, pero las únicas afecciones denunciadas fueron en el tramo vasco. El Consejo de Ministros aprobó definitivamente el proyecto en mayo de 2007, que justificó para ampliar la red de transporte de energía y una mayor garantía en el suministro. Sostenía que existen limitaciones en la actualidad al haber solo una red de distribución entre Zierbena y Santurtzi. Red Eléctrica aduce que permitiría que la energía se mueva con eficacia entre Galicia y Francia y facilitaría distribuir el 85% de la energía eléctrica generada en la comunidad autónoma.
Los primeros proyectos para esta línea se remontan a finales de los 80 y desde el principio se topó con la resistencia en el tramo vasco. Ya se tuvo que cambiar el trazado previsto a finales de los 90 por afectar un área protegida en la zona de Armañon. El siguiente aprobado discurría por el futuro biotopo de los montes de Triano y Galdames, lo que motivó la demanda presentada en 2007 por el grupo ecologista Izate. El Tribunal Supremo dio la razón a los ecologistas al certificar que la empresa eligió el trazado “más perjudicial” para el medio ambiente y no tuvo en cuenta un informe del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, que ya apuntaba que la línea discurría por el centro del biotopo.
Lo curioso es que el fallo llegó cuando una veintena de las 24 torretas de alta tensión se encontraban colocadas, lo que obligó a desmantelarlas. El coste fue económico (se encareció de cinco a los 8 millones actuales) y de tiempo, al retrasarlo en al menos cuatro años. “Para nosotros ha sido una satisfacción que nos dieron la razón y evitar destruir un área protegida”, asegura Izate. “Pero sigue habiendo un movimiento vecinal en contra, no se han regenerado las pistas creadas para el anterior trazado y el nuevo tampoco nos gusta, porque va a afectar a zonas de vaguadas y arroyos”.
La promotora, asegura un portavoz, aún no tiene definida la fecha de inicio de las obras, aunque ya tiene todos los trámites resueltos para acometerlas. Uno de los problemas es que el proyecto aprobado impide trabajar entre febrero y septiembre para preservar al alimoche, una rapaz que realiza su parada biológica en esos meses. Si los trabajos no empiezan en poco más de un mes, se tendrían que retrasar hasta dentro de un año y la línea no estaría disponible hasta finales de 2015.
