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Medio Ambiente confirma que el vertido de Lemoiz era de lindano

Un ertzaina, en el vertido de Lindano en Lemoiz

Iker Rioja Andueza

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco ha confirmado la existencia de residuos de hexaclorociclohexano (HCH) o lindano en el vertedero de Jata, ubicado en el término municipal vizcaíno de Lemoiz, como denunció el colectivo Ekologistak Martxan en junio. Medio Ambiente recibió el aviso de los ecologistas a través del 112 y, en compañía de la Ertzaintza, verificó que el material hallado en la zona era lindano y, por lo tanto, potencialmente contaminante.

Según información enviada al Parlamento por Medio Ambiente a instancias de Mikel Otero (EH Bildu) y de Íñigo Martínez (IU, Elkarrekin Podemos), “una vez constatada la presencia de residuos de HCH y considerando 'a priori' este hecho como un indicio fundado de la existencia de sustancias contaminantes en el suelo en concentraciones que puedan suponer un riesgo, se ha procedido a [...] poner en marcha los procedimientos previstos en la ley para la prevención y corrección de la contaminación del suelo”. En este sentido, se ha reclamado al Ayuntamiento información registral sobre los propietarios del terreno para que asuma la descontaminación.

Según explica a eldiarionorte.es Iván Pedreira, director de Planificación Ambiental, se trata de poner en marcha un procedimiento denominado de “calidad del suelo”, que incluye una “investigación” de las “causas del vertido” y la determinación posterior de acciones concretas de limpieza, “alternativas” que dependerán del tipo de roca, de si hay o no aguas subterráneas afectadas o del tipo de impermeabilización del vertedero. Esa localización en Lemoiz ya constaba dentro del amplísimo catálogo de unos 14.000 puntos de Euskadi catalogados como suelos potencialmente contaminados desde 1989.

Dos compañías de capital alemán operaron en el industrializado Gran Bilbao para la obtención de hexaclorociclohexano. Bilbao Chemical, en la zona baracaldesa de Ansio, produjo unas 75.000 toneladas de residuos desde 1947 hasta 1987. Nexana, muy cerca de la anterior pero ya en Asua, Erandio, registró 7.000 toneladas. Sería el equivalente a vaciar 3.280 camiones llenos de sustancias contaminantes. Las empresas no sólo abandonaron los residuos en la zona al bajar la persiana, sino que transportaron algunos ilegalmente a zonas de Bizkaia o incluso a Soria o a Vitoria, el origen de los vertidos en puntos tan dispares. No hay constancia de cuál es el origen concreto del material hallado en Lemoiz, si bien para el Gobierno “cabe esperar” que los residuos se generaran en estas industrias.

En Euskadi, cuando hace un par de décadas se adquirió la conciencia del peligro del lindano, algunas grandes reservas se encapsularon por seguridad. Como en el aeropuerto de Loiu o en el entorno de Barakaldo. Esas burbujas tienen una vigencia de 30 años. Pronto habrá que valorar, subrayan los ecologistas, qué hacer con esas bolsas de sustancias contaminantes. Según Pedreira, actualmente no hay una “situación de emergencia” respecto a esas cápsulas y cuando expiren los permisos de 30 años se valorará “desde un punto de vista técnico” si es necesario prorrogar el “seguimiento” de las celdas.

El hexaclorociclohexano provoca dolores de cabeza, cansancio, debilidad o malestar en sus estadios más leves o dolencias crónicas e incluso la muerte en caso de intoxicaciones severas. Se asimila no sólo con el tacto o ingiriéndolo, sino también respirándolo. La Organización Mundial de la Salud consideró que era potencialmente cancerígeno en 2015.

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