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“Es necesario exigir obligaciones y responsabilidad social a las empresas extranjeras que invierten en Euskadi”

Natalia González de Uriarte

El sector del acero no levanta cabeza. Aunque en el pasado 2014 la industria siderúrgica vasca logró repuntar la producción de acero y en el 2015 tampoco les faltó carga de trabajo, en los últimos 8 años Euskadi ha pasado de producir 8 millones de toneladas de acero a 4. Prácticamente casi todas las plantas en activo acumulan deudas. Y el dragón chino, con sus precios de mercado a la baja, no da tregua. Se suceden anuncios de cierres temporales y los miedos acechan en la margen izquierda y en las empresas guipuzcoanas del sector. La situación recuerda a épocas no muy lejanas, cuando se produjo el desmantelamiento de Altos Hornos de Bizkaia.

Asier San Millán, director general de Siderex, el precluster siderúrgico vasco, reconoce que la situación es preocupante, sí, pero la estocada no es mortal. Está convencido de que el sector vasco del acero tiene futuro y ofrece algunas de las claves para asegurar su continuidad.

El sector del acero atraviesa una nueva crisis, un sector acostumbrado a lidiar con etapas complicadas, pero, ¿esta estocada es muy grave, más que las anteriores o se ve luz al final del túnel?

En los últimos años los diferentes analistas del acero mostraban una perspectiva de negativa a estable, es más la producción tanto española como la vasca se habían estabilizado con ligeros incrementos en los últimos años. Durante el ejercicio 2015, gracias a la activación de sectores consumistas, como son el de la automoción o el de la obra civil, a las empresas no les ha faltado carga de trabajo, pero es verdad que la situación actual sí es preocupante.

El Gobierno vasco parece haber enfocado hacia China a la hora de buscar las razones que han llevado al sector a este momento tan difícil. ¿Si no se hubiese dado esta circunstancia de la irrupción tan desafiante del gigante asiático, las cosas serían muy diferentes o tampoco se podría haber esquivado esta crisis?

Evidentemente China es un factor clave. Es el primer productor mundial de acero con el 50% de la producción. Tiene una sobrecapacidad brutal. Pongámoslo en números: en el mundo se producen 1.600 millones de toneladas y China está produciendo 803 millones, que es la mitad. Actualmente China tiene unas sobrecapacidad de unos 340 millones de toneladas, que es el doble de lo que se produce en Europa todo el año. ¿Cómo está resolviendo esta sobrecapacidad? Inundando los mercados con acero barato a precios ‘dumping’. Por eso, gran parte de la culpa la tiene el efecto China, pero también es verdad que existen otros factores claves.

¿Cuáles?

Varios aspectos que influyen en esta deriva. Además de estar sufriendo esa brutal competencia desleal de China, son los costes eléctricos o los precios de las materias primas. En relación a los costes de producción, nuestras acerías que tienen hornos eléctricos, los costes eléctricos suponen un alto porcentaje en el coste final del producto. Por otro lado, nuestras acerías parten de la chatarra para producir, en este sentido somos deficitarios en chatarra por lo que tenemos que importarla, encareciendo el producto final. Sin olvidar la desaceleración de ciertos países consumidores de acero, como pueden ser países emergentes o los llamados “BRICS”, que ahora mismo no están consumiendo tanto acero como parecía que iban a consumir. Todas estas circunstancias hacen un ‘mix’ que complica el panorama, pero nadie puede negar que China dificulta mucho la situación.

¿Qué esperan de Bruselas, qué del Gobierno vasco y qué del Gobierno central? ¿Qué piezas les toca mover ahora a cada organismo para dibujar un tablero de juego más favorable para el acero vasco?

Cada una de esas tres figuras debe jugar su papel. La Unión Europea debería tomar seriamente medidas para frenar la llegada masiva de acero de China pero debe hacerlo de una forma más ágil y contundente. Las medidas ‘antidumping’ deben implementarse de manera mucho más rápida porque como mínimo, Europa necesita un periodo de unos nueve meses para establecer ciertas medidas y en nueve meses un sector puede acabar muy tocado.

¿Cómo afectarán a todo este panorama los tratados de libre comercio que Europa está negociando?

Respecto a este tema, en estos momentos nos encontramos ante el debate de la concesión de China como Economía de Mercado. Si se le concede a China este estatus, estaría en peligro la efectividad del sistema de defensa comercial de la Unión Europea. Y en esos tratados, habría que tener en consideración el posicionamiento de nuestros socios comerciales sobre esta posibilidad.

¿Puede hacer algo más Europa?

Otro rol que tiene que tener Europa es aprobar políticas de emisiones de C02 que aseguren las mismas reglas de juego para todos. Nuestras empresas han hecho y siguen haciendo grandes esfuerzos por producir de forma cada vez más limpia. Nuestras empresas hacen sus deberes y mientras se está dejando entrar a Europa aceros sucios. No se puede seguir así.

¿Y el Gobierno vasco y el Gobierno central?

Por su parte el Gobierno central, Madrid, debe aplicar ciertas medidas para reducir los costes eléctricos, medidas en torno a peajes de acceso, impuestos o tasas. Y el Gobierno vasco tiene que seguir defendiendo los intereses del sector. Seguir siendo activo en Europa contra China y seguir presionando al Gobierno central en el ámbito de los costes energéticos.

Dice usted que el Ejecutivo vasco tiene que seguir siendo activo y seguir presionando al Gobierno central. O sea que ¿ya lo ha estado haciendo? Los que reprochan que ciertas medidas se podrían haber tomado antes ¿no están en lo cierto?

Me consta que el Gobierno Vasco ha enviado informes varios al Ministro Soria para que se reduzcan los costes energéticos y a nivel de Europa se está interviniendo en contra del ataque desleal de China. Y por parte de las empresas, no ha faltado estrategia. Gran parte de la preocupación de las empresas se ha centrado precisamente en abrirse a nuevos negocios. Estudian cómo desarrollar nuevos productos que permitan adaptarse a las necesidades de cada usuario y de cada cliente. Se han invertido muchos recursos, tanto humanos como económicos, en este aspecto.

¿Tampoco considera urgente, como apuntan desde estos sectores críticos con la actuación que han llevado a cabo la Administración vasca, una reflexión más profunda, una reorientación de la política industrial?

Hay que ir hacia la especialización, buscar el valor añadido de todos y cada uno de los productos que se hagan en el sector del acero. Nuestro sector puede ser competitivo siempre y cuando se trabaje en ámbitos de innovación, no solo en la búsqueda de nuevos aceros, más resistentes, más ligeros, anticorrosivos…sino en otros ámbitos como la eficiencia y la mejora de la producción, gestión interna y demás.

¿Qué grado de culpa otorga al hecho de que los centros de decisión de ciertas empresa de calado del sector siderúrgico afectadas por esta crisis esté a kilómetros de Euskadi?

Ojalá todas las empresas fuesen vascas. Pero al igual que hemos ido adquiriendo empresas en el exterior o llegando a acuerdos comerciales, si invierten aquí, yo lo veo correcto. Lo que sí es necesario es exigir a futuro obligaciones y responsabilidad social a las empresas extranjeras que invierten en Euskadi.

¿Se atreve a hacer un pronóstico a futuro? ¿Pueden caer más empresas?

No me atrevo pero si nuestro sector es capaz de desarrollar buenas redes de eficiencia e innovación, habrá puesto las bases para seguir avanzando. La I+D+i ha de ser constante y ha de ser un elemento diferenciador y motor de crecimiento.

La consejera Tapia dibujó en su comparecencia en el Parlamento vasco hace dos semanas un futuro diferente para las dos principales plantas de Arcelor Mittal en Euskadi, la ACB de Sestao y la factoría de Zumarraga. Para esta última vaticinó más problemas. Considera Tapia que esta planta necesita inversiones de calado y una diversificación del producto porque no ha recibido la atención necesaria por parte de Arcelor ¿Comparte el diagnóstico?

Los productos que Zumarraga produce van dirigidos al sector de la construcción. Un sector que como todo el mundo sabe, no pasa por uno de sus mejores momentos. Las inversiones deberían centrarse en la implementación de nuevas tecnologías y diversificación de productos y sectores cliente, así como eficiencia en los procesos. Son fuertes inversiones que se deberían de realizar para ser competitivos.

Otras tienen una casuística diferente como es el caso de los productores de tubería.

En el sector siderúrgico, cada planta, cada acería, tiene una casuística diferente. Al sector de la tubería les afecta mucho lo comentado anteriormente pero tanto o más el sector ‘oil and gas’. El precio del petróleo está como está y no hay inversiones en este sentido, no existen proyectos. Está muy parado. O el sector del inoxidable que les afecta más el níquel que fluctúa en bolsa.

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