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Osakidetza introduce cambios en la nueva oposición médica pese a no admitir irregularidades en la de 2018

Presentación de las medidas de mejora de las oposiciones en Osakidetza

Iker Rioja Andueza

El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) no explica qué “serie de circunstancias” se produjeron en los exámenes de una docena de especialidades médicas en la gran oposición del pasado 2018 y “no considera nada” en torno a la investigación judicial abierta ahora mismo en Vitoria ante la sospecha de que las filtraciones de exámenes a determinados aspirantes pudieran constituir un delito. Sin embargo, ante una nueva convocatoria, se ha “conjurado” para “conseguir una OPE modélica” y con más garantías en esta ocasión, en palabras del nuevo director general de Osakidetza, Juan Diego Casals, quien relevó en el cargo a María Jesús Múgica como Nekane Murga hizo lo propio con el consejero de Salud, Jon Darpón, arrastrados ambos por las “circunstancias”.

Diego, acompañado de la también recién nombrada responsable de Recursos Humanos, María Pilar Uriarte, han comparecido este miércoles en el cuartel general de Osakidetza, en Vitoria, para explicar doce “medidas de mejora” que están “encaminadas a mejorar el cumplimiento de los principios de igualdad, mérito y capacidad”. Los cambios, según han indicado, recogen aportaciones del Ararteko, del IVAP (Instituto Vasco de Administración Pública) o de otros profesionales e instituciones. Han sido consultados con sindicatos y en el caso de Satse, SME y UGT, como parte de la comisión de seguimiento de la OPE, les han dado el visto bueno. Diego ha resaltado también que ha mantenido una ronda de contactos con los partidos políticos de la oposición, que fueron muy beligerantes con las irregularidades. Este “pilotaje” se estrenará en las plazas pendientes de la OPE del pasado año, 26 plazas de especialistas de varias especialidades.

¿Qué cambios habrá para evitar filtraciones o, en palabras de Osakidetza, “para garantizar procesos absolutamente garantistas”? Son dos bloques. Uno afecta a los tribunales evaluadores y, el segundo, a los propios exámenes. Si una de las claves de la presunta manipulación de las pruebas médicas del pasado año fue que las mejores notas, en determinadas categorías, recaían en los colegas de hospitales de los autores de las pruebas, ahora se pretenden seleccionar a los vocales del tribunal “por sorteo” y, en caso de que “el principio de especialidad” impida tener una composición “aleatoria”, se convocará a profesionales del resto de España. Se endurecerá también el código ético y las causas de abstención y se fomentará la formación.

En cuanto a los exámenes, como ocurre en otras comunidades autónomas, se harán muchas más preguntas de las necesarias y, por sorteo, la relación definitiva del examen se conocerá poco antes del inicio de la prueba. No habrá tampoco un autor único del examen. Asimismo, no serán los miembros de los tribunales los que asuman también ese papel, ya que el IVAP contratará profesionales y se ocupará de que sean “externos”, a diferencia de lo que ocurrido el pasado año. La intención es hacerlo así en las pruebas teóricas y, “con carácter transitorio”, también en las de casos clínicos prácticos en esta pequeña parte pendiente de la OPE.

“El articular que las pruebas se confeccionen por más de una personas permite que una sola no tenga la certeza del contenido final del examen y permite, además, introducir un elemento de azar en este contenido final al que se refiere la medida. Para asegurar la trazabilidad, el IVAP contará con un registro confidencial en el que conste la identidad de las personas que han elaborado las pruebas, especificando la parte confeccionada por cada una de ellas. En este registro, constarán también todas aquellas personas que hayan tenido acceso a los exámenes en razón a su participación en el proceso y apoyo logístico al mismo con indicación del nombre, el motivo del acceso y la fecha en que se produjo”, se puede leer en el documento de Osakidetza consensuado con Satse, SME y UGT, en el que se remarca también que, una vez conocidas las notas, se realizará un análisis estadístico para comprobar si los resultados son anómalos. En la anterior OPE, esta revisión permitía comprobar como en algunas categorías había tantos exámenes perfectos como plazas ofertadas cuando la nota media era mucho más baja por la dificultad de los ejercicios.

“Estas medidas no condicionan el modelo final de las nuevas OPE que deba acordarse en los foros y órganos procedentes. Lo que hacen [...] es formalizar una convocatoria piloto en la que poder contrastar la eficacia práctica de alguna de las medidas más relevantes propuestas”, entiende Osakidetza, que en los próximos años afrontará una cascada de jubilaciones (hasta 5.000 ó 6.000 a corto y medio plazo) y necesita afrontar con garantías las numerosas pruebas de acceso que tendrá que poner en marcha. Sin embargo, queda en el aire el futuro de las pruebas del año pasado ahora mismo suspendidas por indicios de irregularidades. Los tribunales deberán determinar si se repiten o no. De hacerlo, los responsables de Osakidetza dudan de que se puedan alterar tanto los tribunales evaluadores como los modelos de examen, aunque haya indicios de que con ese sistema se produjeran irregularidades.

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