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Un palacio 'okupado' por el feminismo

El palacio Álava-Velasco, ahora reconvertido en el proyecto feminista 'Talka'

Alba Díaz de Sarralde

La entrada es oscura porque las ventanas están tapiadas. Dentro se nota el frío de un gran palacio de piedra que lleva cerrado más diez años. Hay cristales rotos, escombros, humedades y mucho polvo. El jardín está hundido en la maleza y los árboles se derraman sobre sus muros. Sin embargo, el palacio de los Álava-Velasco guarda cierto esplendor. Grandes bañeras, escaleras de madera, techos artesonados y paredes tapizadas son algunos de los elementos de aquel siglo XVII. Ahora alberga también la ilusión, la lucha y la reivindicación de un grupo de mujeres que lo han 'okupado'; ahora alberga también el feminismo.

Esa es la meta a la que sus nuevas huéspedes quieren llevarlo: un espacio feminista. El sábado 15 de diciembre lo hicieron público: se pone en marcha 'Talka' -'chocar' en euskera-, un proyecto por y para mujeres que quiere convertir un lugar abandonado en un sitio seguro y libre. Que choque con el sistema. Que cree grietas en él. En ese palacio ya no habrá princesas, ni marquesas, ni condesas. Todo lo contrario: a partir de ahora, el edificio situado frente al centro cívico vitoriano Aldabe se ha convertido en el fuerte de sus guerreras.

Ana [nombre ficticio] es parte de ese proyecto. Detrás del mismo no hay ningún colectivo concreto, solo “mujeres, bolleras y trans” que llevan meses trabajando en el acondicionamiento del palacio -aunque lo hicieran público el sábado-: “Nos juntamos hace tiempo un grupo de mujeres que identificamos esa necesidad de un espacio feminista así en Gasteiz y quisimos crear un proyecto nuevo para todas”. 

Funcionan de forma asamblearia y la participación está abierta a cualquier ciudadana. “Queríamos un espacio donde estuviésemos nosotras, nuestros cuerpos y nuestras necesidades en primer plano. Creemos que el resto de la sociedad no es así”. Por eso las herramientas de 'Talka' son la 'okupación' y la autogestión. No hay otra forma para ellas de llevar a cabo un proyecto así: “Tenemos la necesidad de llevar a cabo una lucha anticapitalista, porque creemos que una sociedad feminista no entra en ese sistema”.

Están conociendo el barrio y la historia del edificio que están reavivando. “Muchas vecinas nos han dicho que viven al lado, que para lo que queramos les toquemos el timbre”. El fin de semana tuvieron las puertas abiertas: “Tuvimos una bienvenida súper bonita. Un montón de mujeres del barrio se acercaron a decirnos que llevan viviendo aquí 50 años, viendo cómo el edificio se va cayendo a cachos y que les hacía mucha ilusión”. El martes, tres días después de hacer pública la 'okupación', celebraron la primera asamblea y todos los días llaman a cualquier mujer que quiera acercarse a echar una mano en la limpieza y los arreglos.

Ana sonríe cuando cuenta historias de esa bienvenida: “Vino una chica que dijo que su bisabuelo trabajaba aquí arreglando las chimeneas, una señora de 92 años que nos contó que ella jugaba aquí con las nietas de la marquesa… Vamos a ir recopilando la historia de esto y lo que nos van contando las vecinas”. La acogida está siendo buena y desde el palacio valoran muy positivamente el proyecto. 

Su forma de trabajar es también una denuncia a las instituciones. Reivindican que el feminismo “no es un producto que se vende ni que sirve para limpiarse la cara ni ganar votos”. Por ello 'Talka' no es comparable al proyecto municipal de la Casa de las Mujeres -'Emakumeen etxea'-, como en algún medio se ha sugerido: “Nos desmarcamos de las instituciones porque no estamos de acuerdo con su discurso ni con sus formas de hacer. En Gasteiz los colectivos feministas queremos un espacio para estar y creemos que es necesario y urgente”.

Sin denuncia no hay desalojo

El palacio es de propiedad privada. La dueña, según cuenta Ana, es la empresa Promociones Irene S.L., de la que poco se sabe. Desde hace más de diez años. Sin darle uso. Se conoce que trataron de convertirlo en un hotel pero, como se puede apreciar, el proyecto no empezó a tomar forma. 

Con esta situación, ni el Ayuntamiento ni la policía pueden proceder al desalojo de las mujeres, ya que solo puede realizarse tras una denuncia de la persona propietaria. Sin embargo, el gobierno municipal se ha encargado de avisar a los actuales dueños -con sede en Málaga- de que han 'okupado' su palacio para que estos pongan esa denuncia. “Una empresa a la que el propio Ayuntamiento ha multado por no hacerse cargo de un edificio de patrimonio histórico”, matiza Ana.

El grupo de mujeres denuncia la actitud del Consistorio, que se ha posicionado a favor de una empresa “privada y especuladora”. Ponen el punto de mira en que el edificio lleva abandonado largos años, “sin ningún interés por parte del Ayuntamiento”. En que “no han hecho nada para cambiar esta situación” hasta que se le ha dado un uso. “Es significativo”, afirman, “que hayan tenido que avisar a la empresa, porque si no ni sabrían que estamos aquí. Ese es el interés y la unión que tiene la empresa con el edificio y la propia ciudad”.

En un comunicado emitido el jueves, afirman que son “conocedoras de que el edificio ha sido objeto de obras de consolidación estructural recientemente”. Han comunicado que una arquitecta técnica ha llevado a cabo una inspección del edificio y que ha comprobado que todas las zonas en uso son seguras. “No hay ningún problema de seguridad para que nosotras estemos aquí. Que no utilicen la excusa de que se preocupan por nuestra seguridad para intentar echarnos de aquí” continúan, con la premisa de que esa alegación se haya utilizado para promover desalojos como el del barrio 'okupado' de Errekaleor por parte del gobierno de Urtaran.

Entretanto, el gobierno municipal remitió un texto a las demás formaciones para que estas rechazaran la 'okupación'. El texto comentaba que se había llevado a cabo “de forma ilegal por un grupo de personas que reivindican ese espacio para desarrollar sus iniciativas” -sin mencionar que son mujeres ni cuál es esa iniciativa-. Pedía las firmas de los otros partidos, afirmando que “muestran su rechazo inequívoco a este tipo de delitos”. Sin embargo, el escrito no fue, por distintas posturas, firmado ni por PP, ni por EH Bildu, ni por Podemos ni por Irabazi.

Aunque desde el Consistorio afirman que los dueños pondrán una denuncia los próximos días, Ana afirma que lucharán por quedarse el máximo tiempo posible: “Aún no hemos decidido exactamente qué uso le vamos a dar al espacio pero queremos remarcar que solo es un medio para llevar a cabo el proyecto. El objetivo no es el espacio, eso es un medio para construir otras muchas cosas”.

La principal, luchar contra un sistema “que nos quiere sumisas, calladas. Y no, nos rebelamos y rompemos con todo eso para crear esas grietas en el sistema”. Recuerda irónicamente la noticia de un medio de comunicación que hablaba de que persistirán en la 'okupación'. En la misma página, justo al lado, una noticia de que tres hombres han sido detenidos por violencia de género en Vitoria en solo nueve horas.

Se denominan, abiertamente, radicales: “Estamos recibiendo críticas, pero es así. Consideramos que es un movimiento radical porque queremos ir a la raíz de la violencia machista. En el dossier comunicativo explicamos que también nace de que vemos que nos agreden, que nos asimilan, que nos explotan, que nos matan y que basta ya”.

“Largo y duro”. Así describe Ana el proceso. Sin embargo, para ellas, ha merecido la pena. “Porque ahora empieza lo bonito”. Quieren construir, aunar al máximo número de mujeres posibles y que 'Talka' sea un referente que invite a la creación de más espacios feministas. “Ahora tenemos un lugar y eso nos permite empezar a construir” sonríe Ana.

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